Hace un siglo, Freud afirmaba que todos los seres humanos somos bisexuales de nacimiento y que la orientación sexual estaba determinada por los órganos sexuales. Mientras, el paradigma patriarcal y la cultura, nos imponía autodefinirnos como hombre o como mujer sin más recovecos. Hoy, el campo se ha ampliado tanto que la orientación sexual no está condicionada exclusivamente por la biología.

En honor a la celebración del Día de la Visibilidad Bisexual que se celebrará a nivel internacional el próximo 23 de septiembre, queremos revelarte qué hay de verdad en esta afirmación de Freud y qué opinan los expertos sobre la bisexualidad.

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¿Somos todos bisexuales? Las teorías sobre la bisexualidad al desnudo

La bisexualidad sigue siendo la orientación sexual más silenciada debido a las controversias y a los tabúes. Partiendo de la definición de bisexualidad que propuso la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales en el 2016, se entiende que…

“Es la orientación sexual de quienes sienten atracción sexual, emocional y/o romántica hacia personas de más de un género y/o sexo, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera, al mismo nivel o con la misma intensidad”.

Veamos cómo las teorías de expertos responden a la pregunta: ¿somos todos bisexuales?

1. Fase prematura

La palabra “bisexual” aparece por primera vez a mitad del siglo XIX para referirse desde el punto de vista biológico al organismo hermafrodita o a la etapa temprana en la que los organismos carecen de sexo hasta desarrollarse adecuadamente. Se empezó a creer que las especies que se quedaban en esa fase bisexual eran menos evolucionadas. Poco a poco, este concepto se fue extendiendo al desarrollo humano. Y ahí, Freud aportó su teoría en la que afirmaba que todos los seres humanos durante una fase prematura somos bisexuales, ya que incorporamos aspectos de ambos sexos. Teoría que fue rechazada por varios psicoanalistas.

2. La escala de Kinsey

El primer estudio sobre bisexualidad lo hizo el biólogo Alfred Kinsey en 1948. Ideó una escala de siete grados de comportamiento sexual. Esta escala partía del 0 al 6, de manera que en el valor más inferior era una persona heterosexual y el valor superior homosexual, el valor 7 era para designar la asexualidad. Kinsey descubrió que había muy pocas personas que se identificaban con los extremos (heterosexual y homosexual) y eran más los que se identificaban con la bisexualidad, que se encontraba en el valor 3.

3. Ser o estar pasando por una etapa bisexual, esa es la cuestión

Dani Borrell Giró, psicólogo y psicoterapeuta sexual y de pareja, considera que deberíamos cambiar el “soy bisexual” por “estoy bisexual”, ya que se apoya en la teoría de la experimentación y que nuestra orientación sexual puede cambiar con el tiempo.

La diversidad en la orientación sexual es muy extensa y hay muchas más teorías sobre la bisexualidad que desmienten a las anteriores. De modo que no podemos afirmar que todos los seres humanos seamos bisexuales.

A medida que evolucionan las mentalidades y se desvanecen los tabús, vemos un aumento en la aceptación y comprensión de la bisexualidad. Sin embargo, persisten desafíos, especialmente en torno a la percepción de la bisexualidad masculina al etiquetarlos de “gays reprimidos”.  Como destaca la activista Misty Gedlinske, la comunidad bisexual, a pesar de ser una mayoría silenciosa, está surgiendo con fuerza entre los más jóvenes. Queda un camino por recorrer en la lucha contra los prejuicios y estereotipos, pero cada día se da un paso más hacia la inclusión de los bisexuales.