La eficiencia energética en el hogar va mucho más allá de elegir electrodomésticos de bajo consumo. También está muy relacionada con la llamada “envolvente térmica” de un edificio, esa segunda piel (cubierta, fachada, suelo, puertas y ventanas) que nos aísla de la temperatura exterior y mantiene la interior. Sin embargo, muchas veces subestimamos la importancia del aislamiento térmico, y no le prestamos la atención que merece. Una decisión que tiene importantes consecuencias tanto en nuestro bolsillo como en el entorno.

La importancia del aislamiento térmico y lo que ocurre si lo descuidamos

Derroche de energía

Uno de los efectos más evidentes de un mal aislamiento térmico es el derroche de energía. Sin un adecuado aislamiento, el calor y el frío se intercambian a un lado y otro de la vivienda: la temperatura del exterior quiere entrar, la del interior quiere salir. Tanto la calefacción en invierno como el aire acondicionado en verano se ven obligados a trabajar más tiempo y gastar más energía en mantener climatizado el interior a una temperatura agradable.

El resultado evidente de esto es un malgasto crónico de energía, que se traduce en facturas de la luz y el gas mucho más elevadas. 

Confort comprometido

Un hogar mal aislado puede generar problemas de confort. Las corrientes de aire frío o caliente pueden ser incómodas e incluso perjudiciales para la salud, especialmente para personas sensibles como niños pequeños o personas mayores. 

Por otro lado, la falta de aislamiento puede provocar problemas de humedad y condensación, lo que puede favorecer la aparición de moho y afectar la calidad del aire interior. Los adultos con problemas respiratorios son conscientes de la importancia del aislamiento térmico.

La humedad y la condensación empeoran la comodidad de una vivienda. Imagen: Wirestock.

Impacto ambiental

La falta de aislamiento térmico en casa no solo tiene consecuencias económicas y de confort, sino también un impacto negativo en el medio ambiente. Al aumentar el consumo de energía, estaremos contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y al calentamiento global. Optar por un buen aislamiento térmico es una manera efectiva de reducir nuestra huella de carbono y contribuir a la sostenibilidad.

¿Cómo podemos determinar si nuestra vivienda está bien aislada o no? 

Para saber si tu vivienda cuenta con un aislamiento térmico adecuado, presta atención a estos indicios:

  • Observa posibles grietas o espacios en ventanas y puertas.

  • Verifica si existen corrientes de aire perceptibles en determinadas zonas de la vivienda. Prueba cerrando todas las ventanas y puertas y enciende una vela cerca de los marcos. Si notas movimientos de la llama, es posible que existan infiltraciones de aire.

  • La sensación de frío o calor excesivo en áreas determinadas, puede indicar un desequilibrio en la distribución térmica.

  • La aparición de moho en paredes y techos indica con claridad que hay un problema de aislamiento. 

En última instancia, es prudente solicitar una auditoría energética profesional que nos ponga negro sobre blanco el estado y la importancia del aislamiento término de casa.

Uso de lana de roca para mejorar el aislamiento térmico. Imagen: Bilanol.

Cómo solucionar los problemas de aislamiento térmico

Dependiendo del estado de la vivienda, habrá que tomar unas medidas u otras, con un impacto económico distinto. Hay pequeñas cosas que podemos hacer nosotros:

  • Reparar y rellenar grietas en techos y paredes.

  • Poner burletes de cepillo en las puertas que den al exterior, de forma que ni el polvo ni el frío/calor se nos cuelen por debajo de la puerta.

  • Usar adecuadamente los aislamientos adicionales en las ventanas y correderas, como cortinas o persianas (por ejemplo, en verano lo suyo es abrir todo y ventilar a primera hora de la mañana y por la noche, y mantenerlo todo cerrado y oscuro en las horas fuertes de sol).

  • Aislar el suelo en invierno, que es uno de los mayores puntos de entrada del frío. Si no tienes parquet, que es aislante natural, usa alfombras para ello.

Luego, claro, está la opción de las reformas o cambios importantes para mejorar el aislamiento térmico de una vivienda. Estos incluyen el uso de materiales como la lana de roca, la aplicación de láminas, la inyección en las cámaras aislantes, la mejora de las ventanas con dobles acristalamientos, y la aplicación de productos en los marcos para aislar posibles entradas de aire.

Los efectos de estas medidas, grandes y pequeñas, los irás viendo de forma acumulativa según vayas actuando: reducción del gasto energético y las facturas asociadas, mayor confort en casa… una vida doméstica mejor, que deja clara la importancia del aislamiento térmico.


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