Si te gusta el senderismo, admirar paisajes naturales, y sentir el vértigo de las alturas y los espectaculares ríos que corren decenas o cientos de metros bajo tus pies, existe una ruta que antes o después tienes que hacer, un trayecto de esos que hay que hacer al menos una vez en la vida: el Caminito del Rey, en Málaga, entre los términos de Ardales, Álora y Antequera.

El Caminito del Rey, uno de los parajes naturales más espectaculares de Andalucía, está inmerso en una emocionante candidatura para ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como Patrimonio Industrial Hidroeléctrico. Esta propuesta destaca tres hitos emblemáticos: las presas de El Chorro y Gaitanejo, las impresionantes pasarelas del Salto hidroeléctrico y la estación de ferrocarril con sus puentes sobre los imponentes Gaitanes. Pero este recorrido no solo ofrece una experiencia de aventura y belleza natural, sino que también está rodeado de un rico legado cultural e histórico, con lugares tan antiguos como la cueva paleolítica de Ardales y la necrópolis prehistórica de las Aguilillas, convirtiendo al Caminito del Rey en un auténtico tesoro por descubrir.

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Puede que te suene su nombre y su fama de peligrosa… pero esa fama, para vosotros, va a aportar más emoción que peligro real. ¡Sigue leyendo y descubre por qué!

La ruta para trabajadores que acabó recorriendo un rey

Este paraje natural situado en la zona occidental de las Cordilleras Béticas es uno de los puntos que concentra el interés de los amantes de la naturaleza que quieran ponerse a prueba. Este paso está construido en las paredes del llamado desfiladero de los Gaitanes. La construcción se remonta a principios del siglo XX, cuando se estaban construyendo los embalses Guadalhorce-Guadalteba que proporcionarían la electricidad necesaria a la ciudad de Málaga con su central hidroeléctrica.

Caminito del Rey. Imagen: Malopez 21 CC BY-SA 4.0.

Para que los operarios pudieran acceder hasta las instalaciones, y se pudieran transportar materiales o realizar mantenimiento, se construyó un camino que seguía la roca para que fuera más rápido llegar. Se podía pasar a pie, pero también en caballo, estaba perfectamente iluminado y disponía del espacio suficiente para pasar cómodamente por los desfiladeros o cañones. Los familiares de los obreros venían a menudo solo por las vistas. Fue perfectamente excavado en la roca y cuidado hasta el último detalle. En 1921, el rey Alfonso XIII presidió la inauguración de los embalses, y para ello recorrió este camino, que tomó entonces su nombre de Caminito del rey.

Pero lo que inicialmente partió de un uso meramente industrial, con el cierre de la central, se convirtió en una ruta para atravesar las montañas de una forma muy espectacular. Difícilmente encontraremos otro lugar con estas características en todo el territorio español o en el mundo entero.  El problema fue que nadie se ocupaba del mantenimiento. Las barandas fueron cayendo y desapareciendo, y el camino se volvió tan peligroso, que empezaron a acumularse los accidentes y muertes al despeñarse la gente por el camino. De ahí su fama de peligrosidad. 

En 2001 la Junta de Andalucía prohibió el acceso y demolió una de las secciones, pero la gente seguía yendo (y muriendo), por lo que finalmente lo rehabilitaron en 2015, y desde entonces se puede recorrer con reserva (y con todas las medidas de seguridad).

Esta es la vertiginosa ruta por el Caminito del Rey

Debido a la gran afluencia de turistas en verano, y lo tórrido de las temperaturas, una mejor época para emprender esta excursión será durante el mes de septiembre, ¡intentad escaparos! El buen tiempo se sigue manteniendo, pero con temperaturas algo rebajadas, todavía poco riesgo de tormentas, y, además, no hay tantos visitantes que quieran emprender este camino.

Esta ruta es bastante exigente físicamente, con una duración de unas 3 horas y un recorrido de 8 kilómetros. Por extensión no es demasiado recorrido, pero lo que tiene este punto es una peligrosidad, debido a la altura en la que se desarrolla que nos deja ver una ruta que hay que ver en vivo y en directo.

El paso por uno de los desfiladeros. Imagen: Frayle, CC.

 Llegamos a la zona del pantano del Conde de Guadalhorce que será donde empezaremos esta caminata hasta su salida por la presa del Chorro. Por el camino nos enfrentaremos a dos desfiladeros, varios cañones y un valle que atravesaremos por pasarelas y senderos. Cumpliendo con el tiempo establecido, desde las 3 horas si vamos más rápido, hasta las 4 que cuesta si nos tomamos nuestro tiempo. 

Podrás hacer la ruta en familia, siempre y cuando los niños tengan más de 8 años. El paisaje es de lo más original al atravesar varias zonas hasta llegar al lugar donde se encontraba la central hidroeléctrica en el que el agua era la protagonista. Prepara las zapatillas o las botas y empieza a buscar en la agenda fechas para disfrutar de esta vertiginosa ruta, ¡te dejará sin aliento!