La costa catalana esconde gran cantidad de espacios ocultos y secretos para descubrir. ¿Y qué mejor época que el verano? Aparte de las espectaculares playas del litoral catalán, también hay infinidad de pueblos que son un auténtico regalo tanto para los viajeros como para los autóctonos y así poder conocer toda su cultura y tradición. Aunque la costa brava acostumbra a ser el destino estrella para el verano, la costa dorada también alberga un grandísimo patrimonio y una infinidad de rincones mágicos. Hoy viajaremos hasta Tarragona, en concreto, a Tamarit, un antiguo pueblo añadido a la ciudad de Tarragona en 1956 y que se extiende en torno a la desembocadura del río Gaià. Una de sus grandes joyas es su castillo medieval. ¿Lo conoces? ¡En La Tumbona de ElNacional.cat te explicamos todo lo que tienes que saber!

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El castillo románico de Tamarit

A pesar de las pequeñas dimensiones de Tamarit, este núcleo urbano mantiene toda su esencia medieval gracias a su espectacular castillo. Pero no solo eso, otro de los regalos que aporta es que en sus pies descansa una de las playas más bonitas de la provincia: la cala Jovera.

La historia del castillo románico de Tamarit nos transporta en el siglo XI, cuando fue construido por los señores de Claramunt, a los cuales se unieron por patrimonio en los Montoliu. Los descendientes comunes de las dos familias adoptaron el apellido Tamarit. El castillo durante su historia ha pasado por diferentes manos hasta el siglo XIII. El núcleo urbano de Tamarit presentaba dos sectores: el de la villa de Cerrada, fortaleza con esbeltas murallas que protegían la población en caso de peligro de ataque corsario, y, el Raval o Montaña, que se situaba fuera del recinto cerrado. Tamarit fue uno de los puertos más importantes a la edad media, que establecía la divisoria entre la Catalunya 'cristiana y la musulmana'. Sin embargo, los continuos ataques de los corsarios sarracenos durante los siglos XV y XVI casi hicieron desaparecer el tráfico mercantil, que finalmente pasó en Tarragona. A finales del siglo XV se dedicó para la vigilancia costera para evitar el ataque de los piratas. La decadencia de Tamarit llegó durante el siglo XVIII a consecuencia de la guerra contra los napoleónicos, los saqueos y ocupaciones militares, las fiebres provocadas por las aguas estancadas, así como la falta del dinero. El año 1916, el americano Charles Deering compró las ruinas y las restauró bajo la dirección del pintor Ramón Casas, y consiguieron transformar el paraje ruinoso en un idílico lugar de reposo.

El castillo fue declarado bien de interés cultural el año 1988. Su muralla se abría por cuatro puertas, de las cuales se conservan dos, la de la Mora y la de la Cruz. Actualmente, dentro del recinto castillo de Tamarit están los restos del castillo, la iglesia, algunas viviendas y varios espacios sin edificar. Actualmente, en el castillo de Tamarit se celebran diferentes acontecimientos, especialmente bodas.

Castillo de Tamarit

¿Cómo llegar al castillo de Tamarit?

El acceso al castillo de Tamarit no es especialmente fácil, ya que solo se puede acceder andando por la N-340, camino al castillo de Tamarit. Sin embargo, podrás llegar y disfrutar del espacio prácticamente virgen y que no acostumbra a estar lleno de gente, como si te pasará en otros lugares de Catalunya durante el verano. Desde Barcelona, el viaje hasta Tamarit es de en torno a 1 hora y 10 minutos por la vía C-32 (hay peajes). Por su parte, desde Tarragona el trayecto tiene una duración estimada de 20 minutos por la vía A-7.