La comunicación no verbal es un idioma per se, ya que es una forma de expresión que habla incluso cuando no decimos una sola palabra. Uno de los gestos con mayor contenido y significación en este idioma es cruzar brazos y dedos al frente. Este gesto, que parece ser sencillo, tiene asociado una serie de emociones y actitudes que desde la psicología y la comunicación no verbal se han analizado en el libro de Sergio Rulicki y Martín Cherny “Comunicación no verbal: cómo la inteligencia emocional se expresa a través de los gestos”. En este libro, los autores, que investigan la ciencia de la comunicación no verbal desde la antropología, la psicología y la semiología, describen cómo cada postura puede dar información de manera inconsciente sobre estados emocionales más complejos.
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Cruzar los brazos por delante del cuerpo: qué significa
El cruce de brazos ha sido, en muchas ocasiones, interpretado como una barrera defensiva. Como informan los autores, este gesto puede “ir desde una mera molestia hasta una actitud de rechazo o incluso de superioridad”. Por ejemplo, una postura cerrada de brazos cruzados con un toque de desdén en la expresión facial – tal como describen las ilustraciones del libro – comunica escepticismo y una actitud cerrada hacia la cosa que se dice o hace. En situaciones más tensas, cruzarlos –sobre todo- con el torso inclinado hacia atrás y los dedos ocultos representa una negativa rotunda, una disposición negativa o una hostilidad. Esto es un “cierre emocional”, una barrera que indica un rechazo o desagrado a lo que se está interactuando.
Por otro lado, en posturas más dominantes, mostrar los pulgares mientras se cruzan los brazos puede ser una forma de autoafirmación masculina o resistencia a lo que se siente como un ataque a tus ideas o posiciones.
Qué significa entrelazar dedos o manos por delante del cuerpo
Entrelazar los dedos es relacionado con el estado de tensión o ansiedad. Rulicki y Cherny describen cómo amarrar los dedos al cuerpo puede contradecir una sonrisa facial, y mostrar que la emoción dominante es, en realidad, la tensión. Cuanto más aprietes los dedos, más nervioso estás.
Por ejemplo, cuando los nudillos se vuelven blancos por la presión entre los dedos, se está intentando controlar una ansiedad que no se puede ocultar del todo. Esta postura refleja una lucha interna entre la incomodidad emocional y el esfuerzo por disimularla.
Otro ejemplo: alguien que se agarra un brazo con el otro, sea delante del pecho o detrás del cuerpo, puede estar expresando sensación de desprotección o vulnerabilidad. Este gesto se llama "4" y es una confrontación emocional interna que surge cuando se siente expuesto en un entorno que se siente hostil.
Otras formas de estas posturas se encuentran en el cruce de muñecas o el gesto de "hoja de parra" (cruzar las manos por delante del cuerpo como tapándose las zonas íntimas). En el primer caso, cogerse de las muñecas simboliza un intento de autocontrol ante una situación incómoda o tensa. La persona se siente demasiado expuesta y busca un modo de "atarse" emocionalmente agarrando una parte de su propio cuerpo.
Entender por qué una persona cruza los brazos o une sus dedos frente a su cuerpo no solo mejora la capacidad de interpretar las emociones de los demás, sino que también fomenta la autorreflexión.