Hasta hace unos años, lo normal era que hacia el 15 de agosto “cambiara el tiempo”. Los vientos de la tarde se ponían algo más bravos, la brisa de la noche era algo más consistente, llegaban algunas tormentas de verano adicionales… y ya para septiembre refrescaba algo más, llegando a un octubre otoñal en el que ya te ibas tapando más partes del cuerpo, y los mosquitos hacía ya semanas que habían dejado de incordiar

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Pero eso era antes. El cambio climático es una realidad innegable con consecuencias inesperadas... como que se alargue la temporada de mosquitos. Porque, en efecto, esa parece ser la explicación a que estemos ya en octubre y los mosquitos todavía nos estén devorando a muchos, algo que ya ocurrió el año pasado.

Agua y calor: la receta perfecta para los mosquitos

El ciclo reproductivo de los mosquitos requiere dos cosas: agua, y algo de calor.

Para el agua, basta muy poca: con solo 1 cm de profundidad el mosquito ya puede completar su ciclo de vida, pasando de huevo a larva, y de larva a pupa, hasta que ya sale volando del agua convertida en mosquito. El ciclo dura poco más de una semana.

Larvas vivas de mosquito tigre. Imagen: Wirestock.

En cuanto a la temperatura, es cierto que los mosquitos se adaptan a un rango muy amplio de temperaturas, pero en general no gustan de climas fríos, y por debajo de los 10 grados no sobreviven con facilidad. ¿Qué ocurre cuando llegan los meses fríos? Que los machos mueren, y las hembras hibernan, en alcantarillas, en huecos de los árboles… hasta que vuelven a subir las temperaturas y puede reiniciarse el ciclo.

Pues bien, lo que está pasando es que la meteorología de este otoño, como el del año anterior, ayuda a que los mosquitos puedan estirar algo más la temporada, añadiendo ciclos de vida adicionales.

Un otoño cálido y lluvioso que nos trae más picaduras

Lo advertía el otro día el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo: nos espera “un otoño más cálido y lluvioso”. Aquello se tomaba como una buena noticia dada la situación de sequía y el bajo nivel de las reservas de agua que llevamos arrastrando todo el año. T

Pero tiene esta molesta contrapartida que son los enjambres de mosquitos en unas fechas en las que ya no contábamos con ello. Las predicciones del AEMET indican que el trimestre octubre-noviembre-diciembre tiene entre un 50% y un 70% de probabilidades de ser muy cálido, y entre un 40% y un 50% de probabilidades de que sea muy lluvioso.

Y, en fin, por lo que llevamos vistas estas últimas semanas, así es como está siendo, porque llevamos acumuladas unas cuantas lluvias, una DANA, y unos picos de temperatura impropios de octubre:

Esto genera, por un lado, un montón de charquitos pequeños donde los mosquitos (tigres o no) se reproducen a millares. Jardines, alcantarillas, tocones de árboles, macetitas, huecos de cualquier tipo… ¡Tienen muchas opciones disponibles! Y como, por otro lado, estos charquitos son cálidos y el aire también… pues para los mosquitos sigue siendo verano, y tus piernas, tus brazos o cualquier otra parte del cuerpo sigue siendo lo más delicioso del menú.

O sea que ya sabes: todavía debes ir con ojo, eliminando agua estancada en tu balcón, terraza o jardín (por ejemplo, un plato de maceta), con las mosquiteras echadas, y tomando todo el resto de medidas antimosquitos