Mañana comienzan las fiestas de Gràcia 2023, y como cada año, las calles del barrio lucirán hermosas con sus espectaculares decoraciones, y no se podrá dar ni un paso con tantísima gente disfrutando del ambiente. Pero entre los asistentes va a haber de todo: gente del barrio que se lo ha currado en la preparación, gente del barrio que simplemente asistirá y lo disfrutará, y gente de otras partes que vienen a gozar de una fiesta catalogada como Fiesta de Interés Nacional.
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Pero, ¿cómo vas a poder distinguir a los "autóctonos" de Gràcia de los de fuera? ¡Aquí tienes 5 claves para distinguir a los gracienses "de pura cepa"!
1. Gràcia es más que una parte de Barcelona
A la gente pueblo se la conoce por lo que yo llamo (afectuosamente) "nacionalismo de pueblo", que es esa actitud vital según la cual lo de tu pueblo es lo mejor del mundo. Es un fenómeno global que se revela con especial intensidad en las fiestas mayores. Así, a los de Mataró no les puedes discutir Les Santes, y, para los de Granollers, la lucha entre els blancs i els blaus es el mayor acontecimiento del año, y les va la reputación en ello.
Pues bien, Gràcia era un pueblo independiente antes de ser fagocitado por la ciudad de Barcelona, y a los gracienses de pura cepa no les hables de las fiestas de la Mercé: para ellos, las Fiestas de Gràcia son lo más, El Momento del año. ¡Ni se te ocurra discutírselo!
2. Conocen más parques que el Güell
Gràcia tiene varios parques. El más conocido de todos es el celebérrimo parque Güell, y es el único conocido por los que son de fuera. Los gracienses de verdad van a pasear al parque de la Creueta del Coll y saben bien que allí hay una obra de Chillida (y, últimamente, poco mantenimiento), o se relajan en los jardines del Maestro Balcells.
3. No les molesta el multiculturalismo
Gràcia es un barrio 100% multicultural. Siempre lo ha sido: por algo nació aquí la rumba catalana, con "El Pescaílla". Aquí tenemos la mayor densidad de población de Barcelona, se hablan un montón de idiomas y se juntan un montón de tradiciones y colores de piel. La forma de integrarlo todo son, cómo no, ¡las fiestas de Gràcia!
4. Se conocen bien el horóscopo
Incluso si el horóscopo les importa poquísimo, los gracienses de pura cepa se saben perfectamente todos los signos del zodíaco, porque forman parte del barrio: se ven decorando la Torre del Reloj de la Plaça de la Vila, y se le explica a todos los niños del distrito.
5. No se quejan de las Fiestas de Gracia
Las fiestas de Gràcia levantan cada vez más quejas en el mismo barrio. Pero son quejas derivadas de la odiosa gentrificación: pisos turísticos de AirBnB, expats que vienen de UK y se creen que como pagan alquiler la calle es suya... si alguien se queja de las fiestas, de las aglomeraciones, del ruido, o insiste en medir los decibelios, tenlo por seguro: NO es un graciense de toda la vida, sino un recién llegado que no se está queriendo adaptar.
Porque en las Fiestas de Gràcia se mide la alegría popular, ¡no los decibelios!