Hay momentos en que las cosas, en el trabajo, no acaban de fluir, y sientes que no consigues conectar con tus compañeros o tus clientes. A veces la causa es haber escogido las palabras inadecuadas, o no habernos explicado con suficiente claridad. Pero muchas otras veces el problema no está en aquello que decimos, sino en cómo lo transmitimos. Y es que el lenguaje facial y corporal nos ayuda a comunicar no solo las palabras, sino las emociones o pensamientos y, si no los controlamos, aparecen los problemas. Es por eso que debes dominar la comunicación no verbal efectiva.

Claves para una comunicación no verbal efectiva

Las siguientes claves para una comunicación no verbal efectiva nos ayudarán a transmitir con eficacia nuestras ideas en encuentros, reuniones y cualquier otra situación del día a día, y evitar malentendidos.

Clave 1: Mantener el contacto visual

La mirada es uno de los puntos fuertes en cualquier conversación: demuestra interés y compromiso, y ayuda a ganar confianza. Una confianza que se desvanece si la persona con la cual hablamos no es capaz de mantenernos la mirada. ¿Sin embargo, como mantener el contacto visual sin generar incomodidad o parecer amenazador?

Con una mirada relajada y suave; prueba de concentrarte en un punto concreto del rostro de la otra persona (el entrecejo, o un solo ojo) y, durante la conversación, ve pasando sutilmente de un punto al otro. ¡El resultado será del todo natural!

Clave 2: Vigila tu postura y el lenguaje corporal en general

Nunca pases por alto tus gestos y tu postura cuando estés hablando con algún cliente, trabajador o superior.

Para transmitir una actitud positiva y profesional es esencial mantenerse derecho y con los hombros relajados; no solo te hará sentir más seguro, sino que también transmitirás confianza y profesionalidad. Cruzarse de brazos es un gesto cómodo para muchas personas, pero transmite cierre y oposición, por lo cual no es muy recomendable.

Pero, más allá de las posturas, los gestos también transmiten mucho: si no dejas de encogerte de hombros, o incluso de morderte las uñas, mostrarás una clara y poco recomendable ansiedad. Tocarse la cara también suele denotar nerviosismo, aunque un gesto sereno de acariciarse la barba/barbilla transmite reflexión. Como más tranquilos sean nuestros gestos, más serenidad y seguridad transmitimos.

Cruzarse de brazos es una señal de comunicación no verbal efectiva... si lo que queremos es transmitir oposición o escepticismo. Imagen: Igor Stevanovic.

Clave 3: Controla el tono de voz

Todo el mundo puede tener un mal día, pero si en una reunión o entrevista de trabajo dejas escapar estas emociones negativas a través de un tono de voz altivo o demasiado elevado, es muy probable que tu interlocutor se sienta intimidado o molesto. Acostúmbrate a desconectar con una respiración profunda inicial antes de una reunión o acontecimiento importante y procura que la velocidad, la articulación y el volumen de tu voz sean coherentes con lo que deseas transmitir. Un buen ejercicio es grabar tus conversaciones y evaluar el resultado.

Clave 4: Evalúa el contexto

Comprender el contexto en la comunicación no verbal es esencial para evitar malentendidos. No olvides que algunos gestos tienen significados muy diferentes según la cultura del interlocutor o el lugar donde se produzca la conversación. Dar la mano de forma profesional o acompañarlo de un golpecito en el brazo con la otra mano es la diferencia entre un gesto profesional y uno amistoso o familiar. Tocar durante la conversación, invadir el espacio personal, son movimientos arriesgados que pueden incomodar incluso en relaciones consolidadas.

Hace falta que lo tengas presente, si realizas una entrevista de trabajo fuera de tu región, o si te encuentras en un ambiente formal o informal.

Y siempre, siempre, observa a los otros: ver desde fuera la gestualidad de conversaciones ajenas es una buena escuela para aprender las claves de una comunicación no verbal efectiva, como las que te acabamos de explicar aquí, y que tendrías que poner en práctica desde hoy mismo.