Uno de las principales retos a los que se enfrentan los padres con sus hijos es inculcarles la necesidad de que sean ordenados con sus espacios y pertenencias. Es un aprendizaje que puede realizarse mediante la adquisición de hábitos y que, aunque puede resultar tedioso para ellos, les va a ayudar en su vida y reportar grandes beneficios. Entre otras aspectos, para su salud mental, como recoge este estudio llevado a cabo en Los Ángeles en el que se demuestra cómo vivir en un espacio ordenado ayuda a reducir el estrés.
La limpieza también proporciona a los niños un sentido de responsabilidad, les ayuda a promover habilidades de adaptación para la vida y aumentar su autoestima. Por eso, aunque a veces resulta más fácil acabar cuanto antes y los padres terminen por ordenar ellos mismos, emplear tiempo para que adquieran hábitos es necesario para un correcto crecimiento. Estos son algunos consejos que pueden ayudar a fomentar el orden en su habitación.
1. Inculcarles los beneficios de ser ordenados
A los niños se les puede explicar cómo el orden en su espacio facilita su organización mental y les ayuda a desempeñar mejor sus tareas y a estar más tranquilos en su habitación.
2. Negociar con ellos el momento
Sobre todo cuando son más pequeños, puede resultar para ellos difícil dejar una tarea o un juego en el que están muy interesados para ponerse a ordenar. Por eso es bueno negociar con ellos el tiempo y el momento en el que se pueden poner a hacerlo para anticipar lo que está por venir y que les cueste menos. Con los adolescentes, por ejemplo, se puede pactar una limpieza a fondo de la habitación un día concreto de la semana, como los domingos por la tarde para que se acostumbren a la rutina.
3. Establecer tareas específicas
Cuando son más pequeños, decirles que ordenen sin darles instrucciones específicas puede resultarles complicado. De ahí que necesiten más orientación. Por eso hay que explicarles en qué consiste el orden. Poner determinados juguetes en el que correspondan, dejar la mesa limpia, recoger toda la ropa que esté tirada en el suelo u ordenar los libros en la estantería, por poner unos ejemplos.
4. Cada cosa en su lugar
Lo más adecuado es enseñarles que cada juguete, libro, ropa o cualquier objeto tiene un lugar específico. Se pueden colocar cajas, cajones o estanterías e incluso ponerles una etiqueta para que ellos tengan claro donde va cada cosa y sepan a qué atenerse.
5. Felicitarlos
Cuando terminen de ordenar, aunque haya que hacer correcciones, lo mejor es centrarse en elogiarles el trabajo que han desarrollado, de tal forma que se lleve a cabo una disciplina positiva que les anime a seguir por ese camino.
6. Darles alguna recompensa
Se puede llegar con ellos a acuerdos para que si mantienen el hábito con asiduidad cada semana y cumplen con lo acordado, se les pueda recompensar de alguna manera, tanto a los niños pequeños como a los adolescentes.