El Partido Laborista que lidera Keir Starmer ha ganado por una abrumadora mayoría absoluta las elecciones generales celebradas este jueves en el Reino Unido, mientras que los conservadores del hasta ahora primer ministro Rishi Sunak, que han gobernado durante los últimos 14 años, han sufrido la peor derrota de su historia. Con 647 de 650 escaños ya adjudicados este viernes a primera hora, la formación socialdemócrata suma 412, de 202 en la última legislatura, con lo que va en camino de registrar su mejor resultado desde el récord de 418 que en 1997 consiguió a Tony Blair. El Partido Conservador de Rishi Sunak se hunde, por su parte, en una crisis sin precedentes, con solo 120 escaños de momento, viniendo de los 365 que consiguieron en los comicios de 2019, que ganó Boris Johnson con su promesa de ejecutar el Brexit.

De acuerdo con los últimos datos, los laboristas han obtenido un 34% del voto, frente al 23% de los conservadores, con una participación total en los comicios de en torno al 60%. En el sistema electoral británico, mayoritario uninominal, se vota directamente al candidato de la respectiva circunscripción y gana el más votado en cada una de las 650 circunscripciones que hay en total, al margen del porcentaje de voto de las formaciones a nivel nacional. Por eso, las victorias de un partido suelen traducirse en una hegemonía importante en la Cámara de los Comunes y las derrotas pueden implicar importantes batacazos.

Keir Starmer: "El cambio empieza ahora"

Después de conocer su reelección como diputado por la circunscripción de Richmond y Northallerton, Sunak ha admitido que el Partido Laborista "ha ganado estas elecciones", mientras que su rival, Keir Starmer, ha celebrado el triunfo y declarado que "el cambio empieza ahora". "¡Lo hemos hecho!", ha exclamado Starmer, en un discurso ante sus partidarios en el cual ha asegurado que el país tiene ahora "la oportunidad de recuperar su futuro". A su juicio, los británicos se despertarán hoy para descubrir que "finalmente se han quitado un peso de los hombros de esta gran nación".

Starmer ha reiterado varias veces la palabra "cambio", que además ha sido el eslogan de su campaña, para destacar que 14 años de gobiernos conservadores dan paso a un laborismo que él mismo ha cambiado primero por dentro —virando el partido hacia posiciones más conservadoras—. "Primero el país, después el partido", ha afirmado, para destacar que tiene la intención de "gobernar para cada persona" del Reino Unido. "Hace falta devolver la política al servicio público y demostrar que la política puede servir para el bien común", ha proclamado el líder laborista, que cogió las riendas de la formación después de la derrota de Jeremy Corbyn en los comicios de 2019, la peor de la historia del partido. Starmer ha puesto el acento en que el reto mayor de los políticos en la actualidad es recuperar "la confianza de la ciudadanía", y que este será su objetivo.

Por su parte, Sunak ha felicitado por su victoria al líder laborista y se ha disculpado por los pobres resultados de su formación. "Hoy, el poder cambiará de manos de manera pacífica y ordenada, con buena voluntad por todas las partes. Eso tiene que darnos confianza a todos en la estabilidad de nuestro país y su futuro", ha afirmado. El primer ministro ha reconocido que hay "mucho de lo que aprender y reflexionar" ante la derrota de su partido y asume "la responsabilidad por la pérdida de muchos candidatos conservadores que han trabajado intensamente". Con cara de circunstancias, Sunak ha pedido perdón y ha adelantado que viajará a Londres desde su circunscripción en el norte inglés para dejar la jefatura del Ejecutivo, a la cual "lo ha dado todo", y ofrecerá más detalles sobre los próximos pasos. Sunak ha afirmado que seguirá sirviendo a sus votantes en la Cámara de los Comunes, aunque no ha especificado si se mantendrá, al menos durante un tiempo, como dirigente de los 'tories'.

En las próximas horas, Sunak dejará la jefatura del Ejecutivo para dar paso a Starmer, que se convertirá en primer ministro después de recibir el 'permiso' del rey Carlos III, como marca la tradición. Una vez en el número 10 de Downing Street, despacho y residencia oficial, se espera que dé su primer discurso y empiece a designar a sus ministros. El nuevo Parlamento se inaugurará el próximo martes con la elección del presidente y el 17 de julio el rey abrirá oficialmente el periodo de sesiones con un discurso en el cual anunciará el programa legislativo del Gobierno.

El independentismo escocés cae y Nigel Farage y Jeremy Corbyn entran

La caída de los 'tories' se ha agravado también en parte por  el inédito avance de la formación populista de derechas Reform UK, del antiguo eurodiputado contrario a la Unión Europea Nigel Farage, quien personalmente ha ganado un escaño en la Cámara de los Comunes después de siete intentos, y se prevé que la formación consiga hasta 4. Por su parte, el Partido Liberal Demócrata de Ed Davey, que protagonizó una colorida campaña electoral llena de peripecias, vuelve a ser la tercera bastante parlamentaria después de años en decadencia al rondar ya los 71 escaños, arrebatados principalmente a los conservadores en el sur de Inglaterra.

Otro batacazo significativo en estas elecciones es el del Partido Nacional Escocés (SNP), que ahora mismo cuenta con 9 diputados en la Cámara de los Comunes —de 43 que tuvo en la última legislatura—. Eso significa que los independentistas dejarán de ser la formación dominante en Escocia, en beneficio de los laboristas, si bien el SNP sigue al frente del Gobierno autónomo en principio hasta las próximas elecciones escocesas. Por otra parte, el exlíder del Partido Laborista Jeremy Corbyn, que fue expulsado del partido por parte de Starmer con acusaciones de antisemitismo, ha conseguido su escaño por Islington North, circunscripción a la cual se presentaba como independiente. Corbyn, mucho más a la izquierda que Starmer, no cuajó entre el conservador electoral británico cuando fue candidato a primer ministro representando el laborismo, y cayó ante el derechista y euroescéptico Boris Johnson.