La Navidad nos trae alegría, reuniones con familiares y amigos a los que no veíamos desde hace tiempo, kilos de abrazos y besos, promesas y algún que otro regalito. Es una época muy deseada en el calendario porque nos prepara para el largo invierno y nos enciende la ilusión de empezar nuevos propósitos. Hay quienes no pueden esperar a diciembre y se adelantan con la decoración navideña en noviembre, casi cuando aún no han quitado las calabazas ni los murciélagos de Halloween.
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Del mismo modo, los comerciantes han ido potenciando esta ansia navideña consumista, y es por eso que, desde principios de noviembre, vemos cómo los supermercados se llenan de turrones y figuritas de Papá Noel.
Quizás lo taches de obsesión, pero la psicología y la ciencia tiene sus razones para explicar este efecto Navilloween. ¡Te las contamos!
Estas son las razones por las que deberías adelantar la decoración de Navidad
Entre los que aman la Navidad, se encuentran aquellos que siguen la tradición católica o el Feng Shui y prefieren no precipitarse con la decoración navideña y, por otro lado, están aquellos que están deseando llenar la casa de espumillón, bolas de cristal, luces de colores y todo lo que diga Navidad.
Según la ciencia y la psicología, estas son las razones por las que no es mala idea adelantarse a la época de Adviento o al día de la Inmaculada de la Concepción para sacar los adornos navideños:
Favorece la buena salud mental
Se ha demostrado que empezar a pensar en la Navidad favorece la buena salud mental. Hay personas que han perdido a seres queridos a las que temen a la Navidad, pero por lo general planificar la decoración o las actividades que harás con antelación hace que te olvides del estrés, los problemas cotidianos y tengas la mente más positiva y activa.
Evoca los recuerdos más felices
En la infancia, la Navidad se vive con mucha ilusión y magia, la cual perdura en nuestra memoria cuando nos hacemos adultos. Decorar con antelación la casa con adornos navideños o fotos de celebraciones pasadas, evocará los mejores recuerdos de las fiestas y nos sentiremos más nostálgicos y emocionados.
Estimula las hormonas del bienestar
La colorida decoración navideña estimula el cuarteto de las hormonas del bienestar: serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina.
La serotonina se activará porque en Navidad tenemos más tiempo libre para compartir con la familia y amigos y también para sacarnos partido y ponernos ese traje o vestido que nos hace sentir tan bien. Comer comida casera encenderá las endorfinas. Escuchar música navideña, practicar la gratitud y disfrutar de las pequeñas actividades en familia, regulará los niveles de dopamina. Y por último, pensar en los besos, abrazos y saludos que daremos a los seres queridos, nos surtirá de oxitocina.
Despierta la solidaridad y el altruismo
Cuando nos adelantamos con los adornos navideños en casa pueden surgir situaciones que fomenten el altruismo y la solidaridad entre amigos, familiares o vecinos. Por ejemplo, al pedirles materiales reciclados para hacer adornos navideños o que colaboren en la actividad.
Según un estudio publicado en el Journal of Enviromental Psycology empaparnos de Navidad en noviembre fomenta valores que creíamos olvidados. ¿No has notado que en un sitio decorado con colores navideños la gente es más amable y sonríe más?
Los colores verde, madera y blanco trasmiten esperanza, paz y tranquilidad. Y el rojo navideño nos conecta con el amor y la alegría. Es por eso que podemos controlar más la ansiedad con guirnaldas navideñas que sin ellas. ¿Te sumas al Navilloween este año?