"¿Qué hacer para que mi hijo o hija no tenga tantas pesadillas?", quizás te has hecho esta pregunta cada vez que tu niño ha tenido una etapa de pesadillas recurrentes. En este sentido, debido a las preocupaciones y los nervios que aparecen con la vuelta al cole y con el inminente inicio de las clases, quizás los pequeños de tu casa han tenido sueños terribles últimamente. ¿Se pueden eliminar estas pesadillas para que el comienzo del curso escolar no sea tan traumático? O, dando la vuelta a la tortilla, ¿se pueden aumentar las posibilidades de que tus niños tengan dulces sueños? Te echamos una mano al respecto. Pero, antes, intentaremos aclarar un poco el origen sombrío de las pesadillas.

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¿Cuándo ocurren las pesadillas? ¿Cuáles son sus causas?

Al igual que los sueños normales, las pesadillas ocurren cuando el cerebro se encuentra muy activo. En este estado, las imágenes que genera la mente parecen tan reales que acaban conjurando emociones igual de realistas. Mientras sueñas, ¡crees firmemente que te está persiguiendo un asesino en serie!

Ahora bien. Tú, como persona adulta, cuando te despiertas de una pesadilla inmediatamente sabes que simplemente ha sido un sueño. Una experiencia atroz, cierto, pero un sueño. Pero para un niño, la pesadilla ha sido tan vívida que al principio le costará diferenciarla de lo real. Puede creer que el monstruo de los sueños está escondido de verdad en el armario o debajo de la cama. Más abajo te explicaremos cómo actuar en este tipo de casos.

En cuanto al momento exacto del sueño en dónde suelen ocurrir las pesadillas, lo más habitual es que ocurran en la segunda mitad del descanso, cuando los períodos de fase REM son más largos. Es raro irse a dormir e inmediatamente tener pesadillas.

¿Y por qué ocurren? Nadie lo sabe con certeza. Quizás las pesadillas forman parte del proceso de los niños para entender cómo ha ido el día a día (por ejemplo, pueden representar el miedo del primer día de cole). O quizás son una reacción ante un trauma o susto que haya tenido el niño a lo largo del día (por ejemplo, tras ver una película de terror).

Cómo ayudar a tus niños a tener dulces sueños

Después de explicar un poco qué son las pesadillas, vamos a resolver la gran duda de "¿Qué hacer para que mi hijo no tenga tantas pesadillas?". Tal y como explica el blog especializado en salud Kid's Health, es imposible prevenir las pesadillas. Lo que sí que puedes hacer es ayudar a tus niños a tener dulces sueños que les ayudarán a despertar descansados, de buen humor, y a tope para darlo todo en las clases.

Sigue estas indicaciones para ayudar a tus niños a relajarse antes de irse a dormir:

  • Ayúdales a tener una rutina de descanso regular
  • Asimismo, ayúdales a despertar cada día más o menos a la misma hora
  • Establece rituales previos al momento de irse a dormir que convierta el descanso en un momento seguro, plácido e incluso deseado por ellos. ¿Les gusta que les leas cuentos? Pues acuerda con ellos leerles durante media hora antes de irse a dormir. ¿Les apasiona contarte cómo les ha ido el día? Escúchales un rato y mantén una charla lenta y positiva con ellos. ¿Quieren un baño? ¡Pues un baño!
  • Convierte la cama en un lugar seguro. Por ejemplo, permite que inviten a dormir con ellos a sus peluches preferidos. O enciéndeles una luz especial. 
  • Evita que tus niños consuman contenido terrorífico o estresante antes de dormir. Nada de pelis de miedo o thrillers, pues este tipo de contenido aumentará las posibilidades de que tengan pesadillas. Y, de todas formas, ¡no deberían estar viendo esas cosas a tan temprana edad!
Escena de la película 'El Pequeño Nemo en el País de los Sueños' / Foto: Crunchyroll

Cómo ayudar a tus niños después de que hayan sufrido una pesadilla

Como ya se ha comentado un poco más arriba, las pesadillas ocurrirán. Quizás con menos frecuencia si sigues los consejos de más arriba, pero acabarán pasando. Ahora bien: puedes ayudar a tu hijo o hija a recontextualizar esa pesadilla, a que no le acabe dando mucha importancia. Eso romperá el círculo vicioso de temer irse a dormir por miedo a tener pesadillas, tener pesadillas debido al estrés previo, al día siguiente tener aún más miedo de ir a la cama...

¿Cómo puedes ayudar a tus niños a entender que las pesadillas no son peligrosas? Sigue estos consejos de Kid's Health:

  • Recuerda a tus niños que pueden recurrir a ti: diles que si se despiertan en medio de la noche sobresaltados, estarás allí al acto para protegerles y asegurarles que todo irá bien. Agradecerán esta capa de seguridad y se calmarán.
  • Usa la imaginación para combatir a los monstruos: ¿tus hijos son muy pequeños? Dependiendo de la edad, los niños tienen una imaginación increíble y creen en elementos como la magia. Así que improvisa un conjuro divertido que expulse a los monstruos y pesadillas. Por ejemplo, rocía la parte de abajo con un spray, o haz un baile absurdo que provocará que las criaturas de la noche se mueran de la risa (e invita a tus niños a que participen enseñándoles los pasos).
  • Ayúdales a entender que las pesadillas no son reales: un motivo por el que muchos niños temen las pesadillas es porque aún tienen problemas para distinguir el mundo de los sueños del mundo real. Explica a los más pequeños de casa que las pesadillas no tienen repercusiones en la vida real. Diles, por ejemplo, que tú también tenías pesadillas. O que los abuelos tenían pesadillas. Y, al final, no pasa nada.
  • Ayuda a tus niños a volver a dormir: el peor momento de una pesadilla en plena madrugada para un niño o niña es la posibilidad de que vuelva a ocurrir nada más dormirse de nuevo. Ayuda a tus nenes a calmarse dándoles su peluche preferido, poniendo un poco de música tranquila, o haciéndoles un poco de leche calentita. Lo que les vaya bien para recuperar la seguridad y el control.
  • Escúchales: como persona adulta, en muchas ocasiones cuentas tus problemas a los demás no porque esperas soluciones sino porque quieres ser escuchado y comprendido. Lo mismo pasa con los niños. A la mañana siguiente, y en un ambiente relajado, dile a tu hijo que te cuente cómo fue la pesadilla. El sentirse escuchado le calmará. Además, hablar de pesadillas a plena luz del día les quita totalmente ese poder tan oscuro que tienen.