Criar a dos hermanos que se pelean puede ser algo realmente complicado, pero es posible conseguir que tengan una buena relación, y vale la pena probarlo. Antístenes escribió:
"Cuando los hermanos están de acuerdo, ninguna fortaleza es tan fuerte como su vida en común'".
Aprender cómo criar a dos hermanos para conseguir que las peleas pasen a la historia es un esfuerzo familiar que dará sus frutos.
Dejemos el pasado a un lado, aprendamos a perdonar y empecemos una nueva etapa entre hermanos con estos consejos. Aplica poco a poco una nueva manera de afrontar las riñas, que son un problema que puede surgir en cualquier momento y se debe tratar desde cero.
Cómo criar a dos hermanos que se pelean: 6 ideas para ayudarte
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Ayuda a los hermanos a expresar sus sentimientos. A menudo, la rabia y la frustración son fruto de una dificultad para expresarse. Un pequeño gesto puede desencadenar una oleada de sentimientos que hace tiempo que se acumulan. La comunicación es un elemento clave para poder acabar con las peleas. Cuando hay alguna cosa que no es capaz de salir desde el interior de los niños, con una "mesa de diálogo" es posible hacer que vean la luz.
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Nunca hagas comparaciones. No hay ni buenos ni malos en estas peleas, tampoco habrá ganadores o perdedores, todos son iguales. Nuestro objetivo no es ampliar la distancia entre ellos, sino que el objetivo es unirnos. Todo lo que los separa, diferencia o acaba generando sentimientos negativos entre ellos tiene que ser eliminado. Pero eso no quiere decir eliminar sus diferencias como personas: una puede ser más creativo y el otro más ordenado, uno buen deportista y la otra mejor dibujante... se tienen que valorar las diferencias positivas de cada hermano o hermana, pero no hacer comparativas donde uno de ellos salga perdiendo.
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Dedica tiempo a cada uno de ellos. Marca unos horarios, dedica un tiempo en solitario a cada uno de ellos. A menudo los conflictos pueden generarse cuando intentamos estar pendientes de los dos a la vez, por separado podemos disfrutar sin ninguna chispa que sea capaz de encender una pelea.
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La colaboración y las tareas individualizadas son una buena herramienta para poder resolver conflictos. Conoces bien a tus hijos, puedes darles una tarea en casa que vaya con sus gustos. El responsable de sacar el perro a pasear, el encargado de regar las plantas o de traer la fruta a mesa, son tareas que los ayudarán a evitar conflictos y sentirse mejor.
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Acepta las peleas cuando se producen. Nuestra misión no es impedir peleas, es inevitable que sucedan de vez en cuando, lo que buscamos es gestionarlas para que sean esporádicas y sin importancia. Por lo tanto, no intentes reprimir el conflicto (a no ser que llegue a la violencia), añadirá tensión a un momento que simplemente tiene que fluir. Solo intenta reconducirlo si ves que no lo solventan solos. Las peleas llegan por un motivo, busca los que te han llevado a este momento dado. Pregunta qué ha pasado y entre todos intentad encontrar la solución a un problema.
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La escalada de los castigos. Hablando la gente se entiende. Ante una crisis, antes de tomar medidas más duras, es buena idea crear una serie de puentes para mejorar la relación entre todos. No llegues al castigo a no ser que sea una falta muy grave, o que el diálogo previo sea claramente inútil. Se tienen que poner límites, hasta un punto en el cual toda la familia esté de acuerdo, y además se tienen que justificar y explicar correctamente. Pero el castigo debe tener un valor adicional, y excepcional. Si es la norma, pierde valor, pierde poder, cada vez tenemos que poner castigos más duros (o más irreales), y finalmente no sirve de nada.
Como siempre se dice, los hijos no llevan manual de instrucciones, y saber cómo criar a dos hermanos no es sencillo, sobre todo si se pelean a menudo. Pero con estos consejos lo tendrás más fácil para acabar con los problemas cuando aparezca el conflicto familiar. La unión hace la fuerza y en el caso de los hermanos aporta mucha paz y estabilidad en el entorno en qué vivimos, y en la vida que vivirán de mayores.