El final de las vacaciones siempre es un momento agridulce con una buena dosis de estrés. Y son especialmente estresantes esos últimos días, en que tú ya trabajas pero tus hijos no, y los primeros del curso, en que hay mil gestiones por hacer y nadie está adaptado al ritmo. En fin: ese dulce momento del año conocido con el terrorífico nombre de "vuelta al cole". Pero con algunos consejos lo podemos facilitar todo.
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Ocurre que, además de ser días complicados, nosotros mismos nos los complicamos aún más haciendo algunas cosas mal. Estos días de vuelta al cole serán mucho más llevaderos con estos trucos para que este año empieces mucho mejor este proceso. Tus hijos no habrán pisado un aula desde el pasado de junio, con lo cual, habrán pasado más de 2 meses en casa, o en sitios vacacionales, tocándose las narices. Unos días que les habrán creado ya, de forma irremediable, unos hábitos que se deben ir retirando poco a poco.
4 consejos para garantizar una buena vuelta al cole
La vuelta al cole no tiene por qué ser un proceso traumático, sino más bien todo lo contrario. Vivirlo como algo natural, implicarse en esa rutina que tanto necesitan, ellos y nosotros, es algo que podemos hacer fácilmente con una serie de trucos que nos facilitarán la reentrada.
1. Comienza ya a readaptar los horarios
Dormir hasta mediodía o irse a dormir a las tantas de la noche es un clásico del verano y no pasa nada por disfrutarlo, pero no es compatible con la rutina del resto del año, ni es recomendable para ellos, ni para nosotros. Y el problema es que el cuerpo se acostumbra, así que levantarlos a las 7 o las 7:30 cada día se convierte en misión imposible estos primeros días, igual que acostarlos a las 22 o antes. Empezar el curso sin acostumbrar el cuerpo a su horario es garantía de un comienzo lento y más difícil.
Empieza a readaptar sus horarios, hazlo a partir de ahora mismo. Que cojan tu ritmo. Te costará que se acuesten pronto porque no tendrán sueño, así que comienza haciéndoles madrugar (puedes ser un poquito gradual, si tienes margen) y ya les vendrá el sueño antes. Da igual que protesten: es mejor para ellos, porque cuando empiece el cole ya tendrán el cuerpo más acostumbrado.
2. Ilusiónales con la vuelta al cole
Ellos vuelven al cole, lo que puede suponer algún estrés, pero también muchísima ilusión, porque vuelven a encontrarse con sus amigos, en ese territorio que es suyo. Pero para los adultos es distinto: nosotros volvemos al trabajo, y normalmente no es una experiencia gozosa, por bien que nos caigan los compañeros de trabajo, o que disfrutemos nuestra profesión. Siempre es mejor estar tumbado en la playa.
Pero claro: si les transmitimos esta actitud, les pincharemos la ilusión de la vuelta. Si todo son quejas por los horarios, por el dinero que cuestan las extraescolares, comentarios negativos, o presión y amenazas preventivas sobre los castigos que caerán como las cosas vayan mal durante el curso... pues no es la mejor forma de comenzar, la verdad.
Haz justo lo contrario, esfuérzate para que tengan ganas de volver al cole. Si tienes algo de tiempo, prepara una gran fiesta de vuelta al cole, el primer día puedes hacer alguna actividad que les guste. Invitar a sus amigos del colegio o crear una celebración para que tengas ganas de que llegue ese día.
Incluso si no puedes o no quieres liarte con una fiesta, sé positivo/a en los comentarios, y céntrate en lo bueno que tendrá ese curso. En ningún caso debe ser un proceso traumático, sino más bien todo lo contrario. El hecho de que lo asocien con una celebración y no como un castigo o una falta de libertad cambiará mucho esa vuelta a la rutina.
3. 'Despierta' la mente de tus hijos
Estar dos meses sin coger un lápiz o abrir un libro no es nada bueno. Los cuadernos de vacaciones son muy útiles si los planteamos no como castigo, sino como pasatiempo de entrenamiento mental. Aun así, en lo profundo de agosto, lo más probable es que esos cuadernos se hayan perdido en el olvido, y a finales de mes muchos niños se pasan el día esencialmente mirando la tablet o jugando a la consola, aburridos de tantas vacaciones (angelicos... ¡Quién pudiera volver a esos años!).
El caso es que esto les hace tener el coco oxidado. No es que hayan olvidado lo aprendido el curso anterior, pero la fijación se debilita, y hay mecanismos que tienen que ir lubricándose de forma regular, como el de la lectura, o el cálculo mental. Ello lleva a inicios de curso más lentos y costosos, que irritan y añaden estrés a niños y a padres.
No pasa nada si se olvidó a medias el cuadernillo de verano. Pero ahora es buen momento para retomarlo. Una simple horita al día sirve, les queda tiempo de sobra para seguir aburriéndose, y sacarás telarañas de su cerebro a base de relaciones, crucigramas, problemas matemáticos, divisiones y multiplicaciones, o series lógicas, etc.
4. No lo dejes todo para el último momento
Además de los libros, cada inicio de curso requiere pasar por papelerías y tiendas varias en busca de cuadernos, lapiceros, mochilas, carpetas y otros materiales. Ponerse a ello la semana antes de empezar el cole es estrés asegurado: mucha gente en todas partes, todos de mala uva por terminar vacaciones, sin dinero en el bolsillo, y siempre te acaba faltando algo.
Si volvisteis a casa la última semana de agosto, podéis salir a pasear, tomar un helado, y comprar algunas cosas necesarias de forma relajada y sin prisas, y todo lo que no se encuentre hay tiempo para localizarlo.
Y para el año que viene, aún mejor: déjalo todo comprado entre junio y julio, al acabar el curso. Ni te imaginas la paz que sientes cuando llega septiembre y tú lo tienes todo listo desde hace meses, y solo te has de preocupar por los siguientes errores.
Pon en práctica estos consejos y verás como una vuelta al cole normal y sin estrés es posible.