Los apellidos, estas etiquetas que nos acompañan de generación en generación, no solo son una forma de identificación, sino también una ventana hacia nuestro pasado y nuestra identidad. En Catalunya, al igual que muchos otros lugares, los apellidos llevan la huella de los que estuvieron aquí antes que nosotros, entre ellos, los ciudadanos que formaban el antiguo imperio romano.

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La influencia de Roma a la península Ibérica es innegable. No solo dejaron su huella en monumentos imponentes como los que podemos encontrar en Tarragona o Segovia, sino también en la estructura misma de la sociedad y la cultura.

Los apellidos en la sociedad actual

En la sociedad actual, el tema de los apellidos puede generar debate y reflexión. Tradicionalmente, los apellidos de los varones eran los que se priorizaban en el registro de los nacimientos, pero ahora, con los cambios sociales, también se da importancia al apellido materno.

La antigua Roma, que marcó profundamente a la sociedad durante casi cinco siglos, sigue teniendo una influencia presente en nuestros apellidos y en nuestra manera de ser.

Los apellidos en la época romana

Los hombres romanos, en particular, tenían una estructura de nombres que reflejaba su pertenencia a una familia y un clan. Este sistema, conocido como "tria nomina", incluía el praenomen (nombre de pila), el nomen (nombre del clan) y el cognomen (indicativo de la familia dentro del clan). Este último se convirtió en hereditario a través de la línea paterna, consolidando así los vínculos familiares y la transmisión de los apellidos a lo largo del tiempo.

En la península Ibérica, como en el resto del Imperio, este sistema solo lo utilizaron las clases privilegiadas de la sociedad. El resto, solo tenían el nombre de pila, y en algunos casos un apelativo -que podía hacer referencia a una característica física-, que es lo que perviviría a lo largo de los siglos.

¿Cómo saber si mi apellido proviene de la antigua Roma?

Superado el miedo colectivo del año 1000, Europa conoció una explosión demográfica, y el poder impuso la necesidad de identificar a las personas más allá del nombre de pila. En algunos lugares, como en Catalunya, se utilizó un sistema consistente en crear apellidos que hacían referencia a un oficio, a un accidente geográfico oa una villa o ciudad. Pero también se recuperó la vieja costumbre del apelativo de la época romana que hacía referencia a una característica física del individuo.

En este caso podríamos decir que quienes fueron apellidados con este sistema procedían de comunidades locales fuertemente romanizadas durante la época de dominación romana, como Tarraco o como Empúries. En estos casos, posiblemente sus pobladores eran descendientes de la colonización romana: y esto explicaría que, a pesar de que el Imperio romano había colapsado hacía seis siglos, habían sido capaces de mantener cierta memoria de esa época pasada.