A medida que las temperaturas aumentan, una amenaza latente se hace más presente en nuestros bosques y parques: la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Este insecto, conocido para desplazarse en hileras características, este año ha llegado a Catalunya con antelación. Según los especialistas, su proliferación está vinculada al aumento de las temperaturas. Eso ha convertido las zonas arborizadas en lugares potencialmente peligrosos para nuestras mascotas. Ante esta realidad, es imprescindible que los propietarios de animales sean conscientes de los riesgos asociados y aprendan a reconocer las primeras señales de alarma en caso de contacto con estas orugas.
🐶 Cuidado con dejar el perro suelto en el bosque: la procesionaria ya está aquí y cada vez hay más
¿Por qué la procesionaria del pino representa un peligro para los animales?
Este tipo de oruga se desarrolla mayoritariamente en pinos y cedros, formando nidos sedosos visibles en los árboles. Cuando llega la primavera, descienden en procesión hasta tierra, donde completarán su metamorfosis. Su principal peligro radica en los micro pelos urticantes que llenan su cuerpo. Estos pelos contienen una sustancia tóxica, la thaumetopoeïna, capaz de provocar graves reacciones alérgicas en animales y humanos. Cuando un perro o un gato entra en contacto –sea para oler, tocar o incluso ingerirlas–, las consecuencias pueden ser graves.
Síntomas en perros de la procesionaria del pino
Los perros son especialmente vulnerables a la procesionaria del pino, ya que su naturaleza curiosa los lleva a investigar con el hocico y, en algunos casos, incluso a intentar comerse las orugas. Según un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza, los efectos del contacto con la procesionaria en perros incluyen:
Los primeros signos de que un perro ha tocado o ingerido una procesionaria aparecen en cuestión de minutos. Entre los más frecuentes destacan:
- Hipersalivación excesiva: el perro comienza a babear de forma anormal.
- Inflamación de la lengua y los labios: la lengua puede volverse roja intensa y, en los casos más graves, adquirir un tono negruzco debido a la necrosis.
- Edema facial: hinchazón en el hocico y la cara, signo claro de reacción alérgica.
- Vómitos y dificultad para tragar: si la toxina ha alcanzado la garganta, puede dificultar la deglución.
- Erupciones cutáneas y prurito: si el contacto ha sido con las patas o el hocico, pueden aparecer ronchas o enrojecimiento.
Los pelos de la procesionaria son tan finos y ligeros que pueden desplazarse con el viento o adherirse a superficies. Si entran en contacto con los ojos del perro, pueden causar lesiones serias, tales como blefaritis (inflamación de los párpados, que pueden verse hinchados y enrojecidos), quemosis (una inflamación severa de la conjuntiva, que provoca hinchazón y molestias), conjuntivitis grave (con enrojecimiento, lagrimeo excesivo y picor) y úlceras corneales (si no se tratan a tiempo, pueden provocar pérdida de visión).
Además, si el perro pisa, roza o se tumba sobre una procesionaria, la piel puede verse afectada por la toxina. Esto provocan enrojecimiento severo acompañado de picor, hinchazón en las zonas afectadas (generalmente patas y hocico) pústulas y úlceras que pueden formarse si el contacto ha sido prolongado.
Si detectas alguno de estos síntomas, es fundamental acudir al veterinario de inmediato para evitar complicaciones más graves. Delante de cualquiera de estos signos, la visita inmediata al veterinario es imprescindible para evitar complicaciones graves.
Síntomas en gatos de la procesionaria del pino
Los gatos, por su naturaleza más reservada, tienen menos riesgo de contacto con estas orugas. Así y todo, si llegan a tocarlas, pueden sufrir:
- Inflamación e hipersalivación intensa.
- Úlceras dolorosas en boca y piel.
- Dificultades para respirar, especialmente si han inhalado pelos urticantes.
- Irritación ocular severa.
A diferencia de los perros, los gatos reaccionan limpiándose inmediatamente, lo cual puede empeorar el problema si ingieren pelos tóxicos.
¿Qué hacer si tu animal ha tenido contacto con procesionaria?
Si sospechas que tu compañero de cuatro patas ha sido expuesto a esta oruga, sigue estos pasos sin perder tiempo:
- Evita que se lama la zona afectada. Eso podría agravar la intoxicación.
- Lava la zona con agua tibia. No utilices agua caliente, ya que puede dispersar más la toxina.
- No friegues la piel ni la boca. Eso podría incrustar todavía más los pelos tóxicos.
- Acude al veterinario inmediatamente. Un tratamiento rápido puede prevenir secuelas graves.
Un diagnóstico y tratamiento precoz pueden salvar la vida de tu mascota.