La alimentación, una necesidad básica y diaria, nos lleva a realizar visitas constantes al supermercado o a la tienda de la esquina. Pero ¿te has preguntado si realizas una compra sostenible? ¿Realmente te hace falta todo lo que llevas en el carrito, o has elegido los productos más adecuados?
Sabemos que, a veces, es fácil caer en la tentación de añadir a la lista de la compra algún que otro capricho o producto de bajo valor nutricional, por gusto y debido también al constante bombardeo publicitario. Y no pasa nada, es natural. Ese no es el problema. El problema son los productos de consumo "normal" en cuyo impacto no solemos pensar, o en nuestras propias actitudes al comprar.
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Seis pasos para una cesta de la compra sostenible
Puedes empezar a transformar tus hábitos de consumo desde hoy mismo sin renunciar a tus pequeños placeres, solo siendo algo más racionales. Te ofrecemos seis pasos prácticos y efectivos que te ayudarán a realizar una compra sostenible en tu próxima visita al supermercado, y sin que sufra tu bolsillo.
Paso 1: Haz una lista de la compra
¿Muy básico? Miles de personas nunca hacen lista de la compra. Pero, por más tedioso que te parezca, realizar una lista de los productos que verdaderamente necesitas ayuda a evitar compras impulsivas y a optimizar tu tiempo y dinero. Además del clásico bolígrafo y papel, existen diversas herramientas como plantillas digitales o aplicaciones móviles que pueden ser de gran utilidad para elaborar una lista de la compra saludable, económica y sostenible. Una buena idea es marcar lo que vas añadiendo al carrito, de esta forma serás más consciente de cada producto.
Haciendo esto, te ahorrarás comprar productos que ya tenías y se acaban estropeando, o comprar tanta variedad que luego no te da tiempo a usarlos antes de que, de nuevo, se estropeen. Al final, el tiempo que aguanta un producto en la nevera es lo que nos debe marcar el ritmo de su compra. Y sobre esto incide el siguiente punto.
Paso 2: Ve a comprar con el estómago vacío
Aunque te parezca absurdo, esto tiene mucha importancia de cara a hacer una compra sostenible. La ecuación es la siguiente: con hambre, compramos más cantidad y más variedad, y de forma más ansiosa. Llenamos el carro con todo lo que nos comeríamos en ese momento, y esto luego se traduce en una nevera rebosante en la que algunas cosas se echan a perder porque no ha dado tiempo a consumirlas.
Visitar el supermercado con el estómago lleno, en cambio, te permite una compra más tranquila y racional, menos sometida a los impulsos y más cerebral. Y esto lo nota tu bolsillo, lo nota tu nevera, y lo nota el medio.
Paso 3: Prioriza productos locales y de temporada
Averigua siempre el origen de los productos y apuesta por los de producción local. Así contribuyes a reducir la huella de carbono asociada al transporte y ayudas a mejorar la economía de tu comunidad. ¡Disfruta el sabor fresco de lo autóctono!
Y debes hacer algún pequeño sacrificio: come productos de temporada en su temporada. Los melones y sandías son para el verano, la cereza entre mayo y julio. Si lo comes fuera de esas temporadas, o ha requerido mucho más gasto energético y de agua el producirla, o viene de la otra punta del mundo, con el impacto ecológico que ello supone.
Paso 4: Opta por alimentos a granel
Comprar alimentos a granel es una excelente manera de librarte del uso de plástico y envases desechables. Lleva tus propias bolsas de tela o recipientes reutilizables y elige productos como legumbres, frutos secos y especias en los dispensadores a granel. ¡Ahorrarás dinero y no tendrás que deshacerte de un envase extra!
Paso 5: Dile sí a los productos frescos y naturales
Evita los alimentos procesados y congelados y opta por aquellos frescos y naturales. Las frutas y verduras son un ejemplo muy saludable y beneficioso tanto para ti como para el medio ambiente. Además, al elegir productos sin envases innecesarios, estarás favoreciendo la reducción de residuos plásticos. Si compras en el supermercado, elige siempre la fruta a granel con bolsa compostable antes que las bandejas de los refrigeradores. Comprar en el mercado local es incluso mejor: llevas tu propia bolsa reutilizable, y además es más fácil que sea producto de proximidad.
Por otro lado, recuerda que una dieta equilibrada implica reducir un poco el nivel de carne al que estamos acostumbrados, y aumentar el de verduras, algo que influye en la huella de carbono del sector alimentario.
Paso 6: Evita el despilfarro alimentario
Los pasos 1 y 2 estaban pensados para no cargar alimentos excesivos en casa, pero el control del despilfarro debe seguir incluso con una compra sostenible y racional. Para no desperdiciar nada, asegúrate de realizar un almacenaje consciente. Coloca pizarras adhesivas en la despensa o en la puerta de la nevera y apunta los alimentos con fecha próxima de consumo, u organiza todo por fechas de caducidad.
Y si vas a viajar y se te va a estropear algo de la nevera, considera donarla antes a organizaciones benéficas o, si es vegetal, úsala para hacer abono casero.
Al final, la compra sostenible no deja de ser una compra racional y equilibrada, pensada para el ahorro económico, la dieta familiar equilibrada, y un control o reducción de la contaminación asociada al circuito alimentario. Y, ¿quién no va a querer sumarse a esto?
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