Es muy probable que, en algún momento de tu vida, te topes con un tiburón, si es que no te ha ocurrido ya alguna vez. No es algo que ocurra cada verano, pero puede ocurrir porque hay tiburones en todas partes. En algunas regiones del planeta, como Australia o la costa del Pacífico del continente americano, la cuestión es un poquito más peliaguda porque allí abundan especies como el tiburón blanco que, sin ser en absoluto una máquina de matar (qué mala fama arrastran los pobres), no dejan de ser enormes y pueden atacar alguna vez.

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Las especies del Mediterráneo, en cambio, son en general inofensivas: su tamaño es pequeño o mediano, y sus presas habituales son otros peces, cefalópodos y crustáceos. No se alimentan de focas o delfines ni otros mamíferos, y, por tanto, no existe tanto riesgo de que confundan a un bañista con un almuerzo. Sin embargo, el riesgo de un bocado siempre existe porque son animales salvajes. En consecuencia, te conviene seguir las recomendaciones de los expertos sobre qué hacer si encontramos un tiburón en la playa.

La detección del tiburón

Todo comienza cuando alguien hace el primer avistamiento. El gesto internacional para avisar de la presencia de tiburón es ponerse la mano en la cabeza con los dedos estirados y juntos, simulando la conocida aleta dorsal del tiburón. Si ves un tiburón, debes avisar a todo el mundo que ande cerca (y, en cuanto puedas, a las autoridades).

Del mismo modo, si ves que alguien cerca de ti hace el gesto de tiburón, ya sabes que toca ser precavidos.

Dar de comer a los tiburones es una experiencia increíble... que realizan profesionales en entornos controlados. En la playa, tú, sal del agua. Imagen: ImageSourceCurated.

Qué hacer si sabes que en una playa hay tiburones

Muy fácil: no ir. Si las autoridades ya han cerrado la playa, no solo es absurdamente imprudente meterse en el agua, sino ilegal. Y si todavía no las han cerrado, pero alguien ha dado aviso y la gente está saliendo del agua, pues no se te ocurra a ti meterte, por vivir la experiencia, o grabar un directo de Instagram, o alguna otra idea peregrina. No tiene por qué pasar nada con una tintorera, pero, ¿por qué meterse en medio y exponerse a un accidente?

Qué hacer si te encuentras un tiburón mientras nadas

Pongamos que te has ido nadando hasta la boya, o estás con el tubo de snorkel buscando cangrejos ermitaños en la arena, y vislumbras la silueta de un tiburón alrededor, o acercándose a ti. Esto es lo que tienes que hacer:

Primero: que no cunda el pánico

Esto es esencial. El corazón te va a dar un vuelco, claro, pero lo peor que puedes hacer es ponerte a patalear como un loco y nadar a la orilla chapoteando como barco de vapor. Los tiburones se excitan ante el chapoteo, les indica que alguna potencial presa anda estresada, herida o moribunda en el agua, y ello implica un almuerzo gratis.

Segundo: ponte de cara al tiburón

Los tiburones, como depredadores, están "programados" para perseguir presas que huyen. Así que si tienes un encuentro y lo primero que haces es darle la espalda y salir nadando a toda pastilla, en primer lugar, chapotearás más, y en segundo lugar, le estarás indicando al tiburón que eres una potencial presa. Y, en fin, eres un ser humano: no puedes competir en natación contra un tiburón en el agua.

Por tanto, lo que los especialistas afirman que debes hacer es lo contrario: ponerte de cara al tiburón, y mantenerte con tranquilidad en el sitio. La reacción más habitual de un tiburón en estos casos es dar media vuelta o sencillamente pasar de largo e ignorarte.

IMPORTANTE: Mantenerse en el sitio no significa hacerse el muerto, cosa que nunca debes hacer. Los tiburones son oportunistas, y si se encuentran una carroña en el océano, la devoran. ¿Por qué iban a renunciar a un bocado nutritivo sin coste de persecución? Si te haces el muerto, al tiburón podría ocurrírsele darte un bocadito a ver si eres comestible.

Tercero: retírate poco a poco

Vale, no has salido pitando, tampoco te haces el muerto, solo te quedas flotando de cara al tiburón. Ahora lo que toca es retirarse poco a poco. Espera a que se aleje (si es que puedes verlo), y ve nadando con tranquilidad hacia la costa.

Nada hacia atrás, con los brazos, intentando no ponerte demasiado horizontal, ve girándote para comprobar si el tiburón se acerca de nuevo. Hazlo con toda la calma posible, te va a costar por el miedo a que algo te muerda la pierna, pero las estadísticas no mienten: lo normal es que haciéndolo así no te ocurra nada.

Cuarto: golpe en la cabeza si se acerca demasiado

¿Y si el tiburón se acerca de forma demasiado descarada y amenazadora? Como hemos dicho, no puede llegar a pensar que eres carroña, o probará a dar un bocado. Lo mejor es disuadirle y que entienda que estás vivo y podrías ser hasta peligroso. De forma óptima, con ponerle la mano en la cabeza y apartarlo debería ser suficiente. Pero esto solo está al alcance de profesionales o personas frías como el hielo. Para la gente normal asustada (pero no en pánico), un golpe brusco en el morro o la cabeza le hará entender que ahí no hay nada que valga la pena comer.

Tiene más motivos el tiburón para temerte a ti, que tu para temer al tiburón. Imagen: IgorSevr

Qué hacer si te encuentras un tiburón buceando

Encontrarte un tiburón mientras estás haciendo una inmersión (con sus bombonas de aire, sus aletas, etc.) es un escenario distinto. Al no estar en la superficie, el chapoteo no es un problema. Pero estás 100% en su elemento, así que toca extremar las precauciones de nuevo.

Lo primero es buscar un punto de fijación, si es posible. Arrodillarte en el suelo, fijar la espalda a una roca... todo lo que te proteja los flancos y te permita sujetarte y no quedar a merced de las corrientes, te ayudará.

Luego, hay que aplicar los mismos principios explicados arriba: si le das la espalda y te vas nadando a toda prisa, le indicarás que eres una presa y nadará más rápido que tú. Hay que verlos venir de frente, mantener la posición, disuadirlo con un golpe en el morro o cabeza si se acerca demasiado o con ganas de morder. Lo normal es que ni siquiera se acerque gran cosa, y tú incluso puedas tomar unas fotos submarinas alucinantes que enseñarás con orgullo, si es que llevas el equipo adecuado.

Y ya sabes: en cuanto se aleje, aléjate tú.

Lo que nunca podemos olvidar es que cuando entramos en el agua, entramos en su territorio, y son animales depredadores. Eso no significa que sean agresivos (hay animales mucho más agresivos), pero no podemos cometer errores que nos cuesten un accidente.