Compostar los desperdicios orgánicos en casa es una buena práctica de la que ya te hemos hablado en este artículo sobre cómo hacer abono casero. Pero el compostaje tiene muchas aristas y diferentes variaciones, y hoy te vamos a hablar de la más “pro”, la que te generará un mejor compost y aprovechará mejor los materiales. ¡Veamos qué es el vermicompostaje y cómo iniciarse sin errores!
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Qué es el vermicompostaje y en qué se diferencia del compostaje normal
Su propio nombre ya te lo indica: el vermicompostaje es el compostaje que se realiza mediante la acción de gusanos. Pero no cualquier tipo de gusano. En muchas tiendas deportivas venden gusanos que no son los adecuados, y la lombriz que ha aparecido por tu patio un día de lluvia seguramente tampoco te va a servir, déjala donde estaba.
Qué lombriz utilizar para el vermicompostaje
Debes utilizar especies de lombriz dedicadas a comer restos vegetales, y en esto ninguna especie mejora las capacidades de la Eisenia foetida o lombriz roja californiana. Voraz, resistente a diferentes temperaturas, esta lombriz es la más rápida en comer y digerir los restos vegetales y convertirlos en precioso humus para tu jardín.
De hecho, es una lombriz común en España y puede que sí la tengas en tu jardín. Pero como te va a costar distinguir la variedad, casi mejor ir directo a por ella y no meter la pata.
¿Cómo empiezo con el vermicompostaje?
Aunque tengas las lombrices adecuadas, tampoco puedes echarlas en tu cajón del compost alegremente. El vermicompostaje sigue un proceso algo distinto al del compost normal o sin gusanos, que requiere de una compostera especial, la vermicompostera.
¿Cómo es una vermicompostera?
La vermicompostera puede ser diferentes tamaños y formas, pero el “esquema” de su funcionamiento es siempre el mismo.
Consiste en un grupo de bandejas o pisos, que puedes realizar con bandejas de plástico, de madera, contenedores de cerámica, o lo que tengas más a mano. El piso inferior se deja desnudo, y debe tener un grifo, puesto que es donde se almacena el lixiviado del vermicompostaje, que es el líquido que cae, y que es riquísimo en nutrientes.
En el piso superior (que tendrá o les harás unos agujeros en la base para que pueda escurrir el líquido) preparas una cama para los gusanos, que puede ser de tiras de papel y algo de tierra o humus base para que campen los gusanos. Y ahí es donde empiezas a tirar desperdicios orgánicos, que conviene enterrar en la cama.
Las paredes deben estar agujereadas también, de forma que circule el aire (las lombrices son aeróbicas). En cuanto la bandeja esté llena, puedes poner otra bandeja encima para seguir rellenando. Los gusanos irán pasando de una a otra, convirtiendo toda esa materia orgánica en nutritivo humus de lombriz.
Y muy importante: el conjunto debe estar siempre cubierto por arriba, tapado y cerrado. El motivo es que las lombrices necesitan humedad constante, y si lo mantenemos abierto, esa humedad se perderá. Con la tapa, en cambio, y las altas temperaturas del proceso, la humedad se condensa en la tapa y vuelve a caer, manteniendo el nivel adecuado dentro de la vermicompostera.
Dudas frecuentes sobre el vermicompostaje
¿No huele mal este proceso?
Los gusanos no son las criaturas más agradables de la tierra, pero el vermicompostaje no huele mal. Si huele mal, algo incorrecto está ocurriendo. El olor, de hecho, es olor a tierra de bosque, porque estarás replicando el mismo proceso.
¿Ocupa mucho espacio?
Depende de la materia orgánica que quieras compostar. Pero a priori lo puedes tener en interior sin ocupar demasiado.
¿Es difícil de fabricar?
Es más compleja que una compostera normal, porque has de agujerear para la circulación de aire, gusanos y líquidos, y mantenerla cerrada para conservación de la humedad, además de que conviene instalar un grifo para el lixiviado. Si estás decidido, casi es mejor que busques alguna de las vermicomposteras comerciales que encontrarás en viveros y tiendas especializadas.
¿Cuándo y cómo podré usar el compost?
Lo que es el vermicompostaje quedará listo hacia los 90 días, el humus has de usarlo con la tierra en las proporciones adecuadas a lo que vayas a plantar. El lixiviado es muy bueno para las plantas también, pero está demasiado concentrado. Dilúyelo en 10 partes de agua, y úsalo incluso para pulverizar las hojas, ya que además de nutrir tiene propiedades protectoras.
¿Qué te parece? ¿Te vas a quedar con tu compostado clásico, o ahora que ya sabes qué es el vermicompostaje vas a apostar por las lombrices? ¡Claro que nada te impide emplearlos ambos! Si tienes un huerto activo, tendrás material vegetal de sobra para ir echando en uno y otro…