Amigos, pareja, familia, compañeros de trabajo, vecinos, mascotas… cada contacto social influye notablemente en tu salud física y mental, los expertos lo saben.
Si el ceñudo abuelo de Heidi existiera, tendría los días contados. Según varios estudios, el aislamiento social y la soledad aumentan el estrés, la ansiedad y el riesgo de sufrir un ataque al corazón e incluso afectan a la evolución del cáncer. Es más, se ha demostrado que las personas con una vida social activa tienen un sistema inmune más fuerte y sanan heridas o enfermedades mucho antes que aquellos que viven encerrados en casa.
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Pero ¿valen todo tipo de relaciones? ¡Quédate para averiguarlo!
La importancia de saber relacionarse
Es evidente que no todas las relaciones van a tener una influencia positiva en tu salud. Las malas compañías, las relaciones tóxicas, los amigos narcisistas y un etcétera sin fin pueden tener un efecto mucho más negativo que la soledad, ya que las malas relaciones pueden llevarte a un pozo del que cuesta salir, y para lo que a menudo necesitarás todo el apoyo de tus amistades y familiares, además de ayuda psicológica profesional. Pero las buenas relaciones, ¡ay! Qué buenas pueden ser para nosotros…
Animales, la mejor medicina
¿Has oído hablar de los beneficios que tiene para los pacientes oncológicos acariciar a un perro o un caballo? Existen numerosas terapias asistidas con animales que reportan excelentes resultados. Y es que el amor de un animal mejora el estado de ánimo y tiene un efecto muy positivo en nuestra salud mental y física. Si no que se lo pregunten a todo el que tiene una mascota en casa. Hasta Sigmund Freud, descubrió que cuando su perro Jofi estaba presente en sus sesiones de psicoterapia, sus pacientes salían más relajados y felices. Es que hay perretes que te alegran el día, como el perro que se hizo viral por darse un baño en una fuente de Ourense.
El caso es que el NIH (National Institutes of Health) y el CDC (Centers for Disease Control and Prevention) de los Estados Unidos han explicado que convivir con un perro aumenta el nivel de endorfinas (relacionadas con la sensación de bienestar), reduce el ritmo cardíaco y la presión arterial.
Otro estudio del Instituto Stroke de la Universidad de Minnesota sobre 4.000 pacientes mostró que los dueños de gatos tenían un 30% menos de riesgo de muerte por ataque al corazón.
Dosis de besos y abrazos
Ir de la mano, besar, acariciar, abrazar y tener relaciones sexuales activan sustancias químicas en el cerebro que nos regala beneficios de todo tipo. ¿Sabías que el tacto es el sentido más desarrollado al nacer? La piel, al ser una extensión del sistema nervioso, cuando la tocamos sentimos esa conexión agradable que se ha demostrado que reduce el cortisol, la hormona molesta del estrés. Ya sabes por qué los masajes son tan efectivos.
El poder del matrimonio
La relación matrimonial que tengas con tu pareja puede influir de manera positiva o negativa en vuestra salud y depende de vosotros. Si la relación fluye con éxito, se ha demostrado que alarga la vida y mejora la salud cardíaca de ambos y esto se debe, entre otras cosas, a que la vida en pareja tiende a mimetizar hábitos saludables: empezar una dieta juntos, apuntarse al gimnasio, dejar de fumar a la vez, etc. Pero, ¡ojo! Que también podéis copiar malos hábitos. Todo dependerá de los conflictos que haya en la relación. Algunos experimentos que se hicieron en parejas demostraron que las parejas que discutían más tardaban más en cicatrizar las heridas y tenían mayor nivel de estrés en sangre. La dra. Janice Kiecolt-Glaser, de la Universidad Estatal de Ohio, explica que:
“Para muchas personas, el matrimonio es su relación más importante. Y la evidencia de que, en general, el matrimonio es bueno para la salud es muy abundante”.
En este artículo del NIH encontrarás referencias de los diversos estudios que muestran cómo se cumple el dicho de “tener un amigo es tener un tesoro” y si le añades tu pareja, tus hijos, la familia, el resto de amigos, tus compañeros de trabajo, el perro, el gato, la tortuga o la mascota que tengas, tu salud se sentirá pletórica.
Siempre que no se te crucen los cables con ninguno de ellos, claro. Prueba a librarse del estrés iniciándote en el mindfullness, practicando ejercicios de respiración consciente o desconectando de verdad de todo. Sal, viaja, relaciónate, pero hazlo con cabeza. ¡Verás cómo tu salud lo agradece!