El cerebro de los atentados de París y único acusado de los atentados que asolaron la capital francesa el 13 de noviembre del año pasado, Salah Abdeslam, se ha negado hoy a declarar ante el juez. Además, Abdeslam se ha quejado de las condiciones de vigilancia a las que está sometido en prisión, donde se le graba en vídeo en su celda de forma ininterrumpida.
Sobre las razones de su negativa a responder a las preguntas que tenía preparadas el instructor, el abogado de Abdeslam, Frank Berton, ha explicado que el presunto terrorista estaba "particularmente perturbado" por las condiciones de vídeo-vigilancia a las que está sometido en la cárcel de Fleury Merogis, en las afueras de la capital. El letrado ya avanzó que tiene intención de escribir al ministro de Justicia para que se modifique el dispositivo de vigilancia, que a su parecer es "ilegal".
Sin embargo, Berton ha asegurado que su cliente declarará más adelante.
La estrategia de Abdeslam
Más allá de esas explicaciones, lo cierto es que Abdeslam parece comportarse como ya lo hizo mientras estuvo detenido en Bélgica. Por una parte, y siempre a través de su letrado, muestra su disposición a colaborar con la justícia, mientras que por otro lado, se encierra en el silencio delante de los magistrados.
En este sentido se había expresado Berton, letrado que se encarga de su defensa desde que el presunto terrorista está en manos de las autoridades francesas, que había anunciado previamente que Abdeslam quería explicarse.
¿Quién es Abdeslam?
Este francés de origen marroquí de 26 años, arrestado en Bruselas el 18 de marzo y transferido a Francia el 27 de abril, está inculpado por asesinatos terroristas, entre otros cargos, debido a su participación demostrada en las matanzas del 13 de noviembre en las que perdieron la vida 130 personas y varios cientos resultaron heridas.
Después de ser arrestado en Bruselas, Salah Abdeslam declaró ante los investigadores que el 13 de noviembre debía inmolarse con un cinturón de explosivos, como los otros tres terroristas del Estadio de futbol de la capital francesa, pero finalmente "dio marcha atrás".