Con las altas temperaturas, el mar se convierte en territorio comanche de medusas. ¿Te ha picado alguna? Bien, si has seguido al pie de la letra nuestros consejos sobre lo que hay que hacer y qué no hay que hacer si te pica una medusa, solo te falta saber si es venenosa para actuar lo más rápido posible. Y para eso tenemos nuestra sección más veraniega de ElNacional.cat, La Tumbona, en la que te contamos los trucos que te ayudarán a descubrir si una medusa es venenosa.

🚨 Los 5 tipos de medusas que puedes encontrar en las playas de Cataluña: No todas pican igual
 

⚠️ Los animales que tienen más posibilidades de matarte que un tiburón en Cataluña
 

¿Cómo saber si una medusa es venenosa?

No todas las medusas son peligrosas, aunque todas nos resulten molestas, así que si te ha picado alguna, lo primero es mantener la calma y luego seguir los consejos de lavado y tratamiento que ya te hemos mencionado.

Pero, ¿cómo saber si una medusa es venenosa y deberías ir corriendo al puesto del socorrista? Bien, lo primero que hay que asumir: no existen trucos generales para distinguirlas. No podemos decirte "si tiene esto" o "si tiene lo otro" porque no serviría de nada. Lo que sí puedes hacer es aprovecharte del conocimiento científico que tenemos hoy y distinguir las medusas más venenosas que recorren nuestras costas. 

Vaya por delante que, si uno está nadando o buceando y ve una medusa alrededor o viniéndole de frente, la opción sensata es largarse tras fijarse bien en su forma, tamaño y color. Pero si siempre las viéramos venir no serían peligrosas, ¿verdad? Si notas una picadura, un súbito escozor, y al mirar alrededor localizas la traicionera medusa que no viste venir, es más importante que nunca fijarte en sus detalles para poder reconocerla. Y si es una de estas 4, te conviene correr:

Carabela Portuguesa (Physalia physalis)

La Carabela Portuguesa, aunque es una falsa medusa, se merece el primer puesto porque su picadura puede llegar a ser mortal en niños, ancianos y personas más débiles. No es una medusa, en realidad es una fascinante colonia de individuos (zooides) que, juntos, emulan la forma de una medusa.

Es originaria del Pacífico, pero en España puedes encontrártela por el litoral atlántico y en algunos puntos del Mediterráneo

Carabela portuguesa. Imagen: Darklich14, CC BY-SA 3.0.

Su picadura es muy característica porque parece como si recibieras una descarga eléctrica y paraliza la extremidad que ha rozado. El dolor es tan agudo que puede hacerte perder la conciencia. Y en la piel deja unas tiras moradas como si te hubieran azotado con un látigo.

Si ves flotando una especie de bolsa hinchada de aire de unos 30 centímetros con unos tentáculos rizados (como cables de teléfono), que pueden llegar a los 50 metros de largo y son de color azulado, sal del agua y avisa al socorrista.

Medusa Clavel o luminiscente (Pelagia noctiluca)

La medusa luminiscente tiene forma de seta, es de color rosado o marrón, mide unos 20 centímetros y tiene unos tentáculos muy finitos, como hilos y una especie de verrugas de color granate en la umbrela. Habita en el Mediterráneo Occidental y el Atlántico. Y no le gusta estar sola, así que es más probable encontrársela junto a otras de su mismo clan, formando enjambres que impiden el baño.

Medusa clavel. Imagen: Simisa, CC BY-SA 3.0.

¡No desearás que te pille en el agua! Su picadura es muy dolorosa, prácticamente como si te quemaran con una olla hirviendo. Si te gusta disfrutar de un baño nocturno, mucho ojo, porque la medusa clavel se ilumina en la oscuridad.

Avispa marina (Carybdea marsupialis)

Escuchar su nombre ya invita a alejarnos de ella. La avispa de mar tiene forma de tarro de encurtidos, mide solo 5 centímetros, es transparente con un toque blanquiazul y tiene cuatro tentáculos con forma de hilo.

Se trata de una de las llamadas Cubomedusas, una de las cuales, la Avispa de mar de Australia, es la medusa más venenosa del planeta, y causa víctimas mortales cada año allá, en las antípodas, donde incluso se avisa con carteles a los bañistas, y se ven playas desiertas porque nadie se atreve a jugársela.

Avispa de mar mediterránea. Imagen: Holger Hrisp, CC BY 4.0.

La que ha llegado al Mediterráneo, Carybdea marsupialis, no es tan venenosa como su prima australiana, pero lo es, y mucho, como comprobaron en Denia en 2008, cuando hubo el primer enjambre denso. Desde entonces se ha ido reproduciendo en el Mediterráneo, y al ser tan pequeña y transparente es fácil no verla, en especial si el agua no está muy clara. Además, durante el día duerme en los fondos arenosos, así que cuidado donde pisas. Su picadura es urticante nivel superior. Querrás arrancarte la piel, pero si te pica una no te rasques o extenderás el veneno.

Aguamala (Rhizostoma pulmo)

Esta es otra de las especies clásicas del Mediterráneo, y en concreto de Catalunya. ¡No suele fallar en la Costa Brava! Y el caso es que no se trata de las especies más venenosas, y no tiene largos tentáculos invisibles, sino ocho fuertes brazos muy visibles. Pero para las pieles sensibles y para los niños sí puede ser una molestia y causar un gran escozor. Y, además, tienen otro problema añadido: que mientras nadan desprenden algunas sustancias con toxinas, que también causan picazón y abrasión. 

Por lo tanto, cuando veas aguamalas, lo mejor es salir del agua, sobre todo con niños.

Aguamala. Imagen: Anntinomy, CC BY-SA 4.0.

Si no quieres tener una cita a ciegas con estas criaturas y terminar tus días de verano curándote de sus picaduras, haz caso a las banderas de prohibición de baño y si no hay aviso, protégete con lociones anti medusas. Evitar jugar con las medusas muertas que veas en la orilla, siguen teniendo veneno sus tentáculos.

Y, sobre todo, tienes que instalar Medusapp, una aplicación que te avisa de las playas dónde se han visto medusas. Contiene consejos y una guía completa de las especies de medusas clasificadas por su peligrosidad, y es el mejor truco para distinguir si una medusa es venenosa o no.