En el Baix Empordà hay un pueblo lleno de magia que conserva un núcleo medieval con tanto encanto que se convirtió en el escenario del rodaje del filme 8 apellidos catalanes, protagonizado por Dani Rovira y Clara Lago. Algunas de las escenas más emblemáticas de esta película suceden en la plaza principal de esta población que luce una arquitectura de piedra que parece sacada de un cuento. Se trata de Monells, que forma parte del municipio de Cruïlles, Monells i Sant Sadurní de l’Heura, en el Baix Empordà. Los amantes de la historia, la arquitectura y el turismo rural no pueden dejar de visitar Monells: si pasean por sus calles empedradas, les parecerá que el tiempo se ha detenido.
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Pasear por Monells: viaje a otro tiempo
Monells es un pueblo que te transporta a otra época. El pueblo nació alrededor de un antiguo castillo del cual solo quedan restos de las murallas y alguna torre, pero la huella medieval es tan intensa que cuesta creer que aquí se viva el día a día con normalidad. Calles empedradas, porches de piedra y arcos góticos... La plaza porticada Jaume I, que en otros tiempos acogía uno de los mercados más importantes de la zona, aún respira vida e historia en cada rincón. Algunas de las casas que rodean la plaza y las calles adyacentes tienen grabadas en la fachada las fechas de construcción, muchas del siglo XVII y XVIII, cuando se levantaron sobre los muros de la fortificación y se formaron los trazados actuales del pueblo.
El pueblo se divide entre los vecindarios del Castell y de la Riera, separados por la riera del Rissec, que atraviesa el núcleo y que, según se cree, podría haber dado nombre al pueblo por los antiguos molinos que aprovechaban su agua. Y aún más allá, en dirección a Madremanya, se encuentra el vecindario de Sies, otra pequeña joya escondida entre bosques y campos.
Pasear por Monells es dejarse llevar por la calma, la belleza y la historia, sin prisas y con todos los sentidos abiertos. Cada ventana, cada portal y cada sombra bajo los porches cuentan una historia de un pasado vivo, bien conservado y orgulloso de mostrarse.
Església de Sant Genís: testimonio de la historia de Monells
Al otro lado del río Rissec, en el barrio de la Riera y en dirección a Madremanya, se alza la església de Sant Genís, patrón de Monells. Ya aparece documentada a inicios del siglo XI, y desde entonces ha ido evolucionando al mismo ritmo que el pueblo, adaptándose a las necesidades del momento sin perder su esencia.
El templo que hoy se puede ver es fruto de esta evolución: una combinación armoniosa de diferentes estilos arquitectónicos que conviven con naturalidad. La cabecera conserva la huella románica, mientras que la nave y el ábside responden al gótico. La fachada principal y el campanario, más recientes, son de estilo barroco y aportan carácter y verticalidad al conjunto.
Uno de los detalles más singulares se encuentra en el muro oriental, dentro del cementerio: una lápida gótica que recuerda al caballero Arnau de Pontós, miembro de una de las familias más influyentes en la historia local. Es uno de esos elementos que pasan desapercibidos si no se presta atención, pero que explican mucho sobre el pasado noble y poderoso del pueblo.
Senderismo: ruta circular desde Monells
Esta ruta circular une los tres núcleos históricos que forman el municipio de Cruïlles, Monells i Sant Sadurní de l’Heura, lo que permite descubrir algunos de los rincones más emblemáticos de cada uno. El itinerario comienza en Monells, siguiendo la riera del Rissec entre caminos y senderos sombríos, hasta llegar a Sant Sadurní de l’Heura, donde destaca la plaza de la Font, la iglesia parroquial y los callejones que rodean el núcleo.
La ruta continúa hacia Sant Miquel de Cruïlles y después hasta el pueblo de Cruïlles, que conserva su Torre de l’Homenatge y la iglesia de Santa Eulàlia, recientemente restaurada. A la salida, se encuentra la ermita de la Mare de Déu de l’Esperança, punto de encuentro tradicional de la zona.
El camino de regreso atraviesa el bosc de Puntuí, pasando por el pou de glaç, y termina de nuevo en Monells, donde se puede disfrutar de su encanto medieval, especialmente la plaza porticada Jaume I y sus callejones empedrados, escenario habitual de rodajes.