Nos vamos a Escocia. Más concretamente, al norte de Escocia y a las islas Orcadas, para descubrir el corazón del misterioso mundo celta. Las Tierras altas de Escocia (A'Ghàidhealtachd, en gaélico, y que conocemos también por el topónimo inglés Highlands) es la región más remota de Escocia y de la isla de Britania, y es la zona que conserva mejor el testimonio de una civilización que arranca en el neolítico (IV y III milenios a.C.) y que trasciende a lo largo de los siglos hasta, prácticamente, la actualidad.
No sería hasta la derrota de los jacobitas, en la batalla de Culloden (1746), que el sistema escocés de clanes, con más de 4.000 años de historia —con todo lo que representaba en los ámbitos familiar, social, político, económico y jurídico—, se derrumbaría definitivamente. En nuestro viaje conoceremos el origen y la evolución de aquel sistema, a través de testimonios monumentales y arqueológicos que explican la historia, y a través de los paisajes naturales donde se crearon los relatos fantásticos que alimentaron esta historia.
Estableceremos nuestro campo base en Inverness (Inbir Nis, en gaélico), capital de las Tierras altas escocesas, una pequeña y monumental ciudad que es el punto de partida de todas las rutas que recorren la región. Inverness, fundada al principio de nuestra era, fue el principal foco de resistencia a la progresión romana. Las legiones de la Loba Capitolina invadieron Inglaterra, pero nunca consiguieron someter Escocia, la tierra de las tribus celtas que se llamaban caledonias.
Descubriremos el valle del río Ness, que no tan solo alberga la leyenda del monstruo que, según la tradición, duerme bajo las aguas del lago. Y descubriremos también la costa oeste, la que se abre a la bravura del Atlántico norte. En el recorrido de estos míticos territorios, conoceremos los castillos de Eilean Donan y de Urquhart, que explican la historia de una larga resistencia a las invasiones extranjeras y de una larga persistencia de la tradición y de la cultura propias.
Escocia no es tan solo gaitas y faldas. Estos dos elementos son muy identificadores, pero no sobrepasan la categoría de tópicos. En nuestro viaje, nosotros vamos mucho más allá, y queremos descubrir la misteriosa edad media escocesa, que siempre nos la han envuelto con una espesa nebulosa. Viajaremos hasta la ciudad de Elgin y descubriremos los restos de la catedral, que se mantienen en pie como el testimonio de una época medieval de plenitud que acabó, repentinamente, con una terrible oleada de destrucción.
Escocia es whisky. Es la bebida nacional escocesa. Y eso no quiere decir que los escoceses solo ingieran esta bebida. Pero sí que el whisky (su producción, comercialización y consumo) va mucho más allá del tópico, y es un elemento que forma parte de la cultura nacional escocesa. En nuestro viaje, nos adentraremos en la destilería de Glenmorangie, fundada en 1843, que sigue elaborando "el agua de la vida" (que es como los escoceses llaman al whisky) de forma tradicional y artesanal.
Escocia es una las naciones más antiguas de Europa. Comparten este honor con los vascos y con los bretones. Y en nuestro viaje descubriremos la génesis de aquel mundo netamente celta. Conoceremos el yacimiento arqueológico de Cairn Liath, al extremo norte de las Tierras altas, y, después, durante nuestra estancia en las islas Orcadas, recorreremos el conjunto de yacimientos neolíticos más importante de Escocia y uno de los más destacados de Europa: las Rocas de Stennes, el Anillo de Brodgar, Skara Brae y Stromness.
Las fantásticas islas Orcadas, situadas unas millas en el norte de la costa septentrional escocesa, son, también un remanso de paz y de quietud. Nuestro campo base insular será Kirkwall, una pequeña ciudad que, a finales de la edad media, se quedó parada en el tiempo. Y, durante los días de estancia en las Orcadas, además del extraordinario patrimonio prehistórico e histórico, disfrutaremos, también, de sus fantásticos parajes naturales, que acogen una riquísima y singular flora y fauna.
No nos marcharemos sin conocer el testimonio de la presencia del único pueblo que hizo un agujero en la historia antigua y medieval escocesa: los vikingos. A principios del siglo IX, este mítico pueblo marinero originario de Escandinavia se estableció en la costa de la región que descubriremos. Y crearon varios asentamientos. En nuestro viaje, descubriremos el de Broch of Gurness, un castillo-palacio de origen celta, que durante la invasión vikinga sería reconvertido en una necrópolis escandinava.
Inverness será nuestro campo base en las Tierras altas. Y Kirkwall, en las Orcadas. Pero el punto de llegada y de partida en Escocia será Edimburgo, la capital histórica del país. Y dedicaremos un día para conocer sus edificios más destacados: el castillo (residencia de los reyes de Escocia durante la edad media), las murallas que rodean la ciudad, la catedral de Saint-Giles (iglesia madre del protestantismo escocés), la Royal Mile (la calle principal de la parte histórica) y el contemporáneo edificio del Parlamento de Escocia.
Escocia nos espera. Pero no aquella Escocia de los tópicos. Ni aquella Escocia de las concentraciones de visitantes. Sino aquella Escocia profunda y en gran parte desconocida, que preserva los testimonios materiales (los yacimientos arqueológicos, los castillos, las tramas urbanas históricas) y los testimonios inmateriales (la tradición a través de los relatos fantasiosos). Nos vamos a conocer la Escocia de verdad. Por lo menos, una parte muy importante. ¡Os espero! ¡Os esperamos!