Si estás buscando una forma de llenar tu terraza o jardín de un aroma fresco que te alegre las noches de verano, necesitas aprender cómo plantar menta. Expectorante, antiinflamatoria, analgésica, antioxidante… la lista de las propiedades medicinales de la menta parece interminable.
Es una herbácea de tan fácil cultivo que siempre tendrás a mano sus aromáticas hojas para alegrar tus platos o preparar tus propios ungüentos medicinales. Por ejemplo, ¿sabías que el aceite esencial de menta es un potente antimicrobiano? Preparar tus aceites esenciales en casa es más sencillo de lo que crees, anímate a intentarlo:
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Además, el aroma de la menta fulmina a los mosquitos. ¿Ves lo útil que es tenerla en casa? Añade un toque muy veraniego a tus espacios exteriores, veamos cómo plantar menta de manera exitosa y disfrutar de todos sus beneficios.
Las claves sobre cómo plantar menta en casa
Elección de la variedad
Existen entre trece y dieciocho variedades de menta; las más comunes son: la menta verde, la menta de manzana y la menta chocolate. Elige la que mejor se adapte a tus preferencias. Acércate a por las semillas o plantones a un vivero o centro de jardinería e infórmate de las propiedades de cada una.
Contenedor amplio
Lo primero que debes considerar al plantar menta es el tipo de contenedor. Dado que la menta tiende a ser invasiva, recomendamos cultivarla en macetas espaciosas y podarla regularmente. Corta los tallos por encima de un par de hojas para fomentar el crecimiento lateral. De esta manera, podrás controlar su crecimiento y evitar que se expanda a sus anchas por el jardín.
Plantación
Si optas por sembrar las semillas directamente en el suelo o en la maceta, hazlo a una profundidad de aproximadamente 1 cm. Puedes hacerlo durante prácticamente todo el año, salvo en los meses más fríos, aunque el momento óptimo es la primavera. Si prefieres utilizar plantones de menta, trasplántalos respetando un espacio de unos 30 cm entre cada planta. Nosotros recomendamos esta última opción, ya que a las semillas les cuesta salir adelante.
Luz y temperatura
La menta soporta hasta seis horas de luz solar directa al día, aunque en lugares muy calurosos prefiere algo de sombra. La temperatura ideal para el crecimiento de la menta oscila entre los 20 y 25 grados.
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Riego
En cuanto al riego, la menta necesita agua constante para mantenerse saludable. Sin embargo, evita el exceso de humedad, ya que esto puede propiciar la aparición de enfermedades fúngicas. Riega la menta regularmente, permitiendo que el sustrato se seque ligeramente entre riegos. Observa las hojas: si comienzan a marchitarse, es señal de que la planta necesita agua. Asegúrate de regar la base de la planta para evitar mojar las hojas, lo cual puede favorecer el desarrollo de hongos. Necesita un suelo bien drenado. Si añades compost casero, favorecerás su nutrición.
Control de las plagas
Aunque la menta es muy resistente y no suele sufrir ataques graves, es posible que aparezcan algunas plagas comunes, como pulgones o ácaros. Para controlarlos de manera natural, puedes utilizar insecticidas orgánicos y prepararlos en casa de manera sencilla.
¿Qué se puede plantar junto a la menta?
La menta es la típica planta que podrías tener en una cocina soleada para disfrutar siempre su aroma, y poder echar mano de sus hojas para cualquier cosa. Pero, si la vas a poner en el huerto (sea en suelo o en maceta, más recomendable), ponla cerca de las crucíferas: coles, coliflores, brócolis y compañía. Disuadirá a las hormigas y espantará a la polilla de la col.
Eso sí, intenta no ponerla ni junto a la hierbabuena ni el perejil, ya que no congenian demasiado bien.
Ahora ya sabes cómo plantar menta con éxito, es tu turno: ¡a embriagar tu terraza o jardín con su inconfundible aroma!