¡'Hola, caracola'! Si has entrado a leer este artículo, probablemente quiere decir que has nacido entre los setenta y los ochenta, que formas parte de la generación 'tomàtic' y que cursaste la Educación General Básica (EGB).  'No te pongas nervi', no vengo a juzgarte. Vengo a recordarte una colección de frases y expresiones que todavía hoy nos evocan recuerdos entrañables de nuestra infancia y adolescencia. ¿Okey Makey? Frases como 'A la cola, Pepsicola' y 'No te enrolles, Charles Boyer' son más que simples palabras: son una puerta a un tiempo en que las cosas eran, aparentemente, más sencillas. Estas expresiones eran el pan de cada día en nuestro lenguaje y, aunque no tuvieran mucho sentido, definían una manera de ver el mundo con desenfado y buen rollo. Aquí recuperamos otras frases míticas que, si las dijiste en algún momento, demuestran, que, 'efectiviwonder', tú eres de la generación EGB.

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Expresiones que decías y ya no dices y que demuestran que estudiaste la EGB

Algunas expresiones de los años setenta u ochenta todavía perduran. Aunque ya no se utilicen tanto como antes, de vez en cuando se dejan caer en una conversación, sobre todo cuando nos encontramos con antiguos compañeros de clase o cuando queremos ponernos nostálgicos. Decir '¿Qué pasa, tron?' o 'A la cola, Pepsicola' nos hace revivir aquellos momentos de infancia con una sonrisa. La generación de la EGB creció en una época en la que se combinaba la inocencia con el ingenio, y estas expresiones son un testimonio vivo de nuestra manera de entender el mundo. Ahora, en un contexto digital y globalizado, quizás hemos perdido parte de aquella frescura y espontaneidad, pero siempre podemos volver a ella, aunque sea por unos instantes, recordando las expresiones que tantas veces dijimos.

'¡Nasti de plasti!'

Cuando algo no nos convencía o queríamos negarnos a hacer algo de manera rotunda, decíamos '¡Nasti de plasti!'. Esta frase era la versión más creativa de un simple 'no'. A diferencia del 'nanai de la China', que también denotaba una negativa, el 'nasti de plasti' tenía un toque más juguetón. Si alguien te decía '¡Vamos a hacer los deberes!', tú respondías con un 'nasti de plasti' y te ibas a dar un voltio con los amigos.

'Guay del Paraguay' y 'Efectiviwonder!'

Si algo te parecía genial, no bastaba con decir 'mola' o 'chulo', tenías que elevarlo al siguiente nivel con un 'Guay del Paraguay'. Esta expresión era la manera de decir que algo era increíblemente bueno, como cuando te dejaban quedarte viendo tu serie favorita hasta tarde. Y si tenías que afirmar algo con absoluta certeza, decías '¡Efectiviwonder!', una manera original de decir “efectivamente” que hacía referencia al mítico cantante Stevie Wonder.

'Cantidubi'

'Cantidubi' era el prefijo obligatorio para cualquier cosa que te encantara. Decías que algo 'mola cantidubi' cuando te fascinaba de verdad. Si alguien llegaba con un juguete nuevo o contaba un plan increíble para el fin de semana, tú respondías con un '¡Eso mola cantidubi!'y todos entendían que aquello era lo mejor de lo mejor. '¡Cantidubi dubi dubi, cantidubi dubi da!'

'Mover el esqueleto' y 'Eres un fitipaldi'

Ir a bailar no era solo eso, era “mover el esqueleto”. Esta expresión llenaba de energía cualquier propuesta de baile, convirtiendo la pista en un lugar donde podías dejarte llevar al ritmo de las canciones del momento. Y si alguien corría o conducía muy rápido, no había duda, le decías que era 'un fitipaldi', haciendo referencia al famoso piloto de Fórmula 1, Emerson Fittipaldi. Así que si eras de los que se daban prisa para llegar primero a todas partes, seguro te caía un '¡Eres un fitipaldi!'.

'¿Digamelón?' y 'No te pongas nervi'

La creatividad de aquellos años se colaba incluso en el teléfono. Cuando respondías, no decías un simple '¿Diga?', sino '¿Digamelón?'. Y si veías que alguien se estaba poniendo nervioso, le soltabas un 'No te pongas nervi', que era mucho más amable que cualquier otra advertencia.

'A la cola, Pepsicola' y 'No te enrolles, Charles Boyer'

Si querías decirle a alguien que se esperara su turno, la frase obligatoria era 'A la cola, Pepsicola'. Esta expresión servía para poner orden de manera simpática, evitando cualquier discusión. Y si alguien hablaba demasiado o empezaba a contar cosas que no venían al caso, le decías 'No te enrolles, Charles Boyer', en referencia al famoso actor. Era una forma divertida de pedir que fueran al grano, sin malos rollos.

'Está de rechupete' y 'Fetén'

Si algo estaba realmente delicioso, decías que 'está de rechupete'. Esta frase era común cuando te zampabas un helado o cualquier dulce que te encantara. Y si algo te parecía perfecto, simplemente decías que estaba “fetén”. Era la forma de expresar que todo iba de maravilla, que no faltaba ni sobraba nada.

'Chachi piruli' 

En aquellos tiempos, no bastaba con decir que algo era bueno, tenías que exagerarlo un poco. Decías '¡Chachi piruli!' cuando algo te parecía genial. Desde una tarde de juegos hasta una peli nueva en la tele, todo lo que te emocionaba era 'chachi piruli' y, cuando te gustaba mucho, ya era 'chachi piruli, Juan Pelotilla'.

'¿Qué pasa, tron?' y 'Hola, caracola'

Para saludar a un amigo, nada mejor que un buen '¿Qué pasa, tron?'. Esta frase era un saludo estándar entre colegas, una manera de decir que todo iba bien. Y si te apetecía darle un toque más divertido al encuentro, empezabas con un “Hola, caracola”, añadiendo un poco de humor a la conversación desde el principio.

'Me las piro, vampiro' y 'Hasta luego, cocodrilo'

Cuando llegaba el momento de irse, no bastaba con un simple 'adiós'. Soltabas un 'Me las piro, vampiro' o el clásico 'Hasta luego, cocodrilo', al que siempre se respondía con '¡En un rato, lagarto!'. Estas frases eran el broche de oro para despedidas informales y llenas de complicidad.

'La cagaste, Burt Lancaster' y 'Lo llevas clarinete'

Si alguien cometía un error, soltabas un '¡La cagaste, Burt Lancaster!', como una especie de advertencia cómica. Y si alguien tenía las cosas difíciles, le decías 'Lo llevas clarinete', una forma de recordarle que la situación no pintaba bien, pero siempre con una sonrisa.

Hasta aquí el recopilatorio de frases típicas de los años 80. La próxima vez que te encuentres con alguien de la generación EGB, no dudes en soltar alguna de ellas para empezar una conversación.

¡Hasta luego, cocodrilo!