El tomillo (Thymus vulgaris) es una de las hierbas aromáticas más populares en los Países Catalanes, tanto por sus propiedades medicinales como por su uso culinario. Sin embargo, como pasa con muchas plantas y elementos naturales, su nombre varía según la zona geográfica y la tradición local. Hoy te descubrimos las diferentes maneras de decir tomillo en catalán: ¡seguro que alguna te sorprenderá!
1. Farigola
Este es el nombre estándar y el más utilizado en la mayor parte del territorio catalanohablante. Se utiliza en Catalunya, las Baleares y una buena parte del País Valencià. Tiene un origen incierto, para los expertos proviene del latín filicula, que quiere decir culantrillo. Para otros, de ferricula y, para otros expertos, del verbo ferigolar proveniente de fragare que quiere decir 'exhalar aromas'.
2. Timó
Esta forma es especialmente comuna en la Catalunya occidental, el País Valencià y la franja de Ponent. Proviene del latín thymum, que es el origen de su nombre en muchas otras lenguas románicas.
3. Timonet
Este diminutivo de "timó" se utiliza en algunas zonas para referirse a variedades más pequeñas de tomillo.
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4. Tomello
En las Islas Baleares y algunas comarcas del País Valencià, especialmente en zonas rurales, se puede oír la palabra "tomell" para referirse al tomillo. Este nombre no es tanto una evolución de una palabra mozárabe como una evolución del aragonés antiguo tomiello. Al mismo tiempo, es también préstamo del castellano tomillo.
5. Estremuncell
Aunque menos conocido, "estremuncell" es otro nombre que se puede encontrar en algunas zonas de la franja norte de Ponent para referirse en esta planta aromática. Proviene de tremoncillo y, este, del latín Thymonicellu.
6. Frígola o Frigola
Desde una perspectiva geolingüística se ha evolucionado en algunas zonas del sur de Catalunya hacia esta variante donde se ha mantenido como una variante muy popular de la palabra.
Un patrimonio lingüístico rico
La diversidad de nombres para el tomillo nos recuerda la riqueza y la variedad del catalán, una lengua llena de matices según el territorio. Conocer estas palabras no solo nos ayuda a entender mejor nuestra lengua, sino también a valorar la sabiduría popular que ha preservado estas denominaciones a lo largo de los siglos.