A finales del siglo X, la orilla del río Sion estaba controlada por los musulmanes de al-Àndalus, que poblaban la mayor parte de la península. Pero a mediados del siguiente siglo, el panorama había cambiado drásticamente. Los cristianos reconquistaron todas aquellas tierras de la Segarra, y para defenderlas de nuevas incursiones empezaron a construir castillos, 14 de los cuales, siguen en pie hoy en día y dan nombre a la Ruta de los Castillos de la Segarra.
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Marcha de los castillos de la Segarra
Esta Ruta de castillos del Sion transcurre en su mayoría siguiendo el curso del río. Siguiendo el itinerario podrás observar las diferentes fortificaciones defensivas que hicieron de este río una línea defensiva en aquellos tiempos, denominada Marca Superior. Con el paso de los siglos, estos castillos fueron perdiendo su función defensiva, y se fueron reconvirtiendo en casas señoriales.
La ruta entera son unos 42 km, que se pueden hacer caminante, en BTT o incluso en coche para los que eso de andar no les gusta demasiado. De hecho, cada año desde hace 24 años, en los alrededores del mes de marzo, se hace la Marcha de los Castillos de la Segarra, que consiste en hacer una ruta a pie por los 14 castillos que forman la ruta.
Esta iniciativa anual fue impulsada por los vecinos de la zona el año 2000, con el objetivo de proponer una actividad alternativa por conocer y disfrutar no solo de los castillos, sino de los paisajes que nos deja la primavera en este lugar. La ruta transcurre por pueblos como Cervera, Guissona, las Pallargues, Florejacs, la Endrina, Montcortès o Castellnou d'Oluges, todo y que no siempre en el mismo orden.
Visita al interior de los castillos
Como la orden en que se hace la ruta cambia cada año y quizás no la quieres hacer entera, te empiezo explicando los castillos que se pueden visitar por el interior. Los castillos visitables son seis en total. La villa medieval de Montfalcó Murallat, un pintoresco pueblo del siglo XI estratégicamente construido en una colina para la vigilancia durante la reconquista cristiana.
El castillo de Florejacs te ofrece una mezcla de elementos renacentistas y medievales, y el castillo de las Pallargues, un castillo-palacio con una planta irregular que explica la historia de su evolución a lo largo del tiempo. Descubre también el auténtico Castillo de las Sitges con su torre de homenaje y el Castillo de Vicfred, que, a pesar de ser ahora una residencia señorial, tiene raíces en el siglo XI. Finalmente, el Castillo de Concabella, con su historia desde el siglo XI, alberga el Centro de Interpretación de los Castillos del Sion, ofreciendo una perspectiva única de la historia feudal y la defensa cristiana.
Castillos visitables por el exterior
Los castillos que solo son visitables por el exterior son 8, y son los siguientes: castillo de Montcortès, castillo de Castellmeià, castillo Molino de Ratonera, castillo de les Oluges, castillo de la Endrina, castillo de Vergós Guerrejat, la torre de Ivorra y la torre de Mejanell. Estas dos torres antiguamente tuvieron un castillo en el lado, pero hoy en día solo se conserva una de las torres.
El Castillo de Montcortès, que fecha del siglo XI, pero fue reformado en el siglo XV, ofrece un encantador núcleo con casas de los siglos XVII y XVIII, así como la iglesia de Santa Anna del siglo XVI. En Castellmeià, una fortificación con dos imponentes torres circulares, que fue transformada en un castillo-palacio en el siglo XVI. La Torre de Mejanell, parte de un antiguo castillo del siglo XI, ahora alberga un alojamiento rural, fusionando el pasado medieval con la comodidad moderna.
Cuando visites el Castillo de Molino de Ratonera verás uno de los castillos más antiguos de la zona, pero que con el tiempo se reconvirtió en un casal gótico y se instaló un molino que funcionaba con la fuerza del agua del río Sion. Por el contrario, podrás ver por el exterior uno de los castillos más modernos, el Castillo de les Oluges, construido en el siglo XVI.
Todas estas fortificaciones también fechan del siglo XI, pero igual que los otros, han ido sufriendo remodelaciones y modificaciones, ya que al perder su función defensiva, se fueron reconvirtiendo en palacios o mansiones, sobre todo durante el siglo XVI.