Muy cerca de la frontera con la Catalunya Nord hay un castillo que se eleva encima de una colina con una mística única. Una fortaleza con murallas y torres de vigilancia que te traslada a la época medieval y que, actualmente, se puede visitar. Se trata del castillo de Requesens, una fortificación junto a la Jonquera, en el Alt Empordà, que te dejará boquiabierto. A continuación, te explicamos todo lo que tienes que saber de este desconocido castillo que ha sido escenario de conflictos, películas e, incluso, de una despedida de soltero de la realeza.

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Requesens, un desconocido castillo amurallado en Catalunya

El castillo de Requesens se encuentra a solo 7 kilómetros del pueblo de Cantallops, muy próximo a la Jonquera (Alt Empordà). Situada entre montañas, la finca corona una colina de los valles meridionales del monte Neulós, con unas vistas privilegiadas de la comarca. Esta fortaleza amurallada conserva su estética medieval, cosa que te permite hacer un viaje en el tiempo, recorriendo la fortificación. En los últimos años, ha abierto visitas al público para que todo el mundo pueda disfrutar de este entorno, que ha sido el protagonista de la famosa película El Perfume. Asimismo, el castillo de Requesens apareció en toda la prensa del corazón en el 2015, cuando fue el escenario de la despedida de soltero de Pierre Casiraghi, príncipe de Mónaco.

Castell de Requesens / Foto: Wikimedia Commons
Castillo de Requesens / Foto: Wikimedia Commons

La historia del castillo de Requesens

La primera documentación donde aparece mencionado Requesens fecha del año 859, cuando existía el contado Empúries-Rosselló, el cual se acabó separando a finales del siglo X con intención de poder administrar mejor el territorio. Eso desencadenó varios conflictos entre condes y figuras de la zona, que reclamaron los territorios, reunificando y separando de nuevo los contados. El castillo de Requesens, que todavía no tenía forma de tal, se encontraba entre las propiedades del condado de Empúries, pero estaba en territorio rosellonés, hasta que el año 1040 el conde emporità, Ponç I, lo cedió al del Rosselló. Fue entonces cuando el conde de Rosselló aprovechó para edificar dos torres de vigilancia, con el permiso de Empúries, si bien también añadió un patio de armas, estancias y amuralló toda la construcción, momento en que ya se podía considerar castillo.

Los habitantes de Requesens sufrieron las duras consecuencias de esta transformación a castillo, con soldados que cometieron robos, violaciones y homicidios. Ante esta violencia, y por demanda popular, el conde de Empúries redactó un memorial de agravios contra el de Rosselló, donde se habla por primera vez del castillo de Requesens. Con el paso del tiempo, esta fortificación no se vio afectada por ninguna guerra, hasta la invasión francesa en Catalunya, comandada por el rey francés Felipe el Atrevido. El conde de Empúries se posicionó a favor del rey catalán, pero las tropas francesas eran más numerosas y decidieron poner asedio a Requesens, si bien no pudieron acceder al interior. Más adelante, en 1288, volvieron al ataque y consiguieron entrar con el único objetivo de saquear la fortaleza, hecho que permitió al conde de Empúries conservar la propiedad.

El año 1402 el rey Martín el Humano declaró que el condado de Empúries pasaba a dominio de los reyes, quedando incorporado a Aragón, y, a consecuencia, también el castillo. Pero cuando Alfonso V el Magnánimo pasó a controlar la corona en 1416, los condes de Rocabertí reclamaron la propiedad de los condes de Empúries y recuperaron el dominio de Requesens, el cual mantuvieron durante casi seis siglos. En este tiempo, el castillo vivió momentos complicados, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XV, un periodo de mucha inestabilidad por los enfrentamientos constantes de Francia. El tratado de paz después de las guerras llevó tranquilidad a la zona, pero el castillo de Requesens quedó olvidado. No fue hasta el siglo XIX cuando Tomàs de Rocabertí inició una rehabilitación para convertir la fortaleza en una residencia de verano y el castillo recuperó parte de su imponente aspecto original.

Después de la muerte de la última Rocabertí en extrañas circunstancias, su marido, Ferran Truyols, heredó las propiedades, entre acusaciones de haber envenenado a su mujer, si bien nunca se pudo probar. Entre estas, había el castillo de Requesens, que más adelante fue vendido a dos comerciantes mallorquines, que lo utilizaron para hacer explotación forestal. Más tarde pasó a manos del duque del Infantado, uno de los nobles más importantes del país. La sociedad anónima Borés compró el castillo, que durante la época de la guerra civil fue utilizado como escondite por el bando republicano. A finales de los años 50, la finca fue adquirida por sus actuales propietarios, dos comerciantes del Alt Empordà.

Castell de Requesens / Foto: KRLS (Wikimedia Commons)
Castillo de Requesens / Foto: KRLS (Wikimedia Commons)

Cómo visitar el castillo de Requesens: horarios y precios

Según detallan la página web de la finca de Requesens, hoy día ofrecen visitas guiadas por el castillo, pero es obligatorio hacer una reserva previa. Para solicitarla, puedes llamar al 646 179 509 o bien enviar un WhatsApp al mismo número. El precio establecido por visita es de 8 euros.