El balance de víctimas a causa del doble atentado perpetrado a primera hora de este lunes en la capital de Afganistán, Kabul, ha ascendido a 29 muertos y 40 heridos, según fuentes del Ministerio de Sanidad citadas por la cadena de televisión local Tolo TV. La primera explosión ha tenido lugar hacia las 8.00 de la mañana (hora local) en los alrededores de la oficina de los servicios de Inteligencia del país (NDS, por sus siglas en inglés), tal como ha señalado el portavoz del Ministerio del Interior, Nayib Danish.
El jefe de la Policía de Kabul, Daud Amin, ha confirmado que el atentado ha sido perpetrado por un terrorista suicida que iba a bordo de una motocicleta. En torno a 20 minutos después se ha registrado una segunda explosión en este mismo lugar, causando numerosas víctimas entre trabajadores sanitarios y periodistas que habían acudido a la zona. Un periodista de la cadena Tolo TV ha asegurado que "la segunda explosión ha tenido lugar cuando los periodistas y cámaras estaban trabajando en la zona", mientras que la agencia francesa de noticias AFP ha confirmado la muerte de Shah Marai, uno de sus fotógrafos. Asimismo, la cadena de televisión local 1TV ha indicado que dos de sus trabajadores, Ghazi Rasuli y Nouruz Alí Rayabi, figuran entre los muertos en el ataque.
Por su parte, la embajada norteamericana en Kabul ha condenado los "salvajes" atentados y ha expresado sus condolencias a las familias, al mismo tiempo que ha dicho que "allí donde los medios están en peligro, el resto de derechos están bajo una grave amenaza". "Estamos al lado del pueblo y el Gobierno del Afganistán en su lucha contra el terrorismo y aplaudimos las fuerzas de seguridad por sus continuos esfuerzos por garantizar la seguridad de Afganistán ante estos ataques cobardes", ha remachado en su comunicado. De momento ningún grupo ha reclamado la autoría del doble atentado, perpetrado una semana después de que se produjera un atentado contra un centro de registro e identificación electoral de Kabul, en el cual murieron al menos 57 personas.
Los talibanes anunciaron la semana pasada el inicio de su 'ofensiva de primavera' para atacar las fuerzas militares extranjeras y las fuerzas de seguridad afganas, además del Gobierno. En el marco de la nueva ofensiva, los talibanes pidieron a sus milicianos que garanticen que los civiles y sus propiedades no sufren ningún daño en sus operaciones. En esta misma línea, solicitaron a los afganos que se mantengan alejados de las bases y acuartelamientos de las fuerzas de seguridad afganas y de las fuerzas militares foráneas, así como de sus convoyes.
El anuncio de la ofensiva de primavera de los talibanes llegó en un momento en el cual se están aumentando los esfuerzos desde el Gobierno para tratar de poner fin a la violencia mediante un proceso de reconciliación. Los talibanes se han negado hasta el momento a participar en cualquier negociación para cerrar un proceso de paz.