Hay rivalidades que son históricas, aunque a veces sean más una tradición que una confrontación real. Algunos ejemplos podrían ser la rivalidad entre Sabadell y Terrassa, Reus y Tarragona, el Barça y el Girona, los Beatles y los Rolling Stones, Serrat y Llach… Ahora bien, en estas fechas de Cuaresma, después de dedicar un artículo a explicar el origen de las pasiones de Semana Santa, no se podía pasar por alto otra de estas rivalidades amistosas; la que hay entre la Pasión de Olesa de Montserrat y la de Esparreguera.
Estas dos pasiones son de las más antiguas de Catalunya, y para conocer sus orígenes, volveremos a recurrir al historiador experto en drama medieval e historia del teatro catalán, Francesc Massip. En un artículo en la revista Dovela, Massip hace un viaje en el tiempo para entender la historia de esta tradición y sobre todo el papel que juegan Olesa y Esparreguera en hacer que La Pasión se siga representando hoy en día y se haya convertido en la obra esencial del teatro catalán.
Un hallazgo increíble
La primera noticia documental de la Pasión en Olesa de Montserrat se remonta al año 1540, y eso se puede saber porque en un inventario de la iglesia parroquial de Olesa se encontró una referencia a la consueta para hacer la representación de La Pasión. Una consueta era el cuaderno donde se apuntaban los diálogos y las anotaciones escénicas e, incluso, se encontraba alguna nota sobre el inventario de algunos trajes. Si bien se encontró la referencia, la consueta como tal se ha perdido con el tiempo. Con respecto a Esparreguera, explica Massip en su artículo, nos remontamos a 1588, cuando La Pasión se hacía en la calle.
‘La Pasión’ llega a los teatros
Nos encontramos en la época moderna y las pasiones se mantienen gracias a la gente de los pueblos y es que el autor recuerda que las instancias eclesiales buscaban su prohibición. A pesar de esta voluntad de la iglesia, parece ser que Esparreguera y Olesa hicieron caso omiso, si bien sí que se vieron obligadas a hacer las representaciones a escondidas. Por ejemplo, en Olesa, en 1829, La Pasión se hizo en el patio de una mansión de la localidad, y no fue hasta 1847 que Pau Cases fundó el Teatre Principal para acogerla.
En el año 1919, el Teatre Principal dejó de representar La Pasión, pero cinco años después, con la construcción de un nuevo teatro conocido como “El Salistes” (hoy Teatre Olesa), Olesa volvería a tener dos pasiones. Desgraciadamente, el día 23 de febrero de 1983, pocos días antes de iniciar la temporada, un incendio destruyó el Gran Teatre de La Passió. Por suerte, el 1 de mayo del año 1987, gracias a las aportaciones económicas de las instituciones, la Pasión de Olesa inauguró el Nou Teatre de la Passió.
Con respecto a Esparreguera, de 1875 hasta 1899, La Pasión se pasó a hacer en el primer teatro edificado de la localidad: La Siempreviva. Aquí se representó La Pasión bajo la dirección de Adrià Vilà, y después se representó de manera simultánea en el teatro la Estrella y en el teatro del Ateneu. Finalmente, en 1969 se inauguró el actual Teatre de la Passió donde se representa el espectáculo desde entonces.
La etapa moderna de ‘La Pasión’
Cuando La Pasión llega a los teatros, se abre la etapa moderna de esta representación de la vida de Cristo. Hay que remarcar que hasta los años de posguerra, tanto en Olesa como en Esparreguera se utilizaron los textos de fray Anton de Sant Jeroni, ahora bien, el historiador Francesc Massip apunta que en Olesa, en 1949, se estrenó una nueva versión de Joan Povill i Adserà. El dramaturgo irá puliendo esta versión de la Pasión hasta tener una definitiva en 1960, la cual publicarán en 1988 Jacinto Bassó i Josep Temporal, que es la que actualmente se representa en el Gran Teatre de la Passió.
Por su parte, en Esparreguera, entre 1952 y en 1959, se representó una versión de Mn. Marçal Martínez i Balaguer con música de Josep M. Pla, y en 1960 se estrenó la actual versión de Ramon Torruella i Satorra. Desde 1969 se representa en el Nou Teatre de la Passió, y desde 1976 la música es de Josep Borràs y Farrés.
‘La Pasión’ hoy día
Actualmente, la Pasión de Esparreguera ofrece la puesta en escena de dos versiones del espectáculo: la versión clásica y el nuevo formado. La versión clásica está formada por dos partes diferenciadas escenificadas dentro de una misma jornada. En la primera parte se representa la vida pública de Jesús y en la segunda su pasión, muerte y resurrección. Por su parte, el nuevo formato nos propone un espectáculo de menor durada (2:30 h) en el que se representan las dos partes en una única sesión. Se trata de una puesta en escena más ágil y dinámica que conserva la esencia de la tradición.
Estas dos pasiones “constituyen unos de los más impresionantes monumentos del teatro tradicional, y a pesar de las necesarias modernizaciones, conservan los elementos fundamentales del drama medieval: espectáculo de masas, teatro de escenógrafo e instrumento pedagógico”, indica Massip.
Y es que ya lo afirma el historiador que “las pasiones de Olesa y Esparreguera son una clara constancia de la ininterrumpida continuidad de la vocación popular por el teatro y, sobre todo, la irrenunciable fidelidad del pueblo por la lengua propia contra la persecución y voluntad de arrinconamiento”. Estas dos pasiones “constituyen unos de los más impresionantes monumentos del teatro tradicional, y a pesar de las necesarias modernizaciones, conservan los elementos fundamentales del drama medieval: espectáculo de masas, teatro de escenógrafo e instrumento pedagógico”.