Una de las principales causas de estrés y saturación en el trabajo y la vida en general es la acumulación de responsabilidades y tareas pendientes. Llegas por la mañana y tienes las cincuenta cosas previstas en la agenda, más otras cincuenta imprevistas, la cuota diaria de interrupciones… y así no se puede trabajar. Por suerte, una herramienta como la matriz de Eisenhower nos ayudará a discriminar y ganar eficacia en este caos. Porque, al final, el problema no es tanto el volumen de tareas pendientes como errar el orden de prioridades al realizarlas.

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Qué es la matriz de Eisenhower y en qué consiste

Todo empezó con un discurso que dio en 1954 el 34º presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, en el que dijo:

“Tengo dos tipos de problemas, los urgentes y los importantes. Los urgentes no suelen ser importantes, y los importantes nunca son urgentes”.

El experto en administración de empresas Stephen Covey, conferenciante y autor del superventas Los siete hábitos de las personas altamente efectivas, cogió esta frase de Eisenhower y la utilizó para diseñar la matriz que lleva su nombre, y que es un sistema muy práctico para discriminar y organizar las tareas dependiendo de su urgencia y su importancia. Y lo mejor es que una matriz de Eisenhower es muy fácil de hacer... si aprendes a distinguir bien.

La matriz de Eisenhower y cómo distinguir lo urgente de lo importante

Nuestro bloqueo ante un aluvión de tareas, o nuestra saturación al no acabarlas nunca, viene de que a menudo no nos da tiempo a distinguir lo urgente de lo importante, y trabajamos de forma desordenada e ineficaz.

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Distinguir lo urgente de lo importante es la clave de una matriz de Eisenhower. Imagen: Towfiqu98

Una tarea urgente es aquella que requiere tu atención de inmediato. La que, si no cumples, ocurre algo desagradable: se vence un plazo, un cliente se enfada, un jefe te abronca, o el jarrón que acaba de tirar el gato está roto en mil pedazos en el suelo y alguien puede cortarse.

Una tarea importante es aquella cuyo resultado tendrá un gran impacto. Algo que cuenta a largo plazo: puede ser un proyecto a un año vista, el buscar clientes y contactos comerciales para hacer crecer tu negocio, o acabar un libro. Aprender a distinguir entre ambos tipos de tareas es la parte fundamental de la organización diaria, y la base de la matriz de Eisenhower.

Cómo se hace una matriz de Eisenhower

Debes dibujar dos columnas, cruzadas con dos filas, de forma que quede un cuadro con cuatro cuadrantes.

  • La primera columna es lo urgente, y la segunda lo no urgente.
  • La primera fila es lo importante, y la segunda lo no importante.

Así, conseguimos los siguientes cuatro cuadrantes:

Cuadrante 1: lo urgente e importante 👉 HACER

Estas son las tareas que merecen toda tu atención: aquellas con efectos importantes a largo plazo, y que además tienen plazos venciendo o hay que solventar de manera inmediata.

Cuadrante 2: lo no urgente e importante 👉 PROGRAMAR

Estas tareas no tienen un plazo agobiante encima, pero no puedes olvidarte de ellas porque son relevantes para tus objetivos. Por tanto, debes programarlas y planificar el tiempo que necesitas dedicarles más adelante, cuando lo urgente te deje espacio.

Cuadrante 3: lo urgente y no importante 👉 DELEGAR

A menudo hay tareas que son urgentes, que deben hacerse, pero son más bien molestias para ti porque no requieren de tus habilidades específicas, y cualquier otra persona podría hacerlas. En estos casos, lo suyo es delegarlo en otras personas de tu equipo.

Cuadrante 4: lo no urgente y no importante 👉 DESCARTAR

Aquí es el final de la cola. Aquellas tareas que son auténticos incordios porque ni importan gran cosa ni tienen urgencia alguna. Normalmente, tampoco llevan demasiado tiempo.

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Con la matriz de Eisenhower mejora el flujo de trabajo. Imagen: Rawpixel.

Consejos para hacer tu matriz de Eisenhower

Ahora, ponte a hacer listas de tareas y ve clasificando cada una en su cuadrante. Ideas a tener en cuenta:

  • Es mejor separar una matriz de Eisenhower profesional de una personal. Esto sobre todo para los que trabajan en casa, y se enfrentan al mismo tiempo a un proyecto, a un cliente, a un niño enfermo o a la lavadora que ya ha terminado.
  • Limita las tareas que pondrás en cada cuadrante. Si pones demasiadas te agobiarás igual, y de todos modos, es imposible que lo hagas todo, por lo que hay algunas cosas que tienen que posponerse sí o sí.
  • A veces es mejor empezar por el cuadrante 4 que por el 1. Si las tareas a eliminar son rápidas, quítatelas de encima, y así puedes volver al cuadrante de lo importante y lo urgente con el 100% de tu atención.

Prueba a hacer una matriz de Eisenhower y verás cómo con esta manera de organizar las tareas ganas eficacia y control sobre la montaña de responsabilidades diarias.