Existen distintas formas de solucionar un problema. A veces el proceso es muy lógico y no tiene pérdida: hay un problema concreto para el que existe una solución concreta. A esto se le llama “pensamiento convergente”. Pero a veces podemos encontrar muchas soluciones distintas y originales para el problema. Es lo que llamamos “pensamiento divergente”, y puede entrenarse.

Y nos conviene. A medida que nos movemos en un mundo cada vez más complejo e interconectado, el pensamiento divergente se vuelve cada vez más relevante. Nos permite enfrentar desafíos con mayor flexibilidad, adaptabilidad y creatividad. Al cultivar esta habilidad, podemos descubrir soluciones innovadoras, tanto en nuestra vida personal como profesional. Así que aquí tienes seis maneras de potenciar esta forma de pensar. ¡Dale músculo a tu creatividad entrenando el pensamiento divergente!

6 formas de desarrollar el pensamiento divergente y superarte a ti mismo

  1. Fomenta la curiosidad: La curiosidad es la semilla del pensamiento divergente. Mantén una mente abierta y cuestiona el statu quo. Pregunta "¿por qué?" y "¿qué pasaría si...?". Explora nuevas áreas de conocimiento y mantente al tanto de las últimas tendencias e ideas. Surgirán en tu cabeza conexiones inesperadas.
  2. Practica el pensamiento lateral: El pensamiento lateral es una técnica que nos permite romper patrones de pensamiento establecidos. Busca conexiones entre ideas y conceptos aparentemente no relacionados. Los acertijos, los mapas mentales, y el plantearse a la inversa los problemas son una buena forma de practicar esto.

  3. Estimula la generación de ideas: Dedica tiempo regularmente para generar ideas sin restricciones. Realiza lluvias de ideas, utiliza técnicas de asociación libre o insiste con los mapas mentales. Cuantas más ideas generes, mayor será la probabilidad de encontrar soluciones innovadoras.

  4. Abraza la diversidad: Exponerte a diferentes perspectivas y culturas ampliará tu horizonte mental. Escucha a personas con diferentes lenguas, antecedentes, experiencias y opiniones. Esta diversidad te ayudará a romper con tus propios prejuicios y a pensar de manera más amplia y creativa. Si nos movemos siempre en los mismos círculos, con el mismo tipo de personas, cuesta escapar de esa cárcel mental.

  5. Acepta el fracaso como parte del proceso: No se acierta siempre, y no pasa nada. Si solo tienes una idea, puedes acertar o no. Si tienes muchas, sabes que muchas de ellas no servirán… ¡pero alguna será una solución innovadora y eficiente! Al final, el pensamiento divergente consiste en tomar riesgos y experimentar. No temas cometer errores, ya que estos pueden ser oportunidades de aprendizaje. Aprende de tus fracasos y utilízalos como trampolín para descubrir nuevas soluciones.

  6. Practica el pensamiento abierto: Todo lo anterior se resume aquí. Adiós ideas preconcebidas. El pensamiento divergente se ve favorecido por un enfoque abierto y sin juicios. Evita criticar o descartar ideas de manera prematura. En lugar de eso, valora todas las ideas y luego evalúa su potencial y viabilidad.

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El pensamiento divergente a veces te hace ir a contracorriente. Y a veces es justo lo que hace falta. Imagen: iLixe48.

Un mundo necesitado de pensamiento divergente

El mundo actual es complejo, caótico, imprevisible, y nos obliga a adaptarnos, una y otra vez, a proponer soluciones para problemas complejos, y esto ocurre a todos los niveles: en tu casa, en tu barrio, en tu ciudad, en tu país, en tu parte del mundo, ¡en el planeta entero! Fomentar nuestro pensamiento divergente, pues, no es simplemente una herramienta para creativos, directivos, o perfiles específicos, sino algo útil para todos. ¡Toca ponerse a practicarlo!