A la hora de escoger un destino de vacaciones, y más cuando se visita una ciudad, uno de los factores que tiene en cuenta mucha gente es que sean accesibles a pie. Pasear cuando se está de vacaciones es agradable, y casi todo el mundo prefiere evitar el metro, los autobuses y los taxis cuando se está de desconexión. Según un ranking realizado por The Economist y Visual Capitalist sobre ciudades de más de 500.000 habitantes, Europa lidera la lista de metrópolis accesibles a pie. El estudio mide cuánto se tarda andando en llegar a las escuelas, hospitales o supermercados. Encabeza la lista Milán, donde el 98,8% de sus habitantes tardan menos de 15 minutos en acceder a todas las comodidades necesarias, unos datos muy similares a los de Copenhague y Turín.

En el número 19 de la lista está Barcelona, y es que la capital catalana está muy preparada para desplazarse a pie. Ir a pie es la manera de moverse más orgánica y universal que traemos incorporada todos los seres humanos. Cada día, en Barcelona, se hacen en torno a 3,5 millones de desplazamientos a pie, lo que representa más del 40% del total de desplazamientos de la ciudad, tal como asegura el Ayuntamiento de la ciudad. En Barcelona se camina por aceras con pasos de peatones, se circula por zonas exclusivas para peatones, se aprovechan las calles de plataforma única, la pacificación de las zonas 30, se accede con las escaleras mecánicas o ascensores a los barrios de montaña y se pasea por parques y jardines. Por eso, el consistorio opta por fomentar la pacificación del tráfico y aumentar la superficie segura para los peatones con el fin de mejorar la seguridad, la calidad del aire, la salud y la convivencia.

Además, Barcelona cuenta con elementos que garantizan la accesibilidad de sus calles y espacios públicos, haciéndola una ciudad amable para los peatones de todas las edades y condiciones físicas. Pasos de peatones con rampas, encaminamientos para personas con discapacidad visual, semáforos acústicos, calles de plataforma única, aceras anchas, etc. garantizan la accesibilidad en la ciudad de Barcelona. En el ranking también hay otra ciudad del Estado español: Bilbao.

Lista de las ciudades más accesibles a pie del mundo

  1. Milán, Italia
  2. Copenhague, Dinamarca
  3. Turín, Italia
  4. Dublín, Irlanda
  5. Lyon, Francia
  6. Múnich, Alemania
  7. París, Francia
  8. Marsella, Francia
  9. Génova, Italia
  10. Edimburgo, Escocia
  11. Berlín, Alemania
  12. Viena, Austria
  13. San Petersburgo, Rusia
  14. Bilbao, España
  15. Burdeos, Francia
  16. Minsk, Bielorrusia
  17. Stuttgart, Alemania
  18. Lille, Francia
  19. Barcelona, España
  20. Oslo, Noruega

¿Qué significa que Barcelona es una ciudad “caminable”?

La idea es muy sencilla y a la vez muy poderosa: una ciudad es caminable cuando permite a su gente acceder a los servicios básicos —supermercados, escuelas, centros de salud y zonas verdes— en un máximo de 15 minutos caminando desde su casa. Nada de coches, ni bicis, ni transporte público: solo tus piernas y un buen par de zapatos.

Este concepto, conocido como la “ciudad de los 15 minutos”, está ganando protagonismo en todo el mundo. Pero en Europa, y especialmente en ciudades del sur como Barcelona, este modelo ya se vive desde hace tiempo, aunque no se hablara con estas palabras.

Pues bien, según el estudio, en Barcelona se tarda, de media, 9 minutos y 12 segundos en llegar a estos servicios esenciales. Y eso la coloca entre las 20 ciudades más eficientes del mundo en este aspecto. Para entenderlo bien, basta con mirar a nuestro alrededor: la ciudad tiene una estructura compacta, densa y con una mezcla de usos que hace que la panadería, la escuela o el centro de salud estén, literalmente, al lado de casa.

Por qué caminar por Barcelona es una buena opción

Más allá de los grandes debates urbanísticos, Barcelona tiene un potencial real para ser una ciudad en la que se puede vivir con menos dependencia del coche. Caminar no es solo una forma de moverse. Es una forma de ver, de escuchar, de encontrarse. Cuando se puede hacer de manera natural, sin tener que cruzar avenidas peligrosas ni depender de horarios de transporte, el día a día se transforma.

Y si el mundo empieza a reconocer esto en Barcelona, quizás también es hora de que lo valoremos nosotros. Porque, tal vez sin darnos cuenta, ya vivimos en una de las ciudades mejor diseñadas para recorrerla a pie. Y eso, en un mundo cada vez más acelerado, puede que sea una de las cosas más revolucionarias que tenemos.