Mucha gente dice que viajar a Praga es como entrar en un cuento de hadas y salir de una novela de ciencia ficción. Sus construcciones medievales, góticas y barrocas o sus encantadores puentes sobre el río Moldava contrastan con construcciones más modernas de estilo cubista que cada año atraen a millones de personas de todo el mundo.

 

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Y tú tampoco querrás perderte la oportunidad de conocer la Ciudad Dorada de la República Checa y el castillo más grande del mundo. Pero para eso necesitas elegir bien la época de visita, para no encontrártela llena de turistas que te impidan sentir su atmósfera mágica. Y ya podemos avanzarte que NO es ahora. ¡En verano Praga está infumable! Mucho mejor que te tumbes en La Tumbona de ElNacional.cat y nosotros te contamos cuándo es el mejor momento para viajar a Praga. ¡Así ya puedes ir planificando!

Primavera y otoño es la época ideal para viajar a Praga, márcalo bien en tu calendario

Si sentías algo de frustración porque querías viajar a Praga y, en cambio, este verano solo has podido irte al pueblo, no te preocupes: has tenido suerte. Praga es una ciudad maravillosa, con una historia riquísima y una arquitectura que enamora, pero precisamente por eso recibe millones de visitantes (en 2022 fueron 5,98 millones de turistas, y aún está un par de millones por debajo de lo que recibía en pre-pandemia), y dado su pequeño tamaño, esto genera saturaciones insoportables. Y los meses de julio y agosto son los de mayor saturación.

El reloj astronómico de Praga es una de las principales atracciones de la ciudad, lo que significa que en verano es imposible encontrar un huequito en la plaza para verlo. Imagen: Dmitry Rukhlenko.

Y es una pena ver esta ciudad así. Por ejemplo: en verano casi no se puede dar un paso por el Puente Carlos, que es otro de los lugares emblemáticos de Praga. No puedes ver ni los adoquines, mucho menos pararte dos segundos a admirar una de sus bellas estatuas sin que alguien te empuje o te arrastra.

Las mejores épocas para viajar a Praga son primavera y otoño; el clima es más agradable para pasear y los precios y los turistas disminuyen. Y si hay que elegir una de las dos, quédate con el otoño. Mejor pillar el turismo de bajada que de subida, y además los bosques que rodean la ciudad adquieren una diversidad de tonalidades que es para volverse loco: verdes, ocres, amarillos vivos, naranjas de fuego, marrones cálidos...

Por tanto, si has de planificar el viaje, búscale un hueco entre octubre y noviembre y podrás visitar el castillo, el monasterio de Strahov, las sinagogas, el cementerio judío, el Puente Carlos o el Reloj Astronómico mucho mejor, con más tranquilidad, y menos agobio de gente.

Y, ya que estás, evita caer también en estos otros errores clásicos.

Otros errores habituales al viajar a Praga, además de ir en verano

No tener en cuenta la moneda local 

La República Checa no utiliza el euro, por lo que es importante tener coronas checas para pagar tus compras. Puedes pagar en euros en prácticamente todas partes con la tarjeta de crédito, pero con una tasa de cambio súper desfavorable, o sea que intenta usar siempre coronas checas.

Desconocer el sistema de transporte 

El transporte público en Praga funciona mediante billetes de tiempo en lugar de billetes por distancia. Recuerda validar tu boleto al ingresar al transporte y conservarlo durante todo tu viaje, ya que pueden realizar revisiones. Busca las máquinas expendedoras de boletos en las estaciones de metro y estancos. No pierdas tu boleto, podrían multarte.

No usar el transporte público

Que lo que acabamos de decir arriba no te desmotive. Es mejor no utilizar servicios de transporte privados. El transporte público en Praga es eficiente y fácil de usar, con opciones como el metro, tranvía y autobuses. Infórmate en el centro de información turística sobre las diferentes alternativas de transporte disponibles, y hazte con los billetes.

Caer en trampas para turistas

Praga ofrece tours gratuitos a pie, donde solo pagas una propina al guía al final del recorrido. Es una práctica que cada vez se ve en más ciudades, y que deberíamos rechazar de plano porque devalúa y precariza la profesión de guía turístico, y nadie controla lo que te están explicando (así que puedes encontrarte un guía muy majo que te esté contando unas trolas tremendas).

Por otro lado, la ciudad tiene bastantes trampas para turistas, exposiciones muy cutres que no valen la entrada, como un supuesto museo de la alquimia llena de monigotes horrendos y explicaciones falsas que no aportan nada al visitante. Ándate con ojo y llévate tus guías de viaje de confianza.

Olvidar dar propina

En la República Checa, es costumbre dar propina en restaurantes y bares. Generalmente, se recomienda dejar alrededor del 10% del total de la cuenta. También se acostumbra redondear la tarifa en los taxis y dar unas 20 coronas a los encargados de ayudar con las maletas. Si no lo haces te mirarán con mala cara.

Esperamos que estas indicaciones te ayuden a evitar estos errores comunes y a guardar recuerdos inolvidables en la Ciudad de las Cien Torres. Ahora tienes todo el verano por delante para ir planificando bien lo de viajar a Praga, buscando hoteles y emocionándote ante la perspectiva. Y mientras llega y no llega el momento, tienes otros planes alternativos de los que te sugerimos en La Tumbona de ElNacional.cat, como por ejemplo refrescarte en algunas de las mejores piscinas naturales de Catalunya. ¡Seguro que aunque encuentres gente no habrá tanta saturación!