Para muchas personas, el simple pensamiento de subir a un avión puede generarles verdadero terror. El miedo a volar, técnicamente conocido como aerofobia, es una condición que afecta a entre un 10 y un 40% de la población mundial en diversas formas y severidades. Esta alteración, que parece nimia, en realidad puede afectar mucho a las personas y a su entorno. En verano, cuando se programan las vacaciones, que algún integrante de la familia sufra aerofobia puede convertirse en un verdadero problema. ¿Qué hacer? Existen algunas cosas que las personas con miedo a volar pueden hacer para superar la situación.

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¿Qué es la aerofobia o miedo a volar?

Las doctoras M. Tortella-Feliu y M.A. Fullana, investigadoras del Institut Universitari d’Investigacions en Ciències de la Salut (IUNICS) de la  Universitat de les Illes Balears, realizaron un análisis profundo sobre las características de la aerofobia. Según estas especialistas, la aerofobia se clasifica como una fobia específica de tipo situacional. Este temor irracional hacia el vuelo puede presentarse de varias maneras:

  • Miedo a los accidentes aéreos.
  • Temor a los espacios cerrados (claustrofobia).
  • Ansiedad por perder el control sobre la situación.
  • Pánico ante la posibilidad de sufrir sensaciones físicas desagradables. Como detallan Tortella-Feliu y Fullana, el miedo puede manifestarse incluso sin un desencadenante claro, surgiendo espontáneamente en algunos individuos.

¿Es simple ansiedad o aerofobia? Analiza tus síntomas

El miedo a volar patológico va mucho más allá de una simple ansiedad. La aerofobia puede desencadenar una serie de síntomas que alteran significativamente la vida de quienes la padecen:

  • Ansiedad anticipatoria severa días o incluso semanas antes de un vuelo.
  • Síntomas físicos intensos como palpitaciones, sudoración, temblores y náuseas al pensar en volar.
  • Posible evitación completa de los viajes aéreos, afectando el ámbito personal, social y profesional.
  • Respuestas de ansiedad prácticamente inmediatas y abrumadoras ante la idea de tener que volar.

Cómo perder el miedo a volar

Superar la aerofobia puede parecer una tarea abrumadora, pero con estrategias adecuadas y prácticas, es posible gestionar y eventualmente vencer este temor. A continuación, encontrarás algunas recomendaciones derivadas del estudio de las doctoras Tortella-Feliu y Fullana:

  • Practica con simuladores de vuelo en realidad virtual: Jugar con juegos de realidad virtual que simulen la experiencia de volar puede ser de gran ayuda. Según los estudios, es la terapia más efectiva, porque permite a las personas con aerofobia enfrentarse a su miedo en un entorno controlado y seguro. Jugando a estos juegos, irás acostumbrándote gradualmente a la sensación de estar en un avión.
  • Infórmate sobre la seguridad que ofrecen los aviones: Se ha comprobado que conocer los detalles sobre la seguridad de los vuelos y el funcionamiento de los aviones puede reducir el miedo derivado de la incertidumbre. Aprende cómo funcionan los aviones y qué medidas de seguridad siguen. Comprender que volar es uno de los medios de transporte más seguros puede ayudarte a sentirte más tranquilo.
  • Adopta técnicas de relajación y control de la ansiedad: Antes y durante el vuelo, practica técnicas de respiración profunda, meditación o relajación muscular. Estas técnicas pueden reducir significativamente tu ansiedad en situaciones estresantes.
  • Afronta tu miedo en un vuelo corto. Si es posible, antes de enfrentarte a un vuelo de larga duración, planifica un vuelo corto y acude acompañado de alguien que te transmita seguridad. Estos "vuelos de prueba" te permiten enfrentar el miedo en la vida real, y cada experiencia positiva puede ayudarte a construir confianza.
  • Considera la ayuda farmacológica para casos extremos: Para situaciones donde la ansiedad se hace inmanejable, consulta con tu médico la posibilidad de que te recete algún tipo medicación, como un ansiolítico, para una situación específica. Recuerda que nunca debes automedicarte, puesto que estos medicamentos deben usarse de manera responsable y preferiblemente en circunstancias puntuales.
  • Acude a un terapeuta especializado en fobias: Un psicoterapeuta puede ofrecerte estrategias personalizadas para manejar y superar tu miedo. La terapia cognitivo-conductual es particularmente efectiva para fobias específicas como la aerofobia.

¿Por qué tengo miedo a volar?

Entender cómo se desarrolla la aerofobia es crucial para abordarla eficazmente. Según el estudio de Tortella-Feliu y Fullana, el miedo a volar puede surgir de muchos orígenes. Algunas personas desarrollan miedo a volar después de haber vivido situaciones traumáticas relacionadas con el vuelo, como haber cogido un vuelo con turbulencias o haber vivido una emergencia a bordo.

Que te hayan contado historias sobre experiencias negativas con los vuelos también puede estar tras tu miedo a volar. En algunos casos no es necesario que alguien te cuente historias al respecto, simplemente leer informaciones sobre vuelos y viajes que han terminado en accidente puede ser suficiente para sembrar la ansiedad en alguien que anteriormente no temía volar. Sorprendentemente, un porcentaje significativo de personas explica que su miedo a volar surgió espontáneamente, sin un evento precipitante claro. En estos casos, se cree que el estrés al que está sometido una persona en su vida diaria, aunque no relacionado con el vuelo, puede contribuir a desencadenar o intensificar la fobia.