En el parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa se esconden auténticas maravillas. Hayedos de fantasía que han inspirado a poetas, conos volcánicos como paisajes marcianos, y ermitas levantadas en el mismo centro de una caldera. Y todo esto a los pies de los Pirineos.
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Esa es la confluencia a donde viajaremos hoy: a una zona volcánica en los Pirineos donde se levanta uno de los pueblos más espectaculares de Catalunya. ¡Descubramos Castellfollit de la Roca!
Castellfollit de la Roca: el pueblo orgulloso sobre la furia petrificada de un volcán
En la Edad Media la gente estaba que se subía por las paredes. Bueno, no exactamente, pero entendámonos: hay que ver lo mucho que les gustaba encaramarse a un risco y levantar ahí una iglesia, un castillo o, en este caso, un pueblo entero. Castellfollit de la Roca aparece en la documentación desde el siglo XI (como Kastro Fullit), alzándose ya entonces en ese kilómetro de risco de basalto de más de 50 metros de altura. Una colada de lava petrificada que los ríos Toronell y Fluviá han ido esculpiendo y trabajando con cuidado en los últimos 200.000 años, y que ofrece hoy algunas de las fotografías más espectaculares de Catalunya.
Qué ver en Castellfollit de la Roca
El principal atractivo de este pueblo es el pueblo mismo. Está dispuesto en forma alargada sobre el risco basáltico, por lo que el primer impacto es llegar allí y verlo desde lejos. Alucinante. Luego entras en el pueblo, y te enamora su trazado medieval, y las casas construidas en roca volcánica, igual que la iglesia de San Salvador. Esta iglesia fue construida en el siglo XIII, aunque, como el resto del pueblo, resultó dañada en unos terremotos en 1427-28, así que fue remodelada varias veces desde entonces, en un estilo renacentista tardío. Dentro, sin embargo, aún puede hallarse alguna ventana románica, y el conjunto funciona ahora como centro cultural para exposiciones. Además, puedes subir a la torre por muy poco dinero (1 € los adultos y niños mayores de 12 años, y 0,50 € los mayores de 65) y conseguir otras fotografías espectaculares.
Otro punto que no puedes perderte es el mirador Josep Pla, al final del pueblo. No vas a parar de hacer fotos del paisaje. Y la gastronomía también puede hacer acto de presencia, no solo por la restauración ofrecida en Castellfollit de la Roca, sino porque otra visita recomendable es el Museo del embutido, en el que verás todo el proceso histórico de conservación de la carne, y disfrutar de una degustación al acabar.
Aprovecha para visitar también…
A menos de 10 kilómetros a la redonda desde Castellfollit de la Roca hay un montón más de pueblos preciosos, como Sant Jaume de Llierca y su espectacular puente medieval, Montagut i Oix, por no mencionar Olot. Además, hay un montón de rutas senderistas en la zona, y si vas con niños y queréis probar alguna actividad diferente, podéis probar a ir en carruaje por La Fageda de’n Jordà, o en tren por los volcanes de la Garrotxa.
¿A que ya has encontrado tu siguiente escapada de fin de semana?