Unas 550 mujeres de Estados Unidos han presentado una demanda contra la empresa de transporte compartido Uber por haber sufrido agresiones por parte de los conductores de los vehículos que habían contratado a través de la aplicación. Según ha detallado el gabinete de abogados 'Slater Slater Schulman, LLP' en un comunicado, la querella se ha presentado este miércoles a los juzgados de San Francisco, donde está la sede de Uber. Los letrados han explicado que: "las pasajeras fueron secuestradas, agredidas sexualmente, golpeadas, violadas, perseguidas, asediadas y atacadas por conductores de Uber a los que habían sido asignadas a través de la aplicación". Además, la demanda asegura que la empresa ha tenido constancia de las agresiones sexuales y violaciones por parte de algunos de sus conductores desde el año 2014, pero han seguido conduciendo vehículos para Uber, y atacando pasajeras hasta el día de hoy. No es la primera vez que Uber se enfrenta a estas acusaciones, ya que, hace años, tuvo que dar la cara en los juzgados por los comportamientos ilícitos de sus conductores, especialmente por agresiones a mujeres.
3.824 denuncias de agresiones sexuales graves
En el último informe de seguridad de Uber publicado a principios de junio, la empresa de San Francisco confirmó que había recibido 3.824 denuncias sexuales graves entre el 2019 y el 2020, hechos que iban desde besos no consentidos hasta violaciones, lo que representa un 38% inferior a la registrada entre 2017 y 2018. El lunes de esta semana salió a la luz que el exlobbista de Uber, Mark MacGann está detrás de la filtración de documentos de la plataforma que demuestran polémicas prácticas de la empresa por todo el mundo.
Por su parte, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) explicó en un comunicado que MacGann filtró hasta 18,69 gigabytes de correos electrónicos, mensajes de texto y documentos internos de la plataforma del diario británico The Guardian. Los documentos fueron compartidos por el diario junto con el ICIJ y su red de colaboradores, a la cual pertenecen medios de comunicación internacionales. En estos documentos se puede ver como los directivos de Uber trataron de influenciar a políticos con el fin de conseguir favores, así como se puede ver que negociaron contratos de inversión con oligarcas rusos, ahora sancionados; y se aprovecharon de la violencia contra los conductores de Uber para conseguir que se regulara a favor de la compañía. "No hay excusas sobre cómo la compañía jugó con la vida de la gente", dijo MacGann en el comunicado de ICIJ. En respuesta a preguntas del Consorcio, una portavoz de Uber, Jill Hazelbaker, aseguró que McGann no se encuentra en posición de hablar sobre la empresa ahora mismo.