Tanto si el mar te pilla lejos como si lo tienes al lado, pero prefieres darte un chapuzón en la piscina de la urbanización o estrenarte en los toboganes de tu hotel con parque acuático, es difícil no sucumbir todos los veranos a un refrescante baño en la piscina. ¿A que sí? Puede que incluso estés leyendo esto mismo en una piscina. Y es posible que arrugues un poco la nariz antes de tu próxima zambullida, que será algo más reticente cuando te contemos la verdad que se esconde detrás del agua de las piscinas. Porque el cloro no siempre puede con todo.
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Lasciate ogni speranza o voi ch'entrate!
¿Qué se esconde en el agua de las piscinas?
El cloro de las piscinas combate bacterias, hongos y otros microorganismos, pero poco puede hacer para eliminar los restos de orina, material fecal y tóxicos de crema solares que habitan en el agua de las piscinas. Veamos algunos datos un tanto escatológicos.
Orina
No solo los niños hacen pis en la piscina, los adultos también y así lo demuestran estudios científicos que descubrieron que el edulcorante E-950 (presente en muchos alimentos que consumimos) es el delator de orina en las piscinas. Al expulsarlo sin modificar es fácil calcular cuántas personas han orinado en el agua.
Se descubrió que en las piscinas olímpicas hay una media de 225 litros de orina y en los jacuzzis la cifra se triplica. Y lo peor no termina ahí, investigadores afirmaron que el ácido úrico de la orina al entrar en contacto con el cloro libera sustancias como la tricloramina o el cloruro de cianógeno, que pueden causar problemas respiratorios, daños en el corazón y el sistema nervioso central.
Materia fecal
Si la orina te parece poca cosa, te quedarás sin palabras cuando conozcas los datos que se publicaron en el blog Medical Daily que indican que cada bañista deja una media de 0.14 gramos de materia fecal en el agua en sus primeros quince minutos de baño piscinero.
¿Cómo puede ser? Pues se ve que no todo el mundo sabe limpiarse bien ahí abajo después de ir al baño y tampoco se lavan las manos. Y no todo humano es culpable, porque también se han encontrado heces de pájaros y roedores en piscinas públicas.
Químicos
Además de la orina, la materia fecal y el sudor veraniego, no hay piscina a la que le falte un buen puñado de químicos cosméticos. El maquillaje, el desodorante, la colonia, el champú y el acondicionador y la más contaminante de todas: la crema solar. Lo mejor es hacerte tu propia crema solar y todos los cosméticos que puedas.
Hay un secreto para saber si el agua de la piscina está limpia, porque a simple vista todas parecerán aguas paradisíacas, pero si sientes un fuerte olor a cloro, sal por patas, porque el cloro cuando tiene las medidas correctas es inodoro. Si hay olor significa que han añadido erróneamente más cantidad para tratar de enmascarar la suciedad.
Es más, no creas que el cloro es el borrador universal de todas las bacterias y parásitos, porque algunas especies como el criptosporidio, el adenovirus y el protozoo giardia pueden vivir tranquilamente hasta diez días en agua clorada antes de morir y provocan gastroenteritis o conjuntivitis arruina-vacaciones.
¿Qué hacer entonces para no renunciar a bañarse en la piscina? Conciencia. Ducharnos con jabón y enjuagarnos bien antes de meternos en el agua, lavarnos muy bien las manos y las partes íntimas después de ir al baño y no ir a una piscina pública si tienes otitis, gastroenteritis o conjuntivitis. Y ducharse bien al salir.
¿Tienes una piscina privada en casa? No te libras de contaminar el agua si traes invitados o tienes niños y mascotas en casa. Para evitar sorpresas, toma siempre las precauciones y mantén a raya las medidas de higiene y cloración.
Y si después de este artículo se te quitan las ganas de bañarte en la piscina (¡lo sentimos! era el precio de la verdad) vente a las calas más espectaculares de Catalunya.