Este mes de abril se cumplen 80 años de la revuelta judía del gueto de Varsovia, primer levantamiento destacado contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, que empezó el 19 de abril de 1943 y se extendió hasta el 16 de mayo. Aunque las fuerzas de la Schutzstaffel (SS) acabaron reprimiendo con dureza la revuelta, la valentía de los habitantes del gueto ha trascendido como uno de los episodios más importantes de la resistencia contra el régimen nazi. Por eso, este año, el acto central en conmemoración del Holocausto que organiza la comunidad judía de Barcelona (CIB) y la Fundació Col·legi Hatikva se ha llamado 'Resistencia' y estará centrado en el levantamiento del gueto. Tendrá lugar el próximo lunes 17 de abril a partir de las 19 horas en el Instituto Francés de Barcelona.
El acto contará con proyecciones audiovisuales a cargo de la directora del Festival de Cine Judío de Barcelona, Daniela Rosenfeld y con varias representaciones artísticas organizadas por el Movimiento juvenil Yajad de la CIB, el Proyecto Shoah de Barcelona, la Federación de Jóvenes Judíos en España (FEJJE) y el Colegio Hatikva. Se encenderán seis velas, en memoria de los seis millones de judíos asesinados durante el Holocausto, de los jóvenes, mujeres, niños y partisanos que lucharon y resistieron en el frente de batalla, de todos los niños que murieron, de los 'Justos entre las Naciones' (expresión que hace referencia a aquellos que, a pesar de no profesar el judaísmo, ayudaron a los judíos víctimas de la persecución), de todos los educadores formales y no formales, y finalmente, de los supervivientes de la Shoah. El acto concluirá hacia las 21 horas con la entonación del Hatikva, el himno nacional del Estado de Israel.
El gueto de Varsovia, el horror del exterminio judío en Polonia
Una de las primeras acciones del régimen liderado por Adolf Hitler en los territorios anexionados, que pasaban a formar parte de la "Gran Alemania", era iniciar la "limpieza" de los judíos, considerados una raza inferior, un menosprecio que se agravaba en el caso de los judíos polacos. Así, después de la invasión alemana de Polonia, entre septiembre y en octubre de 1939, enseguida empezaron los planes para "reubicar" a los 3 millones de judíos del país y para ello se construyeron decenas de guetos por todo el país.
El gueto de Varsovia, en la capital del país, fue el mayor de todos y se creó un año después de la invasión, en noviembre de 1940. Se construyó un muro de tres metros de altura para aislarlo del resto de la ciudad, y era concebido como un espacio transitorio, antes de hacer efectivas las deportaciones a los campos de exterminio, principalmente al de Treblinka. La población inicialmente era de 380.000 personas, que representaban al 30% de habitantes de la ciudad, pero que tenían que vivir en un espacio de 3,3 km², que representaba un 2,4% del espacio de la localidad. Esta población aumentó hasta cerca del medio millón de personas en mayo de 1941. Inevitablemente, bajo estas condiciones, el hambre y la insalubridad provocaron la muerte de centenares de miles de judíos mucho antes del inicio de las deportaciones.
El traslado hacia Treblinka empezó oficialmente en julio de 1942, después de que la Alemania nazi decidiera implementar la "Solución Final", el nombre que dio al genocidio del pueblo judío en Europa. Cada día, unos 6.000 judíos tenían que ir hasta un punto de encuentro para subir al tren que les llevaría a los campos, un ritmo que se mantuvo durante ocho semanas, hasta el mes de septiembre. Después de esta gran deportación, quedaron en el gueto unas 55.000 personas, que, o bien trabajaban en las fábricas alemanas, o bien formaban parte de la 'Judenrat', el consejo judío de gobierno dentro del gueto, o de la policía judía.
El levantamiento del gueto, símbolo de la resistencia judía
En el gueto estaba organizada la resistencia clandestina judía bajo dos organizaciones, la Organización Judía de Lucha (ŻOB) y la Unión Judía de Lucha (ŻZW), que sumaban poco menos de un millar de miembros. En un primer momento, creyeron que los prisioneros se enviaban a campos de trabajo forzoso, pero pronto se hizo evidente la realidad. Por eso, en enero de 1943, cuando los nazis empezaron la segunda deportación masiva, los grupos organizados decidieron que era el momento de plantarles cara y luchar por sus vidas. Haciendo uso de pistolas, explosivos caseros y cócteles Molotov, los judíos se enfrentaron a los agentes de las SS en dos combates, mientras las familias se escondían en búnkeres. Se produjeron bajas en los dos bandos, pero en esta ocasión, consiguieron parar parte de las deportaciones.
La resistencia judía se mantuvo, en parte, gracias a la ayuda de la resistencia polaca, que sobre todo les proporcionó armas y munición. El siguiente momento clave tuvo lugar tres meses después del primer levantamiento, el 19 de abril de 1943, cuando los nazis, que reunieron a más de 2.000 soldados, iniciaron el contraataque en la noche del Pésaj. Aunque los combatientes judíos lucharon encarnizadamente, no pudieron superar la ventaja en número, fuerza y preparación de combate de las fuerzas alemanas, y acabaron cayendo. Los soldados de las SS decidieron incendiar el gueto para obligar a los que se escondían en los edificios a salir, y asesinaron a los judíos que capturaban. En total, murieron unos 13.000 judíos, ya fuera por el ataque directo de los nazis, por el fuego o el humo de los incendios o porque, ante la situación, se suicidaron. Unos pocos se pudieron escapar, pero los 40.000 restantes fueron enviados a los campos de exterminio.