Al menos diez misiles han impactado esta mañana contra una base militar en Iraq que albergaba fuerzas de la coalición liderada por los EE.UU. Según el Ejército iraquí, el ataque no ha causado pérdidas significativas, y los hechos concretos todavía se están investigando.
Según el Coronel Wayne Marotto, portavoz de la coalición militar americana en Iraq, el ataque se ha perpetrado a las 7:20 h (hora local) contra la base de fuerzas aéreas Ain al-Asad, en la provincia de Al-Anbar, en el este de Iraq. Tal como informan las fuentes de En el Jazeera, los misiles habrían estado lanzados desde el oeste de la misma provincia, a unos 8 kilómetros de la base.
Aunque no se ha informado de bajas a oficiales, la BBC informa de que un trabajador de la base habría muerto después de sufrir un ataque cardiaco.
Ataques y represalias
Desde Washington, creen que el ataque ha sido perpetrado por milicias pro-Iraníes del país, como venganza por el bombardeo ordenado por el presidente Biden la semana pasada. El ataque perpetrado por los EE.UU. contra una base de milicias iraquíes en Siria dejó al menos a 22 proiraníes muertos, y marcó el principio de un nuevo capítulo en la política exterior de los EE.UU., desde el cambio de gobierno.
El ataque a la base de Ain al-Assad, base ocupada por los americanos en el 2003, llega después de varias semanas donde las tensiones entre los EE.UU. y el Irán en suelo iraquí han escalado, y sólo dos días antes de la visita histórica del Papa Francisco en el país.
Las tensiones aumentaron en enero del 2020 cuando los EE.UU. asesinaron al poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní mediante un bombardeo selectivo en Bagdad, una acción que fue muy criticada por las fuerzas políticas iraquíes y por las milicias proiraníes del país.
El 16 de febrero, un ataque con misiles contra las fuerzas lideradas por los EE.UU. en el norte del Iraq mató un trabajador de una base militar e hirió a un miembro del servicio de los EE.UU.
Con la nueva administración Biden, los americanos devuelven al intervencionismo militar del Oriente Medio, una política totalmente contraria a la de Trump, que antepuso el aislamiento de los EE.UU., distanciándose de los compromisos militares en Siria.