A menos que tengamos una edad avanzada en la que empiecen a manifestarse lagunas mentales, confiamos en nuestra memoria. Apreciamos tanto los recuerdos que los atesoramos en un lugar privilegiado de nuestro cerebro para soltarlos cuando sean requeridos. Contar cosas sobre el pasado y la infancia nos conecta con quiénes somos, saca a la luz el cómo se han ido forjando los patrones emocionales y mentales con los que hoy nos defendemos. 

🧠 ¿Por qué nuestro cerebro recuerda más unas palabras que otras?
 

💭 ¿De qué materia están hechos los recuerdos?
 

Los terapeutas tratan de indagar sobre nuestro pasado para llegar a nosotros. Pero ¿te has parado a pensar cuántos de tus recuerdos son reales? Según los expertos en psicología y ciencia, tu memoria puede hacerte creer que viviste algo que nunca ocurrió. Te explicamos a qué se debe este fenómeno.

¿Por qué creamos falsos recuerdos?

Seguro que alguna vez jugaste al popular juego del “teléfono” y pudiste comprobar cómo la información que pasaba de un compañero a otro se iba distorsionando hasta convertirse en un disparate. Con los recuerdos pasa algo parecido: el cerebro rescata la información de fotografías, vídeos, emociones o narraciones y trata de formar una imagen aproximada de lo que ocurrió, pero, si no hay testigos que puedan demostrar que tu recuerdo es verdadero, tu cerebro puede usar la imaginación para rellenar ese vacío en la memoria. ¿Por qué lo hace? Porque el cerebro no puede abarcar tanta información y trata de adaptarse. Así que, aunque la mayoría de lo que recordamos es real,  siempre hay recuerdos falsos.

Elisabeth Loftus es una estadounidense destacada en psicóloga y matemática cuya trayectoria profesional se ha centrado en la investigación de la formación de recuerdos y la estructura de la memoria. Al plantearse si el número total de denuncias de abusos sexuales en la infancia se debía a situaciones reales o era producto de la influencia sugestiva generada durante el proceso terapéutico, quiso encontrar la respuesta con varios experimentos. Te contamos los dos más impresionantes.

1. El experimento del centro comercial

En la década de los 70, Loftus reunió a varios voluntarios a los que les contaron cuatro anécdotas. Se les informó que todas las anécdotas eran reales. Una de ellas era falsa, se trataba de hacerles creer que de pequeños se habían perdido en un centro comercial. Para hacerlo más convincente, se pidió colaboración a familiares y amigos para que acompañaran las anécdotas con narraciones falsas. Días después, se entrevistaron a los voluntarios exigiéndoles detalles de esos cuatro recuerdos. Una de cada cuatro personas afirmó recordar la situación del centro comercial e incluso daban detalles concretos sobre cómo se perdieron, ubicación y la ropa que llevaban. Cuando les revelaron que una de las historias era falsa y si podían adivinar cuál, la mayoría no pudo hacerlo.

2. El viaje ficticio en globo

De igual forma, en 1995,  Loftus demostró que el cerebro era capaz de generar pseudorecuerdos con otro experimento. En este caso solo pedía una condición: que los participantes jamás hubieran viajado en globo. Para ello se pidió a los familiares de los voluntarios que aportaran esta información en secreto con anterioridad. Utilizando fotografías manipuladas digitalmente de la infancia de los sujetos en las que aparecían dando una vuelta en globo aerostático con su padre o madre. Después de mostrarles la fotografía, se les preguntó si recordaban este recuerdo. La mayoría describió ese día con tantos detalles como si hubiera sucedido.

Da miedo pensar que nuestra imaginación pueda engañarnos así, pero Loftus no es la única que ha investigado y sigue investigando sobre esto, en los últimos 30 años son cientos los estudios científicos que demuestran que la memoria humana puede cometer errores y cómo influyen los testimonios e imágenes en la construcción de falsos recuerdos.

La buena noticia es que los falsos recuerdos indican que nuestro cerebro está sano y funciona a la perfección, así que ni es tan malo ni es permanente, pues según este estudio, la acción de “inventar recuerdos” se puede revertir:

📖 Un nuevo estudio encuentra que los recuerdos erróneos se pueden revertir