Cuando los catalanes decimos que alguien "está en la luna de València", lo hacemos de forma automática, sin casi pensar. Es una expresión bien arraigada a nuestra manera de hablar, pero cuando alguien que no habla catalán la escucha por primera vez, se queda totalmente desconcertado. ¿Qué quiere decir exactamente? ¿Por qué València? ¿Y qué pinta la luna? Te revelamos este misterio lingüístico.

¿Qué quiere decir "estar en la luna de València"?

Esta expresión se utiliza para referirse a una persona despistada, soñadora o desconectada de la realidad. Es aquel momento en que alguien está en la suya, sin prestar atención a lo que pasa a su alrededor. También se puede utilizar para indicar que alguien se ha quedado sin nada de lo que esperaba, como cuando alguien llega tarde y ya no queda comida o entradas para un concierto.

Imagen de una luna. Foto: Pexels
Imagen de una luna. Foto: Pexels

¿De dónde viene la frase hecha?

Su origen no es del todo claro, pero hay varias teorías que explican por qué se dice así:

La leyenda medieval: Antiguamente, la ciudad de València cerraba sus puertas por la noche para protegerse de ataques. Si alguien llegaba tarde, se tenía que quedar fuera de las murallas, durmiendo a la intemperie, bajo la luna. De aquí vendría el significado de quedarse sin nada o perder una oportunidad.

La influencia literaria: Algunos estudiosos apuntan a que la expresión podría haberse popularizado por obras del Siglo de Oro en que se hacía referencia a la "luna de València" como un estado de desorientación o confusión.

¿Por qué los de fuera no la entienden?

Para alguien que no habla catalán, la expresión no tiene ningún sentido literal. La combinación de "luna" y "València" no sugiere inmediatamente el concepto de distracción o pérdida. En otras lenguas hay expresiones similares como por ejemplo: en castellano "estar en las nubes" o en inglés "be daydreaming". Aunque ninguna tiene este sentido de quedarse sin nada.

"Estar en la luna de València" es una de aquellas expresiones que hacen única la lengua catalana. No tiene una traducción exacta y desconcierta a cualquiera que no la conozca. Pero eso la hace todavía más especial: una pieza más de nuestro patrimonio lingüístico que vale la pena conservar. Así que ya lo sabes: cuando te digan que estás en la luna de València… ¡quizás es hora de pensar y poner los pies en la tierra!