Este sábado, en Catalunya, viviremos un fenómeno astronómico único: un eclipse solar parcial. Este, sin embargo, solo será el primero de los cuatro que viviremos en los próximos años.
Por si no lo sabes, un eclipse de sol se produce cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando el paso de la luz y oscureciendo algunas zonas de nuestro planeta. Es, pues, el resultado de la alineación de los tres astros.
En función de la trayectoria de la sombra, el eclipse puede ser total o parcial. Si bien el de este fin de semana será parcial, el efecto no dejará de ser impresionante: una apoteósica oscuridad se cernirá sobre todos nosotros este sábado.
El eclipse de este sábado se podrá disfrutar desde Catalunya y desde buena parte del hemisferio norte. En Catalunya, el momento del día en que la Luna cubrirá más superficie solar será cuando falten unos 10 minutos para las 12 del mediodía. Concretamente, tapará un 16%.
2026 y 2027: años de eclipses totales (también en Catalunya)
En materia de fenómenos astronómicos, la cosa no ha hecho más que empezar. Y es que en 2026 y en 2027 podremos presenciar dos eclipses totales.
El primero será el 12 de agosto del 2026. El sol quedará tapado durante dos minutos por la noche y lo podremos apreciar desde Catalunya. Seguro que será espectacular, pero todavía lo podría ser más si se produjera en un momento del día de mayor intensidad lumínica como el mediodía.
El segundo se producirá el 2 de agosto del 2027. En este caso, aunque será visible parcialmente en casi toda Europa, solo será total en el sur de Andalucía.
Y para remachar el clavo un eclipse anular en
2028
El 26 de enero del 2028, habrá un eclipse anular que será visible desde Catalunya y algunas partes de España y de la América Latina. A diferencia de un eclipse total, en uno anular el área del disco de la luna es más pequeño que el área del disco solar. Eso provoca en torno a la luna el fenómeno que da nombre a este tipo de eclipse: "anillo de fuego".
La interpretación de los eclipses en el pasado
A lo largo de la historia, los eclipses han sido considerados fenómenos misteriosos y a menudo aterradores para muchas culturas.
En las civilizaciones antiguas, la desaparición repentina del Sol o la Luna era vista como una señal de mal augurio o la ira de los dioses. En la China imperial, se creía que un dragón celestial devoraba el Sol durante un eclipse solar, y por eso los habitantes hacían ruido con tambores y gritos para asustarle. En Mesopotamia, los astrónomos asociaban los eclipses con la muerte o la caída de un rey.
Los mayas, que tenían un conocimiento astronómico avanzado, registraban estos acontecimientos en sus calendarios e intentaban predecirlos para evitar las supuestas consecuencias negativas. Los incas, en cambio, consideraban que un eclipse era una señal de descontento del dios solar Inti y realizaban rituales y sacrificios para apaciguarlo.
A pesar de las diferentes interpretaciones, todas estas culturas compartían la creencia que los eclipses eran momentos de alerta y transformación que podían influir en el destino de las personas y los imperios.