Las vacaciones han llegado a su fin y empieza a rondar por tu cabeza aquello de “no quiero volver al trabajo”. Si en este caso te encuentras en una situación que ya viene de antes y realmente quieres un cambio en tu vida personal y profesional, todo apunta que no estás a gusto con tu trabajo y que tienes que acumular bastante coraje para tomar la gran decisión de dejarla. A continuación, desde La Tumbona, la sección de ElNacional.cat, te damos consejos prácticos para convertirlo en un “¡Me voy a un trabajo mejor!”. 

😱 ¿Qué hacer si he perdido el DNI o pasaporte de viaje?
 

📌 Las mejores actividades para disfrutar de las noches de verano a Barcelona
 

1. ¿Piensa “Qué es lo peor que se me podría pasar”?

Este consejo no solo te ayudará a reunir bastante coraje para dejar el trabajo; te ayudará cada vez a que te bloquees en la vida en general. Imagina el peor escenario posible que podría pasarte si decidieras dejar tu trabajo actual. Adelante: ponte todo el dramático que quieras. Imagínate tardando años a encontrar otro trabajo. O teniendo que volver a casa de tus padres hasta que vuelvas a tener un sueldo.

Una vez te hayas imaginado lo peor que te podría pasar, cree el siguiente “Tendría solución esta situación”?. La respuesta siempre es sí: visualízate resolviendo este escenario terrible para llegar a un futuro más motivador y bonito. Después piensa: "Sería para siempre"?. La respuesta siempre es que no, que nada es para siempre. Gracias a este ejercicio de imaginación, te darás cuenta de que nada es eterno (incluyendo el malo de la vida) y que siempre tienes la capacidad de virar el rumbo. Comprobarás como el miedo que tenías a decir en tu cabeza "ya hay bastante de este color" ya no será tan grande.

2. Decide convertirte en un buen ejemplo para los que te rodean

Seguro que hay alguien dentro o cerca de tu círculo social o familiar que se encuentra en una situación parecido a la tuya. Piensa en tu hermana mayor, que hace años que odia su trabajo, pero no se atreve a dar el paso. Ve más allá del ámbito laboral. Recuerda aquella gran amistad que mantiene durante eones una relación tóxica por miedo de la soledad.

Todas estas personas también quieren cambiar. Pero no se atreven. Tienen miedo. Necesitan un buen ejemplo para seguir. Decide ser tú este ejemplo. Toma la decisión correcta que no solo mejorará tu vida, sino que tendrá un impacto milagrosamente positivo en todas las personas que te rodean. Descubrirás que la sensación de dar ejemplo y ser un modelo de referencia te darán fuerzas para dar este paso que tanto anhelas.

3. Imagínate en la misma situación dentro de un año

Si sigues temiendo dar el paso, imagínate que nada cambia durante un año. Sigues en el mismo trabajo. Con tus mismos compañeros, cabe, objetivos… ¿Qué sientes? ¿Desazón? ¿Desgana? Perfecto, céntrate en estas sensaciones malas: la perspectiva de convivir 365 días más puede ser el empuje que necesitabas para tomar la gran decisión.

Si el ejercicio no te funciona, utilízalo a lo grande: imagínate en la misma situación dentro de 2, 3, 4... 10 años si es necesario. Visualízate exactamente igual que el día de hoy, pero 20 años más viejo, y cada vez con menos tiempo para virar de rumbo. Siéndote todo el incómodo o mal que quieras incluso que no puedas soportarlo más y quieras actuar para evitar un futuro tan terrible.

4. Pondera las ventajas y las desventajas de dejar tu trabajo

Coge una hoja en blanco y traza una línea vertical que divida la página en dos partes. Pone el título "Ventajas de dejar el trabajo" en el lado izquierdo, y "Desventajas de dejar el trabajo" en el lado derecho. A continuación, haz un listado exhaustivo de todos los pros y contras de la decisión que te está costando tomar.

Una vez creas que has vertido todas las ventajas y desventajas en la hoja, otorga a cada sección un "peso". Por ejemplo, reparte un peso de 100% entre ambos lados. Si las ventajas "pesan" un 70% y las desventajas solo un 30%, por ejemplo, significa que sales ganando si reúnes bastante coraje. La realización de este ejercicio normalmente ayuda a reavivar el mencionado coraje y a convertir el pensamiento "No quiero volver al trabajo" en acción.

Mujer atrapada en un trabajo aburrido / Foto: Pexels

5. Conecta con personas en situaciones similares a las tuyas

Muchas personas consiguen adelgazar porque encuentran amigos o familiares en la misma situación y deciden ponerse a dieta al mismo tiempo. De esta forma, cuando empiezan las inseguridades o vuelve la ansiedad, se pueden dar apoyo entre sí. Y cuando alguien obtiene adelgazar un kilo, todos celebran la victoria.

Haz lo mismo con tus ganas de dejar el trabajo. Busca a personas que también quieran hacerlo. Crearás una red de apoyo, motivación, inspiración y confianza que te ayudará cuando las dudas te atenacen y lo veas todo negro. Además, los otros te ayudarán a descubrir que no estás solo, que tienes un problema compartido y que, como todo problema común, tiene solución común.

6. Practica el aquí y el ahora

El miedo inmoviliza generando terribles escenarios de futuro a partir de preguntas como "Las cuales pasaría si...? o "I si al final...?. Vivir en el futuro imaginario además genera ansiedad y estrés, y estas suelen venir acompañadas de su “hermana”, la parálisis.

Una manera espiritual de dejar de vivir en futuros imaginarios consiste en practicar el aquí y el ahora. ¿Cómo? Tienes muchos métodos: yoga, mindfulness, escritura terapéutica, meditación caminante... o simplemente practicar el silencio. Cada persona tiene una técnica que le va mejor que de otros, así que tendrás que experimentar un poco hasta encontrar la tuya.

7. Encuentra un motivo personal que te lleve lejos

¿Te has dado cuenta de que muchos de nuestros motivos están formulados en negativo? ¿Por ejemplo, por qué quieres dejar tu trabajo? Seguro que te salen respuestas como "porque no me siento feliz", “Porque estoy harto de mi jefe o Porque cobro muy poco”. Los “porqués” en negativo no ayudan a adelantar a causa de todas las sensaciones negativas que atraen.

Así que un buen truco para incitar el cambio en tu vida consiste en buscar, con tiempo y paciencia, un motivo tanto en positivo como muy personal. Por ejemplo, puedes transformar el "Porque estoy harto de mi jefe Quiero cambiar de trabajo para encontrar a un líder que crea en mí y me ayude a desarrollar todo mi potencial". Una vez tengas tu motivo personal, piensa en él recurrentemente, embriágate de su buen rollo, y verás que, con el paso de los días, te hará menos miedo tomar ciertas decisiones y pasos. Este "No quiero volver al trabajo" te pesará menos y menos.