A finales de 2022 se supo que Nueva Zelanda iba a ser el segundo país del mundo en ilegalizar el tabaco. La norma, ya aprobada, establece que los nacidos a partir de enero de 2009, que tendrán 18 años en 2027, ya no podrán comprar tabaco en ninguna parte. Lo del Día Mundial sin Tabaco, allí, se lo han tomado completamente en serio.
Para mucha gente se trata de una medida estupenda, que sigue la estela de Bután (primer país en ilegalizar el tabaco) y que debería imitarse en todo el mundo por los nocivos efectos de esta droga. Para otros, esto es un ataque a la libertad individual, pero lo cierto es que el tabaco está siendo retirado de cada vez más sitios.
🚬Casi la mitad de los españoles, a favor de prohibir fumar dentro de los coches
🚭Asociaciones reclaman más medidas para luchar contra el tabaquismo y más control en la venta a menores
Hace treinta años era normal que los profesores fumaran en los pasillos del colegio entre clase y clase, y hoy a nadie se le ocurriría. Luego se ha retirado de sitios públicos, se ha prohibido en restaurantes, y con la pandemia se ampliaron restricciones al aire libre. Nos encaminamos hacia un mundo en el que fumarse un cigarro delante de un instituto nos parecerá algo tan anormal, grosero y violento como esnifar cocaína en ese mismo lugar.
Pero, ¿sabías que esto mismo ha ocurrido con otras drogas? ¿Qué la cocaína o el cannabis se consumieron con total normalidad antes de caer en la prohibición, e incluso se usaban en medicamentos para niños?
Otras drogas que una vez fueron legales y ahora no se nos ocurriría consumir en público
Cocaína
Este alcaloide de la planta de coca fue aislado en 1859 por el químico alemán Albert Niemann, y poco más de dos décadas después se estaba comercializando en Estados Unidos como medicamento para la gota… ¡Y como tratamiento para el dolor de dientes de los niños!
Quien más trabajó sobre las propiedades terapéuticas de la cocaína fue Sigmund Freud, que en 1884 llegó a publicar una obra llamada Über Coca (“Sobre la coca”) defendiendo sus virtudes y explicando que no causaba efectos secundarios ni adicción. Pocos años después abandonó la defensa de esta sustancia, al comprobar sus efectos secundarios con la muerte de su amigo Ernst Fleischl.
La normalidad con la que se consumía la cocaína era tal que incluso hubo una famosa bebida basada en ella: la Coca-Cola, inventada en 1885, y que sustituyó la cocaína por cafeína en 1903.
Heroína
El nombre químico de esta droga es diacetilmorfina, y se sintetizó por primera vez en 1874, en Inglaterra, en un intento de buscar un analgésico más seguro que la morfina.
Pero no acabó de cuajar hasta más de veinte años después, cuando la farmacéutica alemana Friedrich Bayer & Co. la comercializó en grandes cantidades con el nombre de “Heroína”… elegido por ser una “droga heroica” que quitaba el dolor de forma segura. No hace falta incidir en la cruel ironía de todo el asunto.
Cannabis
El cannabis se ha consumido durante milenios en algunas zonas de Oriente Próximo, el Mediterráneo y Europa. Los escitas lo echaban en sus saunas hace dos mil años, y los musulmanes lo comían en el Egipto medieval, y lo fumaban en al-Ándalus.
Sin embargo, el consumo en el occidente de Europa nunca llegó a extenderse, y fue una sustancia exótica hasta que, en 1842, un médico inglés produjo un extracto comercial de cannabis con la ayuda del farmacéutico Peter Squire (por lo que el extracto se llamó “Squire’s Extract”.
Durante lo que quedaba del siglo XIX y las tres primeras décadas del XX, el extracto de cannabis y otros medicamentos con hachís se emplearon contra el insomnio, las jaquecas, la dismenorrea o el asma antes de ser prohibido. También para niños. Aunque, a diferencia de las otras drogas, hoy se está luchando por una nueva legalización y regulación del cannabis, que ya es efectiva en unos cuantos países.
Anfetaminas
Aunque se sintetizaron por primera vez en 1887, las anfetaminas no fueron comercializadas hasta finales de la década de 1920, como tratamiento contra el asma y la congestión nasal. Para la década de 1960, su uso estaba extendidísimo, y los médicos las recetaban también para la obesidad, la depresión, el colon irritable, la esclerosis múltiple o las disfunciones sexuales, entre otras.
Día Mundial sin Tabaco: ¿será innecesario algún día?
El número de fumadores, en general, se reduce. Según datos de la OMS, en el año 2000 fumaba el 32,7% de la población mundial mayor de 15 años, y para el año 2020 la cifra se redujo al 22,3%. Se espera que en 2025 se reduzca aún más, hasta el 20,4%.
Son datos esperanzadores contra una sustancia que tanto daño hace, y con medidas como las que van aprobando los distintos gobiernos del planeta, parece posible un mundo en el que un Día Mundial sin Tabaco nos suene tan raro y fuera de la realidad como nos sonaría hoy un Día Mundial sin Cocaína.