Los problemas medioambientales son tan grandes que uno se ve tentado a no poner nada de su parte porque “para qué”. Pero son todos esos millones de “para qués” los que dificultan los cambios. Es compatible exigirle soluciones a los poderosos con hacer cada uno de nosotros lo que podamos por contribuir. ¿Qué tal si comenzamos haciendo que este verano sea un verano sostenible? Aquí tienes algunas ideas para comenzar.
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Reduce el aire acondicionado
No encender el aire acondicionado puede ayudarte a ahorrar energía (y deberías plantearte el debate de si es mejor ventilador o aire acondicionado). Usa ropa ligera, mantente cerca del mar o la piscina para refrescarte y bebe mucha agua. Y mantén los interiores tan aislados como sea posible para no perder la temperatura y la energía invertida en climatizar. La energía es un gasto para nuestro bolsillo, pero también tiene un coste ambiental en carbono. La reducción de las emisiones de CO2 es una de las grandes necesidades de nuestro tiempo.
El transporte público es el futuro
Deja el coche cuando sea posible, y organiza tus viajes en transporte público. Podrás empezar a ser sostenible en verano, trazando un plan que te permita moverte en tren o en autobús. Puedes llegar a la playa a pie o en bicicleta, no es necesario ni obligatorio usar el coche o la moto para todo. Cuidaremos el medio ambiente y lo haremos de la mejor forma posible, poniéndonos en forma o reduciendo las emisiones.
Un verano sostenible deja huella en ti, pero no en los sitios a donde vas
Respeta el medio ambiente, no dejes huella. Si vas de vacaciones es importante no dejar huella, llévate la basura y no tires nada. A la playa lleva lo que necesites, pero jamás entierres la basura pensando que no se verá. Cada colilla o bolsa de plástico contamina, además de necesitar años y años para desaparecer. Y dejar basura en el bosque no solo es sucio e irresponsable, sino peligroso, ya que puedes provocar un incendio.
La comida no se tira
No tires la comida. La tendencia de comprar todo lo que necesitamos para unos días de vacaciones el primer día nos puede generar una falta de organización. Intenta comprar lo justo, y recuerda que nadie se muere en vacaciones por ir a comprar dos o tres veces en vez de una. Eso es problemático durante el año porque con el trabajo no tenemos tiempo, pero de descanso, ¡ir a comprar es agradable! Y debe ser racional y efectivo para no malgastar comida.
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Lo ecológico es necesario para un verano sostenible
Busca productos ecológicos certificados, desde las cremas para el sol, hasta la comida. Este tipo de productos son respetuosos con el medio ambiente. Pero incluso si no queremos acudir a estos productos, podemos contribuir: basta con no acudir a los que estén envasados con plásticos. Ir a comprar a granel en el mercado es mucho más sostenible que comprar una naranja pelada y desgajada con bandeja de poliestireno y cubierta con film.
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No necesitas tanta ropa nueva
Este verano puedes evitar comprar tanta ropa nueva. Aprovecha en la medida de lo posible la del año pasado y las tiendas de segunda mano. La ropa genera muchos residuos, en el desierto de Atacama, en Chile, ya hay toda una montaña de ropa tirada. Se trata de un problema planetario que no acabamos de visualizar, y cada prenda innecesaria menos, mejor.
¿Aún no empezaste a separar la basura?
Aún hay mucha gente que no realiza un separado básico de la basura en su casa. Si la tuya es una de esas casas, ¿por qué no empezar este verano? No necesitas mucho espacio extra ni comprar un cubo caro y grande de colorines y separadores. Hay bolsas rígidas que sirven para ello, y distintas soluciones. Comienza separando el plástico de lo orgánico, y te sorprenderás: es en ese momento cuando te das cuenta de la cantidad de plástico que nos rodea, es lo que más generamos.
Estos son algunos consejos para vivir un verano sostenible: como ves, en realidad se trata de aprovechar esta época, en la que cambiamos las rutinas, para cambiarlas hacia unas formas más sostenibles, y comprometerse con ese cambio. Empieza este verano a viajar y a vivir de forma sostenible, cuidando los pequeños detalles de tu día a día, y el planeta lo agradecerá.
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