La bajada del uso del catalán es una evidencia que tiene muchas causas diferentes, que se tienen que abordar de formas diferentes, y desde varios ámbitos, como ya se está haciendo. Sin Embargo, una parte no pequeña del funcionamiento de una lengua tiene que ver con las prácticas de sus hablantes. Y, con respecto al catalán, hay 3 cosas que acostumbramos a hacer que no ayudan a hacer crecer su uso.
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🚫 Estos son los nombres prohibidos en Catalunya, aunque de algunos ya hay muchos!
¿Qué piensas de esta lista? ¿Te reconoces en alguna de ellas?
Prejuzgar por el color de la piel
Este es un hecho que denuncian tanto los recién llegados como hijos de personas racializadas nacidas en Catalunya, y que explicaba con mucha claridad el filólogo Xavier Gual, autor del libro Qui ha de salvar el català?:
"A menudo, los recién llegados quedan perplejos porque les hacemos intensivos de catalán, pero después por el simple hecho de parecer chino, pakistaní, ucraniano o marroquí les hablamos siempre en castellano".
Este cambio automático de lengua no tiene razón de ser. De cara a los recién llegados, y con la excepción de los latinoamericanos, la mayoría no tiene mucha idea ni de catalán ni de castellano, aprenden ambas cuando llegan aquí. Entonces, cambiar al castellano solo refleja un sentimiento de inferioridad. ¿Por qué tendría que ser más fácil para un chino o un senegalés hablar castellano que catalán?
Y ya, si hablamos de los hijos, la cosa es más grave, ya que si han nacido o crecido aquí, se han escolarizado en catalán, y entonces como mínimo lo entienden. No tiene ningún sentido pasarse al castellano si tu lengua materna es el catalán.
Cambiar por miedo a expresarse mal
Este es un gesto que se ve más a menudo en castellanohablantes, que no tienen la misma facilidad con el catalán, y que una vez empezada la conversación cambian a castellano. Si eso pasa en un contexto de intercomprensión natural, donde cada interlocutor utiliza su lengua sin problemas para entenderse con el otro, es normal.
Otras veces, el cambio de un idioma al otro es debido al miedo a hacer el ridículo o ser corregidos de mala manera. Eso es habitual en las redes sociales como Twitter/X, donde por desgracia mucha gente opta por burlarse de los otros, o ser desagradable de forma gratuita.
No querer ser "maleducado"
Es una actitud habitual que muestran todas las encuestas: la mayoría de catalanohablantes cambian al castellano cuando alguien se les dirige en esta lengua. La idea de fondo es que es de mala educación no cambiar.
En una entrevista en el diario Ara, la lingüista Carme Junyent dejó una frase que lo expresa con total claridad:
"Hablar en castellano por educación es un prejuicio inducido [...] no es de mala educación hablar tu lengua, es de mala educación pedir a los otros que no hablen la suya".
Este cambio que a menudo hacemos se tiene que contextualizar: no es lo mismo un castellanohablante catalán/valenciano/mallorquín que uno del resto de España. Aunque catalán y castellano tienen más de un 80% de intercomprensión entre ellas (es decir, que son lenguas fáciles de entender si conoces una, aunque no conozcas la otra), es una cortesía pasar al castellano ante un interlocutor que no es de aquí.
Pero entre catalanes eso no tiene ningún sentido: la inmensa mayoría de la población conoce las dos lenguas y, por lo tanto, de tan buena o mala educación sería cambiar al castellano como cambiar al catalán, ¿a que sí? Pero entonces, ¿por qué acostumbramos a hacerlo en una dirección y no en otra? En Catalunya se tiene que poder mantener perfectamente una conversación en la que los dos interlocutores hablen su lengua, independientemente de la que utilice el otro, y con una comunicación perfecta.
Estos tics lingüísticos que muchos tenemos, al final, hacen que el catalán pierda visibilidad y se use mucho menos de lo que se podría. ¿A ti también te pasa?