Los atascos en el desagüe son una de las molestias más comunes en los hogares. Pelo, restos de fibras, de jabón y otros materiales se van acumulando con el tiempo, impidiendo que el agua circule como es debido. Para solucionarlo, muchos recurrimos a productos químicos potentes, pero estos pueden dañar las cañerías, ser perjudiciales para la salud y afectar negativamente al medio ambiente. Si buscas una alternativa más sencilla, económica y sin riesgos, una simple cañita puede ser la solución ideal.
🧣Adiós a tus bufandas viejas: 5 maneras de transformarlas en auténticas maravillas
Este truco casero no requiere materiales especiales ni conocimientos avanzados, y en pocos minutos podrás dejar tu desagüe limpio y libre de obstrucciones. A continuación, te explicamos cómo hacerlo paso a paso.
¿Cómo utilizar una cañita para desembozar el desagüe?
-
Prepara la cañita: Coge una cañita de plástico, de aquellas que se utilizan para beber, y haz unas pequeñas modificaciones. En uno de los extremos, realiza un corte longitudinal de aproximadamente 4 centímetros. Después, con unas tijeras, corta estrías o pinchos en diagonal a lo largo del corte realizado. Estos pequeños dientes actuarán como ganchos para atrapar la suciedad acumulada.
-
Coloca la cañita en el desagüe: Mete el extremo de la cañita que has recortado dentro del desagüe, con mucho cuidado para evitar romperla o empujar los residuos todavía más abajo. Con movimientos suaves, haz ir la cañita adelante y hacia atrás, girándola ligeramente para ayudar a los pinchos a engancharse al pelo, restos de jabón y otros residuos acumulados.
-
Retira la cañita y limpieza: Una vez hayas realizado varios movimientos, retira la cañita con cuidado. De esta manera, verás cómo los residuos quedan enganchados a los pinchos que has cortado. Puedes repetir el proceso tantas veces como haga falta hasta que notes que el agua fluye con normalidad. Cuando hayas acabado, arranca el agua para eliminar cualquier resto pequeño que haya quedado.
-
Mantén el desagüe limpio: Este método no solo es útil para solucionar un atasco existente, sino también para prevenirlos. Si lo haces de manera regular, evitarás que las cañerías lleguen a colapsar completamente. Además, es una opción que puedes utilizar en otras zonas de casa, como el fregadero de la cocina.
Un truco sencillo con grandes beneficios
Este método es ideal para aquellos que buscan soluciones prácticas y económicas para los problemas domésticos. No solo evitarás tener que comprar productos químicos, sino que también contribuirás a mantener tus cañerías en buen estado durante más tiempo. Además, es una opción respetuosa con el entorno, ya que reduces la necesidad de utilizar sustancias agresivas que pueden estropear las cañerías o incluso pueden ser nocivas.