Consternación en Francia por como Damien Abad, nuevo ministro de Solidaridad, Autonomía y Discapacidad del recientemente renovado gobierno de Emmanuel Macron, ha sido elegido para el cargo a pesar de las graves acusaciones de dos mujeres contra él. Tal como ha trascendido este fin de semana a la prensa francesa, el hasta ahora presidente de los republicanos a la Asamblea Nacional fue denunciado por violación el 2012 y 2017 por una colega del mundo de la política que intentó traer el caso ante los tribunales en dos ocasiones, mientras que una segunda ha asegurado que Abad la drogó para poder aprovecharse de ella en el 2010. Aparte de los hechos en sí, sorprende el hecho de que el equipo del presidente Macron obviara por completo las advertencias y el testimonio de una de las víctimas que el Observatorio de la Violencia Machista y Sexual en la Política les remitió cuando se rumoreaba que sería escogido por el cargo de ministro.
Las acusaciones
El portal Médiapart destapó ayer sábado todas las acusaciones de violencia sexual contra Abad. Según relatan, una joven de 22 años que el 2009 era vicepresidenta de los Jóvenes Demócratas de París, empezó a recibir mensajes de texto de Abad, en aquellos momentos eurodiputado, en los cuales asegura que era muy "insistente" y le pedía fotografías explícitas. En el 2011, él le propuso verse y acabaron manteniendo relaciones sexuales, las cuales, tal como lo explicó a la Policía, estuvieron marcadas por "la falta de respeto, el requerimiento y la insistencia". En su declaración de los hechos, la víctima aseguró que, aunque intentara frenarlo y le dijera que no de manera asertiva varias veces, él la sometió a una penetración anal forzosa. La mujer decidió presentar una denuncia por violación en el 2012, que se acabó archivando por "incumplimiento del denunciante". Con todo, lo volvió a intentar de nuevo en el 2017, pero la causa también quedó archivada "después de una investigación preliminar, por falta de delito caracterizado."
Una segunda mujer ha compartido a su testimonio con el Observatorio de la violencia machista a la política, ante la sospecha de que Abad fuera nombrado ministro, y la información fue remitida al partido de Emmanuel Macron para que lo consideraran antes de tomar la decisión. Los hechos se remontan en el 2010, cuando la víctima lo conoció en una boda, y le pareció un hombre "pesado". Meses después, los dos coincidieron en un restaurante de la capital francesa. "Me ofreció champán, me bebí una copa. Y después, apagón, hasta el día siguiente por la mañana. Eso nunca se me había pasado, y menos después de una sola copa", relató la víctima. Al día siguiente se despertó "en una habitación de hotel cerca del bar" con Abad, "en ropa interior", "en estado de choque y con un profundo asco" y con la sospecha de haber sido "drogada". "Me sentía grogui, mi cuerpo estaba aturdido, me hacía daño y sabía que alguna cosa no normal había sucedido", recuerda. La joven añadió en su informe que "sigue profundamente afectada por esta experiencia".
Silencio
Damien Abad ha negado los presuntos abusos que se le atribuyen y ha asegurado, en declaraciones en Médiapart, que todas sus relaciones han sido consentidas. Hoy por hoy, ni Los Republicanos ni La Rèpublique En Marche han respondido formalmente a las quejas que habrían recibido desde el Observatorio. "Enviamos el informe por correo electrónico a [altos cargos de los dos partidos mencionados] Stanislas Guerini, Christophe Castaner, Bérangère Couillard y Aurélien Pradié", ha dicho la organización a franceinfo. Aseguran que hay una alerta enviada el lunes 16 de mayo, seguida de un recordatorio "el 19 para LREM y el 20 para LR". Todos estos políticos aseguran que o bien no leyeron el correo o que lo vieron cuando ya era demasiado tarde. Por su parte, la primera ministra Élisabeth Borne ha reconocido ante los medios que no estaba "al corriente" de las acusaciones contra Abad, de las cuales asegura que se enteró por la prensa. Borne ha afirmado que, hoy por hoy, lo único que sabe es que el [primer] caso está cerrado, pero ha dejado claro que no permitirá "ninguna" impunidad en casos de abusos y que, si salen más datos o interviene incluso la Justicia, se actuará con "todas las consecuencias". La fiscalía de París está "analizando" las acusaciones.